Revista F@ro Nº2

Reposicionamiento del sujeto en la interacción comunicativa.
El caso de las radios de participación.

Elizabeth Parra Ortiz 1
[Descargar PDF] - [Descargar SWF]

Resumen: El artículo pretende reflexionar acerca del papel que juegan los medios de comunicación y, en particular, la oferta programática de la radio de participación en la construcción de la identidad de los oyentes y del reconocimiento social, constituyendo a nuestro juicio un hito en el reposicionamiento del sujeto en la interacción comunicativa. El objeto de estudio se centró en dos programas de dos radioemisoras con cobertura diferente: La mañana noticiosa, trasmitido entre las 10 y 12 horas AM(Radio Espontánea del Sur, emisora comunitaria de San Pedro de la Paz, Concepción) y la sección El gran tribunal, dentro de La mañana de Pablo Aguilera transmitido entre las 11 y las 13 horas (Radio Pudahuel, emisora comercial con cobertura nacional) y se recurrió al análisis de discurso para estudiar ambos programas radiales.

Palabras Clave: Cultura - discurso radiofónico - análisis de discurso - mediaciones - interacción comunicativa - cultura popular.

"La radio podría ser el sistema de comunicación pública más
maravilloso que se pueda imaginar. si fuera capaz,
no sólo de transmitir, sino también de recibir, permitiendo así que
el oyente, además de escuchar, hable"
Brecht (1930)

Las relaciones constitutivas entre comunicación, cultura y medios de comunicación nos permiten configurar los escenarios propicios para la revalorización de los medios como vía de conocimiento de lo popular a través de las ofertas programáticas de dos radioemisoras chilenas.

En términos generales, se trata de responder si, efectivamente, el discurso radiofónico conversacional contribuye a que éstas se constituyan y potencien como espacios donde el sujeto se reconozca junto a los otros en una comunidad imaginada y si las estrategias discursivas de la conversación radial en cuanto a los aspectos enunciativos, pragmáticos y socioculturales difieren entre una radio comercial y una comunitaria.

Resulta vital el análisis de la forma en que las personas hablan en situaciones informales, como ocurre específicamente en la conversación radiofónica. Y saber en ella cómo se organizan los turnos de habla, cómo se introducen temas, cómo se mantiene o interrumpe el flujo conversacional entre los participantes. También resulta conveniente considerar los papeles sociales que cada uno de los interlocutores juega en la conversación. De ahí la relevancia de analizar el discurso conversacional como parte del macrodiscurso radiofónico.

Cada vez es más frecuente escuchar que la comunicación es una forma de acción, tal como lo manifiesta Austin (1971) cuando señala que pronunciar una expresión es ejecutar una acción y no meramente informar o describir estados de cosas. Ciertas acciones sólo se pueden llevar a cabo a través de signos lingüísticos, por ejemplo, disculparse; otras se pueden realizar de modo no verbal, como es el caso de la amenaza por medio de ademanes o gestos. Por lo tanto, en el momento en que se empieza a estudiar cómo se utiliza el lenguaje en la interacción social, resulta evidente que la comunicación es más difícil si el hablante y el destinatario no comparten ciertos conocimientos y suposiciones en una situación particular.

La explicación anterior tiene sentido en la medida en que aceptemos que los fenómenos sociocomunicacionales y sociolingüísticos son vividos por alguien que lleva a cabo propósitos y objetivos variados dentro de una situación determinada cuando usa una lengua. A esta relación que se establece entre lenguaje, acción, conocimiento y la situación se ha denominado análisis de discurso como tal.

Como existen diversos modelos del análisis del discurso, conviene precisar que no fue nuestro interés centrar el estudio en el ámbito lingüístico sobre las construcciones de las frases, sino fijarnos más bien en qué sucede en el uso cotidiano del lenguaje y cómo éste permite que el sujeto se reconozca a sí mismo y a los otros en una situación comunicativa.

De este modo queda claro que sólo se puede comprender el real impacto social de la comunicación mediada si se abandona la idea de que los medios de comunicación sólo sirven para transmitir información y contenidos simbólicos a sujetos sin capacidad para resemantizar la realidad externa.

En esta oportunidad nos limitaremos a dar cuenta de una parte de una investigación más amplia y que guarda relación con los criterios que permitieron hacer el análisis del discurso conversacional radiofónico para determinar el rol de la radio como mediadora en la configuración de identidades de los sujetos.

El presente trabajo se contextualiza en el marco de otros estudios desarrollados y aunque la bibliografía sobre el tema de los medios de comunicación y la cultura de masas es muy abundante, la específica del discurso radiofónico del tipo de programas de servicio-participativo que nos interesa estudiar ha sido considerada en menor medida.

A la luz de las fuentes consultadas, queda en evidencia que gran parte de los estudios sobre análisis de discurso ocurren desde diversas disciplinas. De ahí que se haga referencia, entre otros, a Benveniste (1974), Charaudeau (1983, 1992), Van Dijk (1980, 1984, 2000), González Requena (1992), Álvarez (1996) y a los investigadores Martín-Barbero (1995); García Canclini (1995) y Alfaro (1995), en lo relativo a las investigaciones de comunicación en Latinoamérica.

Podemos ser testigos, desde fuera evidentemente, de que la radio se adapta con gran versatilidad al lenguaje, a la lógica y a la cosmovisión del público que le es fiel auditor. En ese proceso se prueban nuevos géneros y formatos, se consagran y legitiman nuevas maneras de pensar ese medio. En este contexto de búsqueda aparece un tipo de programa de servicio participativo, el cual obedece a lo que antiguamente se llamó "consultorio sentimental". Por lo anterior, no es extraño que se genere en quienes sintonizan la radio, a la hora del programa específico un sentimiento de cierta confianza, de esperanza, un espacio para dar solución al drama que se está viviendo, (Nierga, 2000).

De este modo, según Alfaro (1995), encontramos en la oferta radiofónica dos tipos de emisoras: las que proponen canciones y las que proponen diálogos. En estos casos, el eje dominante de la programación de la radio comunitaria es lo informativo, sin desconocer lo musical; en cambio en la radio comercial se privilegia la entretención, incluyendo los flashes noticiosos. Cada una de las características enunciadas antes influye en el estilo particular de cada programa que se analiza y del medio en general, considerando que ambas radios se definen como medios de servicio a la comunidad.

La oferta programática de las radios se desarrolla a partir de tres categorías: género, formato y temas presentes en la programación. Según el género, la radio comunitaria muestra que la mayor cantidad de programas está relacionada con el género periodístico de informar; luego viene la música; a continuación, el entretenimiento y, por supuesto, el servicio público como eje transversal en el programa La mañana noticiosa (Radio Espontánea del Sur). En el caso de la radio comercial, en El gran tribunal (Radio Pudahuel), la programación está pensada, en general, para la música, el entretenimiento, la información y el servicio público.

En cuanto al formato, los programas que analizamos siguen una línea de conversación de tipo servicio a la comunidad, que incluye informar y entretener. El conductor y/o locutor adquiere relevancia en el programa radiofónico, especialmente en aquellos de servicio y/o participativo, debido a los atributos personales que manifiesta a la hora de salir al aire. Si nos situamos en las culturas orales, el sujeto comunicante-locutor, (Álvarez, 1996) resultaría ser un sabio popular a quien los restantes miembros de la sociedad consultarían sobre los designios y el destino.

En ese contexto, el sujeto comunicante cumple un rol decidor en las representaciones que configura en las percepciones de los oyentes. Por ejemplo, en nuestro caso, ambos conductores están siempre alegres, tararean canciones del momento, hacen publicidad, dialogan con los oyentes; así, en el caso del programa El gran tribunal, el conductor dice:

Con la citación de Unimarc, lo más barato cada día para usted con estos lunes naranjas, para papan pan pan (cantando) un 6% de descuento en todas sus compras para que las aproveche, lo mejor y más barato está cada día en Unimarc.

Lewis (1992) explica que la radio comercial "vende" audiencias a los anunciantes a través de la publicidad. El sujeto comunicante (locutor) hace alarde de su capacidad para improvisar y vender productos. Por su parte, la radio comunitaria elabora programas que informan, educan y entretienen a las audiencias de una forma más comprometida con la cuestión ideológica que con el consumo. Por ejemplo, el conductor le señala al oyente:

Ahora sí vamos con información, vamos con información sobre política. Continuando con las Parlamentarias ¡Mucho cuidado! Tribunal aclara cómo hay que contar los votos... El instructivo se dirigió a la población que sufragará en las elecciones parlamentarias del domingo.

El sujeto comunicante (locutor) del programa La mañana Noticiosa hace uso de la redundancia y se manifiesta en la improvisación permanente a la hora de dialogar con los destinatarios. De ahí que para iniciar la interacción social, hacer la apertura del diálogo, recurre a un título de una canción, título informativo, a metáforas, anécdotas etc.

Se me había olvidado, me acordaste Pepe, tenemos aquí una hojita con los concursantes... ¡Ah! Recuerden que ayer empezamos con el concurso y la pregunta es... la pregunta se trata del grupo que está sonando de fondo, Los Fatales...

Inicia el diálogo con un gran párrafo monologal y el estilo consiste en dejar en la improvisación una larga serie de asociaciones semánticas que el destinatario va llenando gracias a la cooperación textual.

Ése era Enrique Iglesias "El ritmo divino" es el titulo de esa canción. Claro que sí pues, en nuestra radio encuesta, siempre estamos con usted, además de usar nuestro correo electrónico como decía hace poco rato también, pueden ocupar nuestro fax, además de nuestros teléfonos habituales, incluso alguna carta si lo desea.

En el caso del programa El gran tribunal, generalmente cuando el locutor toca un tema de importancia social o cultural no sabe desenvolverse y sólo le queda estandarizarlo, deformarlo, o bien, minimizarlo. Los problemas sociales no tienen más que una lógica festiva y caen en la combinación de informar, victimizar y entretener. Por tanto, la improvisación, la novedad, lo insólito adquieren relevancia.

Bueno, queridas amigos y amigas, fue bien movidito este lunes, yo comentaba las historias de ustedes, algunas tristitas, otras medio peligrosonas, pero siempre entretenidas, compartiendo confidencias, por supuesto.

En los discursos radiofónicos adquiere importancia el contexto a la hora de ordenar los contenidos de la emisión radiofónica. Éstos no se ordenan al estilo de la prensa escrita respecto a la novedad o lo noticioso, sino en relación a bloques temporales más amplios, que no necesariamente varían de un día para otro. En este sentido, se puede señalar que la caducidad semántica de un mensaje radiofónico depende de la vigencia del interés de los oyentes (Moragas, 1980). Por lo tanto, su contenido no varía aunque lo haga el contexto de emisión. En el caso de El gran tribunal los contenidos informativos se enuncian en cápsulas o flashes que en nada afectan a la programación central. Si bien se recoge mucha información, los bloques informativos en tiempo son breves y menos profundos en su análisis. De alguna manera, la aparición de nuevos imaginarios no le conviene al conductor, pues desnudan la realidad de su propia condición de existencia, y de ese modo controla que los mensajes queden estandarizados, o dicho de otro modo, se produzcan en serie, como es el caso del horóscopo y, específicamente, en el caso del programa analizado, las historias contadas. Se advierte un uso de los niveles culturales de los grupos para aproximar o deformar la realidad en el momento de interactuar con los oyentes. En definitiva, por parte del conductor se tiende a estandarizar y perpetuar los modos de interactuar con el fin de provocar la sensación de estabilidad y equilibrio.

Incluso las bandas publicitarias resaltan valores propios de la mujer en su casa a través de los anuncios de detergentes, elementos de belleza, etc. Éstos generan una consonancia al exaltar la condición de mujer, dueña de casa, si se consideran las categorías que se privilegian en el caso del El gran tribunal: temas en directa relación con la mujer y las relaciones de pareja (aborto, infidelidad, acoso sexual, madres solteras, etc.). La situación difiere en el programa La mañana noticiosa. Allí no hay bandas publicitarias, pero sí existen y se privilegian categorías que tienen que ver con los derechos y deberes ciudadanos, la honestidad de las personas, la resolución de trámites regulares, etc.

En el caso de La mañana noticiosa se recoge mucha información de carácter regional. Los bloques informativos en tiempo son amplios y el conductor intenta recalcar y repetir aspectos que juzga importantes para la comunidad oyente, pese a que no se alcanza un nivel de análisis crítico de la realidad. Los espacios musicales, concursos, complementan lo informativo; pero no constituyen unidades trascendentes. Lo que sí hay que destacar es que esos espacios le permiten al conductor dialogar con los oyentes vía telefónica y crear el espacio para que éstos participen.

En ambas radios los programas estudiados obedecen a una programación más libre en que gran parte de la secuencia y coherencia se logra gracias al conductor, quien llega a convertirse en un eje vital para tratar los temas. Tal como lo señala Cebrián, (1995) opera en los oyentes un sentimiento de credibilidad y simpatía.

NIVELES DE LA LENGUA

Una situación de comunicación corriente supone personas que mantienen un intercambio verbal en ciertas circunstancias. Por lo tanto, están sujetas a pautas de comportamiento más o menos rígidas, las cuales varían sin lugar a dudas, en cuanto al grado de restricción. (Wagner, 1989).

La situación de comunicación que corresponde a nuestro análisis de texto se inscribe dentro de la variedad informal por la libertad que tienen y manifiestan los interlocutores al expresarse respecto de hechos o situaciones del mundo extralingüístico. Es común que el que sabe más (presenta mayor competencia a nivel comunicativo) se adapte al que sabe menos. Es así como en el diálogo no es extraño el uso de palabras abreviadas como "tele", "poh" y otras que usaríamos en la variedad informal, como "comadre", "pega"... Lo anterior por parte de ambos interlocutores, y sólo en el caso del destinatario otros usos, como, por ejemplo, verbos irregulares mal conjugados ("conduci", "caigo", "sostenieron", "extrayera", "disperté") y sustantivos usados particularmente como "ojala", "celebro", "golumpio", etc).

Dado el grado de improvisación característico de los discursos orales del tipo programa de servicio a la comunidad (programas participativos), es común que a través del diálogo se constaten estructuras lingüísticas propias del lenguaje coloquial como repeticiones, muletillas, palabras comodines, y más aún si el sujeto interpretante del programa radial pertenece a un estrato socioeconómico bajo y medio bajo.

ACTOS DE HABLA

La pragmática tiene que ver con los actos de habla, los cuales se definen como ciertas emisiones verbales que provocan cambios en el estado de las cosas del mundo empírico Álvarez (1996). Los hay del tipo asertivo (el hablante representa como real un determinado evento), compromisivos (cuando el hablante se compromete a hacer algo), directivos (el hablante intenta que el interlocutor haga algo) y expresivos (el hablante expresa su actitud sobre un determinado acontecimiento o situación).

Calsamiglia y Tuson (2002) hacen reparar en la capacidad que tienen todas las lenguas de evidenciar los elementos contextuales en los textos orales y escritos que producen los hablantes. Este fenómeno, el cual gramaticaliza los factores que permiten identificar los aspectos de la enunciación, recibe el nombre de deixis. Ésta es esencial desde el punto de vista del contexto, en el sentido de que el significado concreto de un texto depende de la situación de enunciación, básicamente quién dice qué, a quién, cuándo y dónde. Desde la perspectiva pragmática, la evidencia de los elementos deícticos de ubicación espacial determina, en gran medida, el éxito de la conversación.

No cabe duda de que la organización textual y discursiva de la comunicación oral es multicanal, en términos de Calsamiglia y Tusón (2002), porque, en primer lugar, hay que atender no sólo a lo puramente lingüístico, sino también a lo paraverbal, cinético, proxémico; en segundo lugar, porque la manifestación más típica de la oralidad es dialogar con dos o más interlocutores, aunque también se producen secuencias monologales. Por lo tanto, algo esencial respecto al discurso oral es que constituye "una acción entre individuos".

Es importante aclarar, que el sujeto comunicante pone en escena, a través de su actualización lingüística, por supuesto, a un enunciador, cuya imagen varía dependiendo de la situación de discurso en que se haya inmerso, y, a su vez, instituye un destinatario, cuya imagen (creada por él mismo) puede coincidir o no con la que proyecta el otro. Si hay coincidencia el acto de lenguaje tendrá éxito.

TIPOLOGÍA TEXTUAL

Desde una perspectiva discursiva cotidiana, el texto de nuestro corpus corresponde a un discurso de naturaleza oral dialogal cuya extensión se relaciona con la hora que dura el programa radial, el cual se sirve de los géneros masivos para hacer pública esa palabra. Dicho de otra manera, conquistar la palabra en este tipo de programa es conquistar la ciudad.
En general, desde el punto de vista intencional, se presta un servicio del tipo consejería a personas que se proyectan a nivel discursivo como seres desvalidos que si no siempre esperan una solución definitiva a su problema, al menos se conforman con ser escuchados. Se da una mediación instituida y representada por aquellos destinatarios (en este caso, mujeres en su mayoría y hombres en minoría, en búsqueda tanto de un reconocimiento como de una construcción de identidad).

Lo anterior se refiere al sujeto destinatario en relación a la imagen que proyecta por medio del discurso. A su vez, la imagen que proyecta el sujeto de la enunciación por medio de su discurso y desde un punto de vista metafórico, es la de un ser con poderes curativos en materia de problemas, sobre todo del corazón. En este sentido el sujeto destinatario se siente apoyado, escuchado, aconsejado (pero nunca censurado) por parte de su contrapartida.

La interrogante que surge respecto a la particular situación discursiva que se genera en ese contexto radial, y que tiene relación con las prácticas discursivas de ese tipo que van en aumento en los tiempos que corren no sólo vía radial, sino también vía televisiva, es la siguiente: ¿A qué se debe el auge de los programas tipo consultorio sentimental?

Como respuesta a lo anterior, sin lugar a dudas, el rol de la radio en la vida de las personas es mucho más importante de lo que se piensa. Respecto a esto, Alfaro y Mata (1992) plantean que en el tipo de programa radial como el que analizamos se expresa parte de la complejidad y conflictividad social que afecta a la sociedad actualmente. Para las autoras, al igual que para Martín Barbero (1995), el estudio y la producción de la comunicación ha dejado de ser una cuestión de medios y de mensajes y empieza a ser un espacio clave y preciso de las articulaciones dinámicas culturales con los grupos sociales. No cabe duda de que el reconocimiento de los públicos y sus necesidades en programas como los analizados son un ejemplo emblemático de la nueva perspectiva.

CONTEXTO

Tal como señala Choque (2000), al hablar de audiencias se piensa en sujetos activos, ubicados socioculturalmente desde su situación biográfica particular; por tal motivo, estamos en la perspectiva de entenderlos como parte de una comunidad emocional e interpretativa. Desde una línea sociocognitiva, hablamos de una comunidad interpretativo-hermenéutica, dicho en términos de Orozco (1991), cuando nos referimos a aquellos sujetos sociales unidos por un ámbito de significaciones, del cual emerge una significación especial para su actuación social, que adquiere sentido en el contexto situacional. Hoy no se puede señalar que la radio sea un medio de comunicación que genere en los destinatarios una visión despersonalizada de su mundo, como se solía pensar. Por el contrario, la radio es fiel exponente de la cultura, en la medida en que otorga una inmediatez y una capacidad de interacción docente (Orozco, 1991).

En general, se parte del supuesto de que en la interacción social es importante tanto el contexto como el texto. Sin duda, definir el contexto es algo difícil y complejo; sin embargo, existe cierto consenso de parte de la perspectiva pragmática respecto a que la acción es especialmente decidora para las cosas del decir. Quizá la dificultad para precisar lo que implica el contexto radica en la diversidad de enfoques que existen. Con relación a ello se destacan: el contexto lingüístico, situacional o sociocultural.

Si la comunicación es una forma de acción, entonces una investigación sobre ella debe basarse en un análisis de la acción y en una explicación de su carácter socialmente contextualizado. Partimos del supuesto de que las funciones sociales pueden ser vistas como acciones con propósitos llevados a términos en contextos sociales estructurados, en palabras de Thompson (1998). La vida social está compuesta por individuos que llevan a cabo propósitos y objetivos de varios tipos. Para tales cometidos, estos individuos actúan dentro de un conjunto de circunstancias previamente establecidas, que son llamadas campos de interacciones por Bourdie (1993).

MEDIACIONES

Alfaro (1990) ha planteado que la radio, como medio de comunicación, genera tres tipos de mediaciones: personales, sociales y políticas. Para efecto de este artículo son relevantes las dos primeras, que se refieren a aquellas en que el individuo se constituye en persona social a través del "diálogo" en su vida cotidiana personal, es decir, en su encuentro consigo mismo (identidad individual) y su relación con los demás a partir del consumo radiofónico, estableciendo continuidades entre el "yo" y el "otro" en la formación del "nosotros" (colectivo-social). Alfaro añade que la radio posibilita entender y reflexionar sobre lo vivido e integrarlo en la construcción de una opinión que va sustentando la creación de un saber popular. De tal manera, se valora y rescata la importancia de lo afectivo-sentimental, la esperanza, la fantasía, el sueño, el placer por qué vivir. Las segundas se refieren a que la radio integra a cada oyente en las acciones comunes, en interlocuciones colectivas que dan lugar al "nosotros popular"( la comunidad imaginada). La radio cumple así una función de intermediación donde dialogan no sólo ánimos e ideas, sino también las experiencias. Se generan solidaridades, estados de ánimo que se interfluyen, esperanzas y conflictos que se comparten, (Alfaro, 1996). Por lo tanto, la práctica radiofónica debe posibilitar y generar otros espacios de encuentro y diálogo, donde los diferentes actores se identifiquen a través de la voz y se reconozcan, dialoguen, debatan, lleguen a consensos y emprendan acciones comunes de desarrollo y transformación social, siendo la radio como soporte la mediadora de la representación del mundo asumido.

En términos de Camacho (2001:7), es evidente que la radio ha venido conquistando una función mediadora en el sentido de que a través de ella se producen procesos comunicacionales que definen identidades culturales y relaciones sociales y hasta políticas. En el caso de las radios comerciales y comunitarias, estos procesos suponen la gestación de un reconocimiento de una identidad desde diversas dimensiones o ámbitos comunicativos complementarios. Partiendo del planteamiento de Alfaro (1995), podemos determinar algunos ámbitos comunicativos complementarios, útiles para entender el contexto en que se presentan los programas radiales del tipo que nos interesan y que se refieren, por un lado, al rol del conductor y / o locutor y, por otro, a la oferta programática.

A modo de cierre podemos señalar en primer lugar, que el abordar este tipo de estudio nos permitió determinar en el proceso comunicativo el tipo de relación que se establece entre el conductor y/o locutor y el oyente, que pone en acción dos subjetividades que, al unirse, configuran una intersubjetividad que naturalmente está plena de sentido.

En segundo lugar, que resulta significativo y relevante develar el sentido que está implícito en una situación comunicativa, en tanto que el sentido no es sólo un dato, sino una construcción social y, más precisamente, comunicativa o dialógica. El sentido de un enunciado emitido por un sujeto se manifiesta en una interpretación hecha por una comunidad frente a determinadas formas de enunciación y, por lo tanto, el grupo social se apropia del contenido dándole sentido para sus miembros.

En tercer lugar, frente a la situación de cómo satisfacer necesidades en un mundo en donde el creciente tráfago y estrés mantiene a los sujetos cada vez más aislados y con poca disponibilidad para escucharse entre sí, surgen otras fuentes de gratificación que tienen una carga afectiva importante para ellos. La radio parece ser el medio más cercano al modo como las personas establecen las relaciones afectivas en la conversación de la vida cotidiana, aunque su discurso no sea más que una construcción textual discursiva mecánica.

En cuarto lugar, por lo particular de la oralidad que caracteriza a la radio, recrea la instancia conversacional cara a cara. Se genera un momento que, a juicio de los oyentes, parece de cercanía, de credibilidad. Se sienten protagonistas de los hechos.

Por último, la interacción en el proceso comunicativo entre la lógica de la oferta programática y los usos sociales de esos productos comunicativos está mediada por el tipo de programa que analizamos, pues en ese lugar hay un modo particular de reconocerse del sujeto ante sí mismo y los demás. La programación radial ha de ser un espacio propicio para convertirse en tribuna alternativa en la formación social de los públicos.

Referencias bibliográficas

ALFARO, R. (1995) Los medios, nuevas plazas para la democracia. Lima, Calandria.

------ (1990) Cultura de masas y cultura popular en la radio peruana. Lima, Calandria.

------ (1984) "Modelos radiales y proceso de popularización de la radio Limeña". En: Revista Contratexto. Lima, Universidad de Lima.

ALFARO, R. y MATA, Mª C. (1992) "Investigaciones sobre Radio La Voz de la Selva y Radio Cutilavu". En: Calandria, Lima, ALER.

ÁLVAREZ, G. (1996) "Textos y discursos. Introducción a la lingüística del texto". Proyecto de desarrollo de la docencia, Universidad de Concepción, (inédito).

ANDERSON, B. (1983) Imagined Communities. London: Verso.

AUSTIN, J. L. (1971) Cómo hacer cosas con las palabras. Buenos Aires, Paidós.

BENVENISTE, E.(1974) Problemas de lingüística general. Siglo XXI.

BOURDIEU, P. (1993) Cosas dichas. Buenos Aires, Gedisa.

CALSAMIGLIA, H y TUSON, A. (2002) Las cosas del decir. Manual del análisis del discurso. Ariel Lingüística. Barcelona.2002.

CAMACHO, C. (2001) "Investigar lo popular hoy, ¿qué es? Miradas ciudadanas desde las radios populares". En Revista PCLA. Volumen 2-número 4. Julio-agosto-septiembre, Sao Paulo.

CEBRIAN, M. (1995) Información Radiofónica: Mediación Técnica, tratamiento y programación. Madrid, Editorial Síntesis.

CHARAUDEAU, P. (1983) Langage et discours. Paris, Hachette.

CHOQUE, M. "Construcción de sentido en las audiencias populares de la ciudad de La Paz". Ponencia presentada al Congreso de ALAIC (Asociación Latinoamericana de Investigadores en Comunicación) Santiago de Chile, abril de 2000.

GARCIA CANCLINI, N. (1995) Culturas Híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad. Buenos Aires, Sudamericana. B. A.

GONZÁLEZ REQUENA, J. (1992) El discurso televisivo. Espectáculo de la posmodernidad. Barcelona, Cátedra.

LEWIS, P. y BOOTH, J. (1992) El medio invisible. Radio pública, privada, comercial y comunitaria. Barcelona, Paidós.

MARTÍN-BARBERO, J. De los medios a las mediaciones. Comunicación. Cultura y hegemonía. Ediciones Gili y Gili. Barcelona. 1995

MORAGAS, M. (1980) Semiótica de la comunicación de masas. Barcelona, Península.

NIERGA, G. (1996) Hablar por hablar. Barcelona, Planeta. 2000.

OROZCO, G. (1991) Recepción activa .Tres aproximaciones y una razón para su estudio. En: Cuadernos de Comunicación y Prácticas Sociales. Nº 2. México, Universidad Iberoamericana.

THOMPSON, J. (1998) Los media y la modernidad. Una teoría de los medios de comunicación. Barcelona, Paidós.

VAN DIJK, T. (1980) Estructuras y funciones del discurso. México. Siglo XXI. 1980.

------ (1984) Texto y contexto. Madrid, Cátedra.

------ (2000) El discurso como interacción social. Estudios sobre discurso II. Barcelona, Gedisa.

WAGNER, C. (1989) Lengua y enseñanza. Fundamentos linguísticos. Stgo. de Chile, Andrés Bello.


Notas

1. Docente del Dpto. de Comunicación Social de la Universidad de Concepción. Dra. en Ciencias de la Comunicación . Este artículo forma parte de la tesis doctoral de la docente.


F@ro
Revista teórica del Departamento de Ciencias de la Comunicación y de la Información
Facultad de Humanidades - Universidad de Playa Ancha
INDICE | PRESENTACIÓN | TEMA I | TEMA II | TEMA III | TEMA IV | TEMA V| TEMA VI | E-RECURSOS
Ediciones Anteriores | Staff Revista F@ro |Buscador | Contacto