Resumen: Este artículo propone pistas de reflexión para entender a los medios de información y su relación con las minorías culturales y lingüísticas en una perspectiva psicosocial. Se trata de valorizar y comprender la diversidad, la heterogeneidad, la flexibilidad y el movimiento en esta era de comunicación. Se abordarán cuestiones como la relación entre la representación social, la ideología y las actitudes, las que son recurrentes en los ámbitos de la ppsicología social y las Ciencias de la Información y de la Comunicación. Trataremos de proponer un cuadro teórico que permita ilustrar la complejidad y la necesidad de un análisis que tome en cuenta un acercamiento a nivel macro y micro.
Palabras Clave: Minorías culturales-lingüísticas, representación, actitudes, acomodo, Medios de Información, NTIC, características individuales y factores de Interacción.
Abstract: This study proposes a number of framework for interpreting the media and their relationships with linguistic and cultural minorities in a psychosocial perspective. The aim of this study is to understand diversity, heterogeneity, flexibility and cultural evolution in the current communication era.
Question such as relations between social representations, ideology and attitudes will also be treated. These themes are frequent in the domain of social psychology as will as in the areas of information and communication.
The goal of my article is to propose a theoretical framework which can illustrate the complexity and the necessity of an analysis based on micro analytical and macro analytical approaches.
Keywords: cultural and linguistic minorities, representation, attitudes, accommodation, media, NTIC, individual characteristics and situational factors.
"El mundo es como un jardín, oí después, cada cultura es una delicada flor que hay que cuidar para que no se marchite, para que no desaparezca. A veces pueden parecernos semejantes, pero cada una tiene su aroma, su textura, su tonalidad particular. Y aunque las flores azules sean nuestras predilectas ¿qué sería de un jardín sólo con flores azules? Es la diversidad la que otorga el alegre colorido a un jardín (al mundo lo reencantan todas las culturas o no lo reencanta ninguna, me digo)".
Elicura Chihuailaf, poeta mapuche[2] |
El asunto de la relación entre los medios de comunicación y culturas minoritarias ocupa, en Europa, un lugar nada despreciable en los debates públicos desde hace ya una veintena de años, particularmente en los países en donde las condiciones de existencia de lenguas-culturas minoritarias han experimentado cambios importantes. Sin embargo, las nociones extraídas de esta relación a menudo han sido confundidas o bien no responden a un consenso conceptual sobre la realidad que pretenden mostrar. Incluso si “la definición” de cultura no existe, sigue estando abierta y se adapta a las necesidades de reorientación de las diversas teorías. Estudiaremos los trabajos de culturalistas norteamericanos como Ralph Linton que propone una visión extensiva de la cultura: “Una cultura es la configuración de los comportamientos aprendidos y de sus resultados, en donde los elementos que la componen son compartidos y transmitidos por los miembros de una sociedad dada”[3] De acuerdo a esto, hablar de culturas-lenguas minoritarias es restrictivo en sí, ya que bajo esta denominación se encierra realidades muy diferentes unas de otras. Lo único en común entre las denominadas culturas-lenguas minoritarias es que el grupo humano que las constituye es menos importante que otros grupos que hablan otra lengua y que están en el mismo territorio de un mismo Estado.[4]
Pero el factor territorial es tan importante como el político; los miembros de culturas-lenguas minoritarias se encuentran normalmente excluidos del poder del Estado, lo que implica una desventaja y un riesgo de desaparición. Pero aparte de esto, todo es diferente; el número de locutores (no es lo mismo 9 millones de Catalanes en España que 300 mil Bretones en Francia o más de 600 mil Mapuches en Chile) el estatus legal, las condiciones de vida, la relación con los otros grupos lingüísticos del mismo Estado o grupos vecinos, el estatus social de la lengua por sus propios locutores, las relaciones y actitudes de convergencia/cooperación o dominación que existe entre el grupo mayoritario y el minoritario varían.
Es en este sentido en el que la Psicología Social tiene algo que decir, ya que, como se verá en el transcurso de este trabajo, la cuestión de identidad ligada directamente a las minorías está también estrechamente asociada a la problemática de las actitudes, de las representaciones y evidentemente a la de los medios de comunicación.
Estas nociones tan estudiadas en psicología social e INFOCOM han sido tremendamente debatidas por los investigadores. Para nuestro estudio consideraremos los trabajos de Rateau (2000)[5] como esenciales, ya que prueban, en forma experimental, la hipótesis teórica de una relación jerarquizada entre opinión, actitud, representación e ideología: De esta manera las actitudes son instancias generadoras y organizadoras de opiniones. Este lazo jerárquico, entre opinión y actitud, explica los procedimientos clásicos de escalas de actitud en las cuales las actitudes organizan un cuerpo de opiniones.
De la misma forma se puede observar que, en un grupo, un buen número de actitudes son compatibles, lo que implica que la razón de una actitud está en un nivel más alto del que proviene, aquel de las representaciones sociales. Estas, a su vez, siempre en referencia a un objeto en particular, son inspiradas y organizadas por ideologías que son llevadas primeramente sobre una clase de objetos, lo que las hace comparables a un código interpretativo que se encuentra más arriba de las temáticas particulares. Entonces vemos claramente el paso entre estos cuatro niveles de análisis.
Nuestra reflexión tendrá como objetivo el análisis de las actitudes, ya que ellas implican abordar el nivel micro y nos permite el paso al nivel macro en el estudio de los medios de comunicación.
Más precisamente, tomaremos como punto de partida la definición de Palmerito (1984).
“First, an attitude develops through experience with an object. Second, it predisposes one to act in a predictable manner with respect to an object. Third, an attitude consists of positive or negative evaluations. (…) Only objects that have been contextually defined can have a specific attached to them (…) Thus, in this sense an attitude cannot exist outside of a particular context because an attitude requires two contextually defined objects”.[6]
En otras palabras, una actitud implica dos objetivos definidos contextualmente y la relación que se establece entre ellos. Comprende tres elementos: un aspecto sociocultural (el contexto), un aspecto cognitivo (la experiencia), y un aspecto de conducta que implica una predisposición a actuar en concordancia con ella.
La relación entre estos factores es tan estrecha que no se puede llegar y disociar, sobre todo si se considera que los individuos tratan de mantener una cierta congruencia entre los componentes, las actitudes que tienen afinidades y entre todas las actitudes que constituyen un sistema.
Investigaciones recientes como la de Natalie Bayle (1999), muestran la importancia de estudiar las actitudes en el seno de la empresa, porque ciertas situaciones nos invitan a interrogarnos sobre las razones que incitan o frenan a los empleados (sometidos o no a la ley) a tener o no comportamientos de inclusión frente a los otros[7]. Bajo el término de “comportamiento de inclusión” se designa al conjunto de actos realizados por “quienes deciden” que tienden a favorecer la integración de trabajadores en la empresa (comportamiento de empleo, de búsqueda de empleo, de candidatos y preparación de la empresa a la recepción de trabajadores). Para nuestro estudio, esto querría decir que, para entender los comportamientos de inclusión y la política de inclusión de una cadena, podríamos tomar en cuenta determinantes tales como la actitud de los entes decidores frente a las culturas y lenguas “minoritarias.
En esta perspectiva, sería importante que los medios de comunicación, actuaran en el sentido de una educación afectiva de la confianza en sí. Una cultura que debería desarrollar el deseo de superar actitudes de desprecio, de estigmatización o de desvalorización de sí o de otros.
Uno de los estudios que resalta la relación entre actitudes y medios es la que propone Stuchlik (1974), en donde señala cómo la manera de ver o de presentar la cultura Mapuche en Chile ha afectado el porvenir de esta cultura[8]. Esto ilustra bien la importancia de una oferta audiovisual tendiente a la difusión de actitudes positivas hacia la comunicación intercultural.
Nuestra problemática se inscribe entonces en la corriente de investigación que adelanta que “son los estados internos los que gobiernan el comportamiento”[9], sabiendo que no pueden explicar completamente los comportamientos de los individuos. “En lo que respecta a un objeto, las actitudes de los individuos no pueden, en efecto, por ellas solas, explicar sus comportamientos frente a este objeto” (Drozda-Senkowska, 1996). Puede haber posibles rupturas entre las actitudes y los comportamientos, por lo que se intentará, en este trabajo, poner en relieve los factores que pueden explicar estas eventuales diferencias.
La teoría de la “acción razonada” afirma que la intención de comportamiento (ella misma determinada por la actitud y la norma subjetiva) constituye la única base para predecir la acción, situándose entre la conducta y el concepto hipotético de las actitudes. La intención refleja los factores motivacionales que llevan a la acción, pero cabe preguntarse si las intenciones se traducen sistemáticamente en actos. En un papel de “arbitraje” entre estos tres factores, pueden intervenir otros factores, así por ejemplo elementos del ambiente profesional (incitaciones organizacionales, normativas, factores puntuales del contexto) influencian el comportamiento y las actitudes.
Esta conceptualización puede ser integrada a lo que Preston (1998) llama las características individuales y los factores de interacción que permiten aclarar y ordenar los factores que son la base de las actitudes.
Las características individuales están divididas en “adscritas” y “adquiridas”; para las primeras, el individuo ejerce poco o ningún control (edad, sexo, orígenes (país natal), etnia y región).
Los segundos (el rol, el estatus, la especialización) se desarrollan a través de las relaciones entre el individuo y el grupo, la red o la comunidad. Los factores de interacción nos relacionan con el medio (temporal y espacial) las relaciones de poder y de solidaridad, las redes donde transita el individuo.[10]
En el origen de los cambios culturales está el individuo, pero la comunidad, el grupo o la red son también la fuente y el elemento de propagación de los cambios. En toda cultura, como en las empresas de comunicación, existe “una lucha permanente entre tradición e innovación”.
Aquí podemos entrar en el debate acerca de la televisión pública y preguntarnos si tiene por todas partes, la posibilidad (sino la responsabilidad) de permitir a las minorías culturales participar en su reconocimiento, en la afirmación de su identidad; gracias a la difusión de programas que permiten comprender las diferencias con la ayuda de una comunicación organizacional que abre la vía al diálogo, a la interacción como proceso de contacto, teniendo en cuenta la “ teoría de la acomodación” (Pilles 1973-1979; Trudgill 1986). La teoría que se desarrolla a partir de los conceptos de convergencia y divergencia que se producen en el momento de un contacto.[11]
Una propuesta política que apunta a tomar en cuenta las minorías, debería considerar que la valorización de estos grupos depende tanto de los factores sociopolíticos, económicos (nivel macro) como de las situaciones de contacto frente a frente (nivel micro), ya que en las situaciones de contacto los individuos actúan según los actos de identidad (Le Page et Tabouret-Keller, 1985). Estos actos reflejan las actitudes de las personas hacia su etnia, su lengua y la de los demás; muestran la manera en la que los individuos se relacionan con su red en el grupo al cual piensan pertenecer y el tipo de interacción que llegan a tener con los otros grupos. El cambio actitudinal en una problemática de este tipo es complejo, gradual y motivado de manera multidireccional.
Esta conceptualización nos permite estudiar las actitudes y los comportamientos en lo que respecta a las minorías en el campo de los medios de comunicación sin que se limiten a la esfera profesional de los que presentan estas actitudes y comportamientos. En efecto, consideramos que los individuos están comprometidos en varios medios en los que se construyen y se desarrollan actitudes. Este fenómeno podría explicar, a veces, el desfase entre la conducta y las actitudes.
Por otra parte Bagle (1999) afirma que las actitudes, en el medio profesional, han sido desarrolladas en otros campos de vida además del campo profesional y que la congruencia entre las actitudes y la conducta depende también de la manera en que las personas administran sus interdependencias en otros campos de existencia. Señala también que el grado de “permeabilidad” de las estructuras organizacionales en los procesos individuales tiene una influencia sobre la acción de los miembros de dichas organizaciones. El decidor, en el seno de la organización, es el actor de un sin fin de organizaciones (sociales, amistosas, familiares) y “enfrenta su propia exigencia de unidad a la de la organización”. (Cury et Dupuy, 1996)[12].
Las estructuras poco burocratizadas autorizarán con mayor facilidad a los decidores de imponer su “propia exigencia de unidad” y permitirán una mayor coherencia entre las actitudes, las intenciones y los comportamientos de inclusión [13]. Por el contrario, las estructuras fuertemente burocratizadas impondrán de antemano sus propias exigencias al decidor.
Estas constataciones nos confirman la idea de que todo intento de normalización que favorezca a una minoría es positivo en el caso de contactos con un grupo mayoritario, más denso, que tenga un poder político, económico más importante. En efecto, el contacto entre un grupo dominante y un grupo minoritario debilitado (grupo dominado) tiene normalmente como resultado la imposición de la lengua y de la cultura del grupo dominante.
Esta conceptualización nos permite abordar el mundo de las comunicaciones de otra forma. Para poder entender la relación entre los medios y las culturas lenguas minoritarias hay que preocuparse entonces de lo que pasa en “bambalinas” Cottle (1997). Debemos mirar nuestro objeto de estudio con una visión crítica que viene normalmente del exterior, pero que debe tomar en cuenta inevitablemente la visión interna misma de las empresas de comunicación. Pensar, por lo tanto, en observar el contexto institucional, el régimen de programación, los objetivos profesionales, las políticas culturales entre otros.
Deberíamos, entonces, examinar cómo los medios de comunicación (en su papel de empresas de comunicación) concilian el interés económico y el interés común; ya que “cultura de empresa”, actitudes colectivas e interpretación del mundo están asociados.
La cultura es el espíritu de la empresa, el conjunto de creencias compartidas que se encuentran en las tradiciones y hábitos de las sociedades.
Primero, podemos resaltar la dificultad que representa la gestión de las políticas culturales respetuosas de la diversidad y más aún si se trata de conciliar estas políticas con la de los medios de comunicación masivos, ya que hay que medir ‘la prueba de fuerza' entre el respeto, la comprensión, la aceptación de la diversidad, la necesidad de unidad y un mercado que manda.
En efecto, las políticas públicas constituyen un “orden local” (Muller, 1998), por que “ponen en juego relaciones asimétricas entre el Estado, que modifica el medio jurídico de los individuos, y los cuidadanos…actores, hombres políticos, funcionarios de todos los niveles, grupos de interés”.14
Lo que nos interesa es la “dimensión simbólica” (Edelman, 1976)15 de las políticas, por que el impacto pasa por la construcción de imágenes, de creencias sobre el mundo que pueden modificar la representación que los actores rehacen de su entorno. Así es como se puede abordar la problemática de las actitudes hacia las culturas minoritarias en este tipo de documentación y es de esta forma que podemos afirmar la importancia de las políticas públicas en el campo audiovisual.
En 20 años, la escena audiovisual ha cambiado mucho, como dice Schneier-Madanes (1995,p1) cambios que trastornan los medios masivos del mundo entero “ya sea en la producción o en la difusión. Mutaciones profundas también en los hábitos de los consumidores: a la globalización de la oferta audiovisual responde una demanda cada vez más segmentada”.
Estas tendencias mundiales abren la actividad más allá de los límites de cada nación y de cada estado. Dicha apertura implica la separación entre la misión cultural de las cadenas y la gestión comercial con una tendencia a la homogeneización, para responder al proceso de la “liberalización de producción audiovisual”.
Si es verdad que los medios, las industrias culturales, permiten la integración de los mercados: así por ejemplo, la televisión chilena se abre a un mercado latinoamericano, panamericano, mundial; no es menos cierto, que las especificidades de los medios de cada país se diluyen, para responder a los estándares de estos nuevos mercados que tienden a imponer un modelo estético único en función de un público donde la diferencia cultural se transforma en un exotismo rentable.
En este mundo donde priman las lógicas comerciales, donde todo va dirigido al público en general, los valores tradicionales, la pluralidad y la democracia pueden estar en peligro. Bourdon (1998) señala “No hay transparencia de lo social en la televisión. No hay, por ejemplo, televisión que permitiera acceder a un “imaginario social”. La televisión hace elecciones en una posible conveniencia de dispositivos, de emisiones, de temas de acuerdo a los recursos técnicos, sociales según las características del personal y de la organización, de acuerdo a sus relaciones con los otros medios, según la manera en que construye la imagen de su público.16
En efecto, hoy en día, en los medios de comunicación como en la mayoría de las organizaciones “la globalización obliga a las direcciones de firmas a intervenir en ambientes culturales muy heterogéneos adaptándose y haciéndose aceptables por ellos, manteniendo una eficacia global de la organización” (Le Moenne 1996, p 160).
Teóricamente los medios de comunicación de masas se ofrecen a todos, la mayoría de los miembros de la sociedad, por no decir todos, están en su círculo de influencia. Los investigadores señalan, ahora, que la televisión pública ya no es la única que ocupa un espacio que entre la cultura y la tecnología. Como dice Anne Wessberg (1999, p.91) Director General de radiotelevisión finlandesa: “La Radio y la Televisión…Estos dos medios son, hoy día, en la sociedad moderna, los agentes más importantes en la transmisión de mitos…Ellas asocian el cambio animado por la tecnología a una larga tradición cultural”.
Incluso si la llegada de la radiotelevisión digital exige transformaciones extraordinarias y profundas en el sector (en los métodos de funcionamiento y de producción aplicados al corazón de las empresas en la relación al sector de los contenidos, ya que es un medio tanto individual como de masas), podemos preguntarnos si una radiotelevisión digital será pronto tan accesible como la hertziana. En este sentido, hay que resaltar, que en Europa occidental 60% de los hogares medios tenían solamente acceso a la televisión hertziana en 1996.17 Pero la mayoría de las sociedades de servicio público ya utilizan estudios digitales..
En este contexto, sin importar cuales sean las tesis sobre la misión18 de la televisión pública, queda, en el seno de los medios de comunicación, una de las que debería poder garantizar una oferta, un espacio a las diferentes comunidades con el fin de reflejar la naturaleza multicultural de las sociedades, porque, como dice Calmes (1990, p1) “Tal cual o adaptadas por las circunstancias, sólo los medios pueden, en efecto, difundir y dinamizar las nuevas lógicas de desarrollo de la diversidad cultural”.
A pesar de todo, los bienes y servicios culturales no pueden asemejarse a mercaderías como las otras en el marco de una economía globalizada. El reto es, entonces, articular la lógica económica con la lógica cultural, con el fin de no encontrarnos “en una situación mono cultural del espíritu humano, por que se ha hecho todo, en el plano mundial, para promover el comercio, pero no para reconocer la diversidad cultural”.(Helfter, 1999, p.23).
Se trata entonces de reconciliar la cultura y la economía, la obra y el público, el respeto por la diversidad y la industria.
Las desigualdades económicas que alcanzan, en la mayoría de los casos, a las culturas minoritarias, se reproducen en el espacio audiovisual. A pesar de esta realidad y una difusión generalmente limitada, los medios alternativos juegan, a veces, un papel clave como herramienta de acceso, de participación y de reflexión sobre la información. Pueden contribuir a la visibilidad de las minorías y a la de las voces disidentes, especialmente a escala local. Así llegamos, quizás, a tomarle el pulso a la calle, a lograr un ritmo educativo que permita sentir, pensar y actuar contra el movimiento homogeneizante de la globalización.
Junto a las televisiones y radios locales encontramos otra alternativa, las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación (NTIC).
En efecto, los rápidos cambios en este sector que completa un orden mundial basado en una cultura de masas universalizante, han permitido el nacimiento de nociones y realidades reinventadas. Es así como, hoy en día, se habla cada vez más, en la calle, de comunidad virtual, de ciberespacio, de cibercultura, entre otras. Estas nociones unidas, a veces, a resistencias culturales, resistencia a los sistemas masivos y controlados de información, representan una especie de espacio público local, una comunidad interconectada en tiempo real en un espacio virtual. Con respecto a esto, el filósofo Paul Virilio habla de reemplazar la palabra global por GLOCAL, una contracción de global y local. Él piensa que lo local es forzosamente global y viceversa.
En este contexto de comunicación basada en grupos y/o comunidades de interés (llamadas tribus) las culturas-lenguas minoritarias encontraron un espacio abierto para la difusión de sus reivindicaciones y esto antes que en otros medios.19 Dicho de otra forma, “Las tendencias hacia la universalización que acompañan a la mundialización alimentan, al mismo tiempo el regreso de los fenómenos comunitarios: el clan, la tribu, la banda, la pandilla incluso la secta o la mafia”.20
Estas tribus del ciberespacio están constituidas por individuos dispersos espacial y temporalmente, pero próximos en una lógica psicoemocional. Para nuestro estudio, individuos que comparten actitudes a favor de la libertad de opinión, la creatividad, la benevolencia, la puesta en la red de las competencias, la generalización del acceso a la información y la participación en la circulación de las ideas. Son nómadas a su manera, participan de una “revancha” que permite una interconectividad más democrática.
Pero esta globalización de la comunicación y los conocimientos, esta sociedad de comunicación (Neveu, 1997), esta tela de comunicación que envuelve cada vez más al planeta y alcanza, fascina, sin barreras de espacio o tiempo a personas de culturas y lenguas diversas; lleva en sí una concepción del mundo, propio de la tradición occidental, lo que representa un reto en materia de comunicación intercultural.
Hemos querido mostrar que “masificación mediática” de las lenguas y culturas minoritarias es una experiencia compleja. Como hemos podido constatar los ángulos de ataque de este estudio son múltiples y no excluyentes, hemos hecho y haremos un esfuerzo para “pensar los medios”, retomando una expresión que ya ha sido utilizada.
Nuestro estudio se ha esforzado en presentar una primera red conceptual posible que permita el análisis multidisciplinario de este campo de estudio, ya que no existe una teoría general que permita relacionar los factores que hemos trabajado. Así, hemos tenido que reordenar y adaptar conceptualizaciones, diversos enfoques con el fin de aclarar, en una primera etapa, nuestra problemática.
Hemos podido mostrar la posibilidad de análisis de niveles complementarios: el nivel macro que revela patrones sociales, culturales, étnicos y el nivel micro que nos habla del estudio de las actitudes. La motivación de cualquier cambio en la esfera social es de origen individual al principio y social en el momento de ser adoptado y difundido. Lo que a su vez tiene un efecto circular en el seno de las empresas, de los grupos y de la cultura.
En un primer momento quedarán sin resolver problemáticas cruciales. La diversidad de oferta en el contenido no está asegurada por la diversidad de servicios, los poderes públicos adoptan una perspectiva más social, más amplia, vistas las posibilidades del contexto digital; se insta a los gobiernos a elaborar políticas cuidadosas de garantizar una participación tan fuerte como sea posible de las diferentes comunidades, para evitar que las tecnologías de la información y de la comunicación excluyan de antemano a los grupos desfavorecidos, para que las esperas mayores en materia de libertad, de autonomía, de descentralización y de apertura puedan realizarse. En este sentido, el último Informe Mundial sobre la Comunicación y la Información de la UNESCO (1999-2000, p.132) hace notar que “En muchos países los ciudadanos no tienen la oportunidad de compartir los beneficios de las nuevas tecnologías”.
Usando los términos de Edouard Glissant (1996) podríamos preguntarnos si las NTIC permitirán que, de una u otra forma, nos criollisemos.21. Pero, para que esta criollización se realice realmente, los elementos que se enfrentan tendrían que tener el mismo valor.
Los medios podrían ofrecer “productos” que reflejen los cambios a nivel interpersonal, la heterogeneidad, los conflictos de la sociedad de hoy e incluso más, podrían proponer nuevos imaginarios de sociedad más dialógicas, respetuosas de las minorías, más democráticas.
Aunque este estudio no está centrado en esta problemática en particular, podríamos preguntarnos si en el plano internacional, nacional y regional las autoridades de diferentes países crean las normas y las regulan con una flexibilidad capaz de seguir las evoluciones tecnológicas y si éstas son capaces de garantizar el estatus democrático de las culturas minoritarias.Por lo tanto, es inútil decir que me conformé aquí con presentar algunas premisas, para adoptar, en la relación medios de comunicación y lenguas culturas minoritarias, un enfoque que permita la ínterdisciplina de las ciencias humanas. Aquí, la forma dada al estudio conduce a abrir cada nivel de análisis hacia otro que lo prolonga, esta reflexión nos lleva, sin duda, a continuar este camino en nuestro trabajo de investigador.
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[1] Dr. C. UFR. Langues D.E.A. Ciencias de la Información y de la Comunicación. ATER Universidad de Rennes 2 Francia. Profesor Universidad de Playa Ancha de Ciencias de la Educación (2004-2005), Universidad Católica de Valparaíso (1995-1998/2004-2005), Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación en Chile (1992-1994). Miembro del Equipo de Investigación Interdisciplinario sobre los mundos Ibéricos y de América latina (ERIMIAL) Universidad de Rennes 2. Francia (1999-2006)
[2] El mundo es como un jardín, luego escuché, cada cultura es una flor delicada a la que hay que cuidar para que no se marchite, para que no desaparezca. A veces pueden parecernos iguales, pero cada una tiene su perfume, su textura, su tono particular e incluso si, para nosotros, las flores azules son las preferidas ¿que sería de un jardín con puras flores azules? Es la diversidad la que da la alegría en colores a un jardín (El mundo se reencantará con todas las culturas o con ninguna, me digo) T.P. Chihuailaf, Elicura “ÑI KALLEV MEW. Mi Sueño Azul” en: El Despertar del pueblo Mapuche: Nuevos Conflictos, viejas demandas, LOM, Santiago 2004 p.81. Este poeta mapuche recibió el premio del Consejo Nacional del Libro y la Cultura de Chile los años 1994 y 2000. Su trabajo ha sido traducido en 9 idiomas.
[3] En Calmes, Alain, Estados y Minorías, policopias Maestría y D.E.A. INFOCOM
[4] Se puede afirmar que una comunidad lingüística pertenece necesariamente a una cultura. Sin embargo, el compartir una misma lengua no asegura la pertenencia a una misma cultura, es el caso de la lengua española, entre otras, y las diferentes culturas que reúne en su dominio lingüístico.
[5] Rateau, Patrick, Ideología, representaciones sociales y actitud: estudio experimental de su jerarquía. Revista Internacional de Psicología Social, Prensa Universitaria de Grenoble, Tomo 13, Nª1, 2000 – 116p. (29-57). Varios artículos de esta revista abordan la cuestión de las representaciones y de las actitudes.
[6] En primer lugar, una actitud se desarrolla a través de la experiencia con el objeto. Luego, predispone a actuar de una manera determinada ante este objeto. Finalmente, una actitud es una evaluación positiva o negativa (…) Solamente los objetos que han sido definidos contextualmente pueden tener un lazo específico hacia ellos(…) En este sentido, una actitud no puede existir fuera de un contexto particular, por qué una actitud necesita dos objetos definidos contextualmente” (T.P.) en Villegas, Roxana, Actitudes Lingüísticas frente al español de Chile. Diarios de viajeros siglo XIX. Comunicación, XII Congreso sobre el español en contacto con otras lenguas. University of Southern California, noviembre de 1991, p3.
[7] El estudio de Natalie Bagle tiene como objetivo el análisis de las actitudes hacia los trabajadores discapacitados.
[8] Profesionales de la comunicación, diferentes asociaciones, así como una multitud de sitios Internet confirman la importancia de los medios de comunicación, para la sobre vivencia de las lenguas y de las culturas minoritarias. A este respecto, podemos citar, por ejemplo, la declaración hecha con motivo del Seminario Internacional “Los pueblos indígenas frente a las NTIC” que tuvo lugar en la UNAM en México en el 2005. http://revista.serindigena.cl
[9] Ajzen y Fislibein, 1980 en Bagle, Natalie, Actitudes y comportamientos de los empleadores frente a la empleabilidad de las personas discapacitadas: El papel del contexto Organizacional, comunicación en los actos del IV Coloquio Internacional de Psicología Social Aplicada, organizada por la ADRPS. Renne, junio 1999, p.25
[10] La teoría de la acomodación trata de explicar porqué y cómo los individuos modifican su conducta lingüística y no lingüística en presencia de otros. Lo importante, para este estudio, es que los límites y el grado de integración o de adaptación dependen de factores individuales, sociales, geográficos y demográficos. Los factores actitudinales pueden ser esenciales si son favorables en un cara a cara o en el contacto entre grupos. La convergencia o la comprensión permiten la adopción de nuevas creencias y de nuevas maneras de comportarse. Todo esto justifica el interés por estudiar las actitudes en el seno de los medios de comunicación. También podemos recolectar un sinnúmero de indicios sobre la importancia de las representaciones en las diferentes actitudes hacia estos grupos y hacia sí mismos.
[11] Para nuestro estudio, la idea de contacto implica también lo que Fuenzalida (2000) llama un contacto sicológico. Implica la creación de medios masivos – televisión en particular, para el autor – de una complicidad cultural con la audiencia que hace que un programa sea visto.
[12] En Bagle, Natalie, p.26.
[13] Como se verá más adelante en este artículo; es, sin duda, lo que permite las organizaciones nacidas en el espacio virtual.
[14] y
[15] Muller, Pierre y Surel, Yves. El análisis de las políticas públicas, Paris, ed. Montchrestien, E.J.A. 1998, P. 21-22-27. El autor insiste en el hecho de que las políticas no resolverán los problemas [menos aún los del campo de la interculturalidad], el procesote resolución es mucho más complejo, pero aquellas son importantes pues constituyen un orden local.
[16] Citado por Markus Boom del observatorio audiovisual europeo en Khouri – Dagher, Nadia, “La tele que los observa”. Fuente UNESCO, Diciembre 1999, Nª 118,p1. http://www.unesco.org/sources
[17] Fuente: Observatorio audiovisual europeo, Strasburgo, 1998, p.92. http://www.unesco.org/sources
[18] La misión del servicio público no es ser un catálogo de tareas cuantificables. Por el contrario, cada sociedad debe definir lo que significa el servicio público de radiotelevisión en su contexto; lo que se expresaría, a menudo, en el marco de un proyecto de ley sobre la radiodifusión”. Wessberg, Arne, “La radiotelevisión de servicio público”. En Informe mundial sobre la comunicación y la Información 1999-2000, Paris, UNESCO, 1999 p. 95.
http://www.unesco.org/webworld/wcir/fr/report.html
[19] Cabe hacer notar los más de 25000 sitios o páginas Internet que se encuentran al escribir la palabra mapuche en el buscador Google. Podemos hablar, sin duda, del lado paradojal de las NTIC: Mayoritario o Minoritario y, a la vez, Local y Global.
[20] El arte de la Empresa global. Herramientas para pensar la marca mundial.
http://www.lesechos.fr/formations/entreprise_globale/articles/article_8_3.htm
[21] Según el autor, el mundo se criollisa, las culturas del mundo se ponen en contacto en forma conciente: unos y otros se transforman, no sólo cuando hay conflictos, sino que también por los intercambios a través de las NTICs.
Al Igual que los esclavos africanos se encontraban despojados de todos los elementos propios de su vida cotidiana cuando desembarcaban en América; hoy en día, las desigualdades vividas por las minorías, en el día a día, se reproducen en el medio audiovisual y en el ciberespacio.
No podemos negar que el lugar de las lenguas-culturas minoritarias en el escenario diseñado por los NTIC es muy limitado y falta saber si los miembros de las culturas-lenguas minoritarias ¿podrán apropiarse de los NTIC sin olvidarse de sí mismos; podrán, como los africanos de otros tiempos hicieran con los caribeños, lograr de manera imprevista, defender o recomponer una lengua (el creol), crear y difundir formas artísticas que puedan ser valoradas, adoptadas o adaptadas por todos
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Revista teórica del Departamento de Ciencias de la Comunicación y de la Información
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