Resumen: En los albores del siglo veintiuno, somos privilegiados testigos de las profundas transformaciones que experimenta la sociedad en su contexto mundial, producto de la revolución tecnológica que ha permitido y provocado un acelerado intercambio de información entre personas, grupos y comunidades, dando origen a la Sociedad de la Información y el Conocimiento.
El surgimiento de este nuevo orden social, representa para Latinoamérica el desafío de instrumentalizar las nuevas tecnologías y avanzar en la generación de políticas públicas inclusivas, con el propósito final de maximizar las oportunidades de crecimiento socioeconómico y desarrollo humano de sus habitantes.
Palabras clave: Sociedad de la Información y el Conocimiento, Tecnologías de Información y Comunicaciones, Desarrollo Humano.
Abstract: In the beginnings of the century twenty first, we are privileged witnesses of the deep transformations that the society in its world-wide context is experimenting, product of the technological revolution that has allowed and caused an accelerated exchange of information between people, groups and communities, originating the Society of the Information and the Knowledge.
The sprouting of this new social order, represents for Latin America the challenge to use the new technologies and to advance in the generation of integrating public policies, in order to maximize the opportunities of socioeconomic growth and human development of its inhabitants.
Keywords: Society of the Information and the Knowledge, Technologies of Information and Communications, Human Development.
Nuestra era, innegablemente, atraviesa por un período caracterizado por enormes transformaciones sociales, originadas en gran medida por el acelerado desarrollo científico-técnico que se ha producido con especial énfasis en las últimas décadas.
La Sociedad de la Información y el Conocimiento (SIC), como es definida la época actual, se caracteriza por el rol que desempeñan la ciencia y la tecnología, y su impacto directo en el desarrollo socioeconómico y cultural de los pueblos, y se construye, en palabras de Manuel Castells (1999, p. 505) sobre una morfología de red, en la cual "la convergencia de la evolución social y las tecnologías de información han creado una nueva base para la realización de actividades en toda la estructura social".
De acuerdo a este postulado, es posible referir que el contexto social contemporáneo está organizado sobre la base de las redes de comunicaciones y las interacciones que ellas generan, cuyas múltiples consecuencias han confluido para configurar una época donde el saber, el conocimiento, la información y el aprendizaje se mueven sistémica y sinérgicamente en todo el orbe, con una dinámica que ha sido capaz de alterar la construcción de sentidos y los límites simbólicos de los Estados, propiciando el surgimiento de la llamada aldea global.
De conformidad a lo anterior y de acuerdo al análisis realizado por el sociólogo Francisco Alderete (2005, pp. 2-3) es posible colegir algunos elementos centrales que aparecen como un aporte interesante en el análisis del nuevo orden social, a saber:
La Sociedad se nutre de la información, constituyendo ésta su materia prima sobre la cual actúan las tecnologías. He aquí una diferenciación fundamental con procesos evolutivos previos, en los cuales la información actuaba sobre las tecnologías.
Atendido el hecho de que la comunicación es un indiscutible componente de toda actividad humana, y habida consideración de la alta capacidad de penetración de las nuevas plataformas tecnológicas, es posible señalar que gran parte de los procesos comunicacionales de nuestra existencia individual y colectiva están directamente influenciados por los nuevos medios tecnológicos.
Existe una interconexión progresiva y una convergencia creciente entre los diversos sistemas que utilizan como base estas nuevas plataformas tecnológicas, en los cuales la configuración de red es funcional a las nuevas interrelaciones de sus elementos.
De acuerdo a lo expuesto, puede señalarse que la revolución de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) ha contribuido a un cambio de paradigma de nuestra sociedad, afectando los más variados ámbitos de las relaciones humanas y expandiéndose más allá de los límites de los países, en una articulación social que trasciende los territorios y, aparentemente, propende a un mundo en el cual las identidades se presentan cada vez más fragmentadas.
Asimismo, es relevante el impacto que las tecnologías de información y comunicación han tenido sobre las actividades económicas del orbe, hasta el punto que algunos enfoques consideran que éstas progresivamente se orientan a sustituir al factor capital en las relaciones de producción, por constituir el principal recurso productor de riqueza.
De esta manera, de acuerdo con Castells (2001, p. 1-16) el crecimiento y desarrollo de los países se encuentra condicionado en gran medida por la globalización de sus actividades económicas decisivas desde el punto de vista estratégico, por su forma de vinculación en redes, por la flexibilidad del trabajo y su individualización, por una cultura de la virtualidad real construida mediante un sistema de medios de comunicación omnipresentes, interconectados y diversificados, y por la transformación de los cimientos materiales de la vida, el espacio y el tiempo, mediante la constitución de un espacio de flujos y una nueva concepción del tiempo real.
Esta nueva SIC, ha evolucionado de manera natural y positiva especialmente en los países más industrializados, vinculando e interrelacionando sus procesos de crecimiento económico y facilitando su desarrollo, con el consecuente aumento del nivel de bienestar de un gran sector ciudadano. Sin embargo, en numerosas naciones -particularmente las menos desarrolladas- la exclusión de una gran parte de la población de los beneficios producidos por la modernidad y el crecimiento financiero, aparece condicionada por sus dificultades para acceder a los códigos de la modernidad, es decir, al conjunto de conocimientos y destrezas asociados a las TIC, necesarios no sólo para su integración en la sociedad productiva, sino también para participar en la vida pública.
Lo anterior es especialmente observable en América Latina, donde la desigualdad en el acceso a las tecnologías de información y comunicación, constituye un factor que ha incidido negativamente en los derechos sociales de los estratos más postergados, para quienes la revolución tecnológica ha instalado una nueva brecha de inequidad entre este sector y el mundo: la brecha digital.
En este sentido, Amartya Sen (2001) Premio Nobel de Economía 1998, ha señalado que es "simplemente imposible revertir las carencias económicas de los pobres en el mundo, si se les mantiene al margen de los avances de la tecnología contemporánea, la probada eficiencia del intercambio y el comercio internacional, y los beneficios sociales y económicos que se derivan de una sociedad abierta."
El Desarrollo Humano es un concepto amplio que refiere al proceso holístico de ampliación de las capacidades de la gente, y que implica asumir, entre otras cosas, que el centro de todos los esfuerzos del desarrollo debe ser siempre las personas y que éstas deben ser consideradas no sólo como destinatarios, sino que como verdaderos sujetos sociales, activamente involucrados como agentes de cambio del entorno y de sí mismos, en miras de la consecución de más y mayor bienestar para las generaciones presentes y futuras.
Este enfoque, promovido por la Organización de Naciones Unidas (PNUD, 2006), proporciona una perspectiva para analizar el progreso de los pueblos no sólo a través del éxito económico, sino que también enfatizando la forma en que este desempeño financiero se traduce en mayores oportunidades y capacidades de las personas, incidiendo en la consecución de su bienestar integral.
En el concierto de países latinoamericanos, diversos enfoques políticos y económicos coinciden en señalar la importancia de instrumentalizar las tecnologías de información y comunicación como un medio fundamental que colabora al logro del desarrollo integral de los pueblos. En este sentido, puntualiza Alderete (2005, pp. 1-2), conscientes del irreversible avance global hacia la SIC los Estados latinoamericanos -con diversos énfasis- han asumido un rol estratégico y activo en la generación de políticas públicas orientadas a maximizar las oportunidades de integración y cooperación de los sectores público y privado. Esto, con el objetivo final de convertir las nuevas tecnologías y redes digitales en herramientas de desarrollo económico y social, combinando más competitividad con mayores oportunidades para sus habitantes, asumiendo la premisa de que una nación que desee ser verdaderamente progresista deberá garantizar a todos sus ciudadanos la oportunidad de adquirir conocimientos sobre la ciencia y la tecnología, así como fomentar la capacidad de dar a ambas un uso apropiado y de desarrollarlas para satisfacer las necesidades de la comunidad.
En esta perspectiva, los Estados latinoamericanos, progresivamente, han generado lineamientos programáticos tendientes a favorecer el acceso universal de los ciudadanos a las plataformas tecnológicas, con el propósito de disminuir las brechas digitales y propender a la igualdad de posibilidades en el acceso a la información, la comunicación y el conocimiento disponible a través de la adecuada utilización de las tecnologías, en el convencimiento que garantizar equidad en el acceso a las TIC es una instancia que favorece transversalmente el desarrollo de las personas y las naciones.
En este sentido, CEPAL (2005) refiere lo siguiente:
Los países de la región han dado prioridad al desarrollo digital, lo que se refleja en relativamente altos gastos en Tecnologías de Información y Comunicaciones respecto al Producto Interno Bruto. Sin embargo, el bajo nivel de ingresos y la gran desigualdad en la distribución de los mismos, impiden seguir un patrón de financiamiento como el que siguieron los países desarrollados en su camino hacia la Sociedad de la Información y el Conocimiento. De este modo, los países en desarrollo no están en condiciones de continuar aumentando progresivamente sus gastos en TIC respecto a lo que destinan a otras áreas.
De acuerdo a lo expuesto, es fundamental hacer referencia a la responsabilidad que tiene la alta gerencia pública latinoamericana y la sociedad civil en general, en el sentido de favorecer una gestión estratégica que permita administrar con principios de equidad las políticas públicas que permitan el acceso transversal de la población a la Sociedad de la Información y el Conocimiento, ya que si no se hace en esos términos de justicia, las desigualdades serán crecientes y progresivamente inalcanzables en el futuro, con las lógicas consecuencias sociales que esto puede traer. Lo anterior adquiere gran relevancia, al considerar las importantes brechas socioeconómicas históricas en la región, relacionadas con la deficiente distribución del ingreso y todas las complejidades que consecuentemente se multiplican en torno a la inequidad en el acceso a las oportunidades derivadas de las ventajas del crecimiento económico y el desarrollo social.
De esta manera, se estima que las TIC son suficientemente valiosas como para considerar su integración transversal en la planificación estratégica de los procesos de desarrollo de las naciones latinoamericanas, para lo cual se estima fundamental la implementación de políticas públicas que favorezcan la democratización y universalización en el acceso a estas nuevas plataformas tecnológicas, por medio de acciones que propendan a disminuir las desigualdades existentes en el acceso a las oportunidades que brinda la información entre personas, organizaciones y países, debido a las diferencias en educación, infraestructura tecnológica y poder económico. De acuerdo con dicha idea, la preocupación en esta área permitirá potenciar los procesos de Desarrollo Humano, favoreciendo finalmente a las personas, quienes de manera progresiva, podrán ver ampliadas sus capacidades y asumir la modificación del rol de beneficiarios-receptores a verdaderos sujetos sociales.
En América Latina y el Caribe, en las últimas décadas, ha existido una progresiva preocupación de la alta gerencia de los países de la región por promover y fortalecer su inserción definitiva en la SIC. Esto se ha expresado en la generación de diversas políticas públicas de fuerte impacto social, que para efectos de análisis académico, Alderete (2005, pp. 2-5) sistematiza de la siguiente manera:
Infraestructura y acceso a la tecnología: la ampliación de la infraestructura tecnológica ha sido un énfasis en las políticas públicas latinoamericanas correspondientes a la Sociedad de la Información y el Conocimiento, aunque corresponde señalar que su relativo éxito responde en gran medida a la expansión de los mercados y al interés de la empresa privada. Esta dinámica del mercado, sin embargo, ha acrecentado las diferencias sociales en nuestro continente, por lo que resulta imperativa la implementación de estrategias que permitan favorecer a los sectores más postergados en el acceso a la información, la comunicación y el conocimiento disponibles de manera creciente a través de las tecnologías.
Desarrollo de capacidades y conocimientos: en Latinoamérica las políticas públicas han apuntado a la alfabetización digital de las personas, con énfasis en los grupos menos familiarizados con las nuevas tecnologías de información y comunicación. En términos generales, se han definido niveles de alfabetización digital y promovido capacitaciones desde el sector público, instituciones académicas y organizaciones de la sociedad civil. En este sentido, son destacables las iniciativas referidas a la incorporación progresiva de los establecimientos educacionales a programas de informática educativa, a partir de la instrucción más elemental. Lo anterior parece acertado, toda vez que la sola ampliación del mercado de los nuevos productos tecnológicos no asegura por sí mismo la maximización de las potencialidades de las herramientas informáticas.
Digitalización de procesos del sector público: considerando que el Estado cumple una función central -y a todas luces ineludible- en los procesos de desarrollo digital, parece acertado que las agendas latinoamericanas orientadas a la instalación de la Sociedad de la Información y el Conocimiento sean lideradas por el sector público. En los últimos años, la alta gerencia de los países involucrados ha realizado ingentes esfuerzos en procura de la digitalización de los procesos de gestión pública, favoreciendo de manera continua y sistemática la comunicabilidad electrónica con la ciudadanía. En este sentido, la implementación tecnológica y la capacitación digital en la administración pública propenderán a un avance cualitativo hacia el Desarrollo Humano de la población, en la medida que se favorezcan integralmente las condiciones que permitan ponerlas al servicio de la sociedad y las personas.
Instrumentos de incentivo y regulación pública: el respaldo financiero que requieren los diversos programas orientados a facilitar el acceso a las plataformas tecnológicas y al desarrollo de capital humano, enfrentan el gran obstáculo de la carencia de recursos de los Estados latinoamericanos y la situación socioeconómica deficitaria de gran parte de la población. En este sentido, en una decisión que se juzga acertada, gran parte de los países de la región han considerado la utilización de diversos instrumentos de regulación y financiamiento público a las inversiones en TIC, entre los que destacan incentivos tributarios, subvenciones, regulación de tarifas y planes de contribuciones especiales. Asimismo, se han incrementado los programas de asistencia internacional, favoreciendo procesos de alfabetización digital y el suministro de herramientas tecnológicas especialmente a los sectores ciudadanos más desposeídos.
A juicio del autor, y de acuerdo a los antecedentes expuestos, Latinoamérica ha avanzado -aunque no a la velocidad deseada- en la generación de una base sociopolítica facilitadora de la progresiva integración de los países a la Sociedad de la Información y el Conocimiento, favoreciendo el acceso de los ciudadanos a las ventajas y beneficios producidos por el desarrollo que este nuevo orden social trae consigo. Estas ventajas, sin embargo, parecen extenderse por la región repitiendo el modelo de inequidad endémico en las naciones de América Latina, por lo cual los gobiernos de los países de la zona han debido maximizar sus habilidades para enfrentar con políticas públicas inclusivas el acceso democrático y transversal de la población a las tecnologías de información y comunicación, liderando desde la alta gerencia del Estado la progresiva alfabetización digital de los ciudadanos e instalando en la gestión pública la utilización de las nuevas plataformas digitales.
De esta forma, los procesos de integración digital de las naciones de la región se han materializado en el programa aprobado oficialmente por los países el 10 de junio del año 2005, "eLAC 2007: Plan de Acción sobre la Sociedad de la Información en Latinoamérica y el Caribe", acuerdo que persigue fomentar el desarrollo de la Sociedad de la Información y el Conocimiento en América Latina por medio del diálogo y la cooperación de todas las naciones involucradas, con miras a la adopción de una agenda política común.
Del mismo modo, estos avances colectivos se adicionan a los esfuerzos individuales de las naciones latinoamericanas, los que se han visto reflejados en diversas estrategias implementadas en una multiplicidad de áreas tendientes a promover el acceso de la ciudadanía a las TIC, toda vez que de acuerdo a lo que se ha señalado anteriormente, constituyen probadas herramientas de crecimiento y desarrollo social.
En esta perspectiva se enmarcan, entre otras, algunas iniciativas llevadas a cabo en la región que parecen importantes de destacar, como el proyecto denominado Intranet Gubernamental de Colombia, que se orienta a construir una plataforma integrada de servicios electrónicos del Estado en miras a la interoperabilidad de las diferentes entidades públicas, con el propósito de optimizar los servicios entregados a las personas.
En otro ámbito, actualmente el gobierno de Argentina - en convenio con el Banco Interamericano de Desarrollo- gestiona el Programa de Desarrollo del Sistema Tecnológico, orientado a producir la expansión del sistema satelital como un medio que potencie la capacidad de producción agrícola e industrial del país.
En México, el programa de gobierno Enciclomedia favorece el proceso por el cual la gran mayoría de los estudiantes de quinto y sexto año de preparatoria acceden progresivamente a clases interactivas por medio de computadores, pizarras electrónicas, libros de textos digitalizados y acceso a Internet.
Brasil, en una iniciativa de fuerte impacto ciudadano, ha implementado un a Red Articulada de Informaciones de Asistencia Social, programa gubernamental orientado a fortalecer un esquema de funcionamiento de ayuda social, basado en un modelo descentralizado y participativo. La Red facilita a los interesados y participantes del Sistema Nacional de Asistencia Social el acceso a las informaciones y fomenta el uso de herramientas de apoyo a la gestión de programas de asistencia social.
En Costa Rica, se trabaja en el proyecto Red Internet Avanzada, cuya finalidad es proveer a todos los ciudadanos el acceso a una infraestructura de t elecomunicaciones de gran capacidad para la transmisión de información.
El programa Infomed desarrollado por Cuba, se orienta a conformar una red telemática integrada que se apoya en las TIC para contribuir al mejoramiento de la atención médica, la docencia, la investigación y la gestión de salud. De esta forma, el Sistema Nacional de Salud cubano cuenta con una infraestructura de información y comunicación que une a todas sus instituciones, profesionales y técnicos entre sí y con el resto de la sociedad.
En Chile, el gobierno generó el programa Ventanilla Única para la Empresa, como un medio electrónico facilitador del contacto entre el Estado y los empresarios, destinado a favorecer los procesos de generación de empleo y fortalecer la actividad económica del país.
Los diversos logros de los Estados de América Latina, han favorecido en distintas dimensiones y con disímiles intensidades, el acceso de las personas a las tecnologías de información y comunicación, como vía de aproximación de los países de la región a la Sociedad de la Información y el Conocimiento.
Ciertamente, los ciudadanos latinoamericanos se encuentran aún muy lejos de igualar el nivel de empoderamiento adquirido -a través de las TIC- por los pueblos de las naciones más industrializadas; sin embargo, las diversas estrategias implementadas en la región constituyen destacables iniciativas que deben ser analizadas bajo la perspectiva de los recursos económicos disponibles y el contexto sociocultural de América Latina, para finalmente ser valoradas como legítimas instancias de aproximación de estas naciones a los niveles de bienestar y Desarrollo Humano coligados a la Sociedad de la Información y el Conocimiento.
Referencias bibliográficas
ALDERETE, Francisco (2005): Sociedad de la Información, Políticas Públicas y Gestión del Conocimiento . Programa de Maestrías, Universidad del Mar, Valparaíso, Chile.
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CASTELLS, Manuel. (2001): Internet y la Sociedad Re. Lección inaugural del programa de doctorado sobre la S.I.C, período 2001-2002, Internet Interdisciplinary Institute, Programa de Maestrías, Universidad del Mar, Valparaíso, Chile.
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SEN, Amaryta. (2001): Juicios Sobre la Globalización, revista Fractal Nº 22, disponible en http://www.fractal.com.mx/f22sen (noviembre 2006).
[1] Asistente Social. Licenciado en Trabajo Social. Magíster © en Gestión Estratégica Pública y Desarrollo Local.
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Revista teórica del Departamento de Ciencias de la Comunicación y de la Información
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Universidad de Playa Ancha
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