Tesis - Revista F@ro Nº 11

Discriminación de género en la legitimación de liderazgos públicos.
Análisis crítico del discurso periodístico del diario La Nación en los años 2000 y 2006

Carolina Collado Schiller*
carocollado@gmail.com
David Jofré Leiva **
dajofre@gmail.com
Universidad de Playa Ancha (Valparaíso, Chile)

Resumen

Esta investigación se ha propuesto identificar, en dos periodos comparativamente distintos, algunas de las estrategias de tematización y discurso utilizadas en el diario la Nación para legitimar ciertos liderazgos públicos en función de los estereotipos de género. El objetivo es comparar los rasgos ideológicos con los que este medio distribuyó las diversas actuaciones en el escenario público en el año 2000 y posteriormente en el 2006, para así evaluar si existieron transformaciones significativas desde el gobierno de Ricardo Lagos hasta que una mujer, Michelle Bachelet, asumiera la banda presidencial. Para estos propósitos, se aplicó un análisis descriptivo que triangula técnicas cuantitativas y cualitativas, estudiando la jerarquización de temas y las proposiciones semánticas sobre una muestra diacrónica intencional de la agenda de este diario, desde la perspectiva del análisis crítico del discurso.

Palabras clave: Ámbito público / Actuación sociales / Liderazgo político / Estereotipo de género / Estrategias del discurso periodístico / Agenda temática / Proposición semántica / Orden androcéntrico / Matriz patriarcal / Discriminación / Transmisión simbólica.

Abstract

This research has proposed to identify, in two comparatively different periods, some of the strategies of theme and speech used in the La Nación newspaper to legitimize determined public leaderships depending on the stereotypes of genre. The objective is to compare the ideological features which this media distributed the diverse performances in the public scenario in the year 2000 and later in the 2006, in order to evaluate if significant transformation existed from the government of Ricardo Lagos until a woman, Michelle Bachelet, was assuming the presidential band. For this purposes, a descriptive analysis was applied, that compares quantitative and qualitative techniques, studying the rank of themes and the semantic propositions on an intentional diachronic sample of the bulletin of this newspaper, from the perspective of the critical analysis of speech.

Key words: Public field  / Social performances / Political leadership / Stereotype of genre / Strategies of journalistic speech / Thematic Agenda / Semantic proposition / Androcentric order / Patriarchal matrix / Discrimination / Simbolic transmission.

Introducción

En marzo del 2006, en un contexto marcado por la consolidación del sistema democrático y el resurgimiento de la movilización social, una mujer –Michelle Bachelet– asumió la presidencia del país por primera vez en nuestra historia republicana. El grueso de su campaña se focalizó en la igualdad de género, propuesta que le valió el apoyo de millones de chilenos y chilenas que esperaban un cambio. ¿Qué tanto de esta nueva matriz ideológica pudo traspasarse realmente a la ciudadanía mediante los dispositivos oficiales de transmisión simbólica? ¿Pudo legitimarse el liderazgo de la mandataria en los medios, a pesar de su condición de género?

Esas son las interrogantes que dieron forma a la presente investigación, cuyo propósito fue identificar aquellas estrategias de tematización y discurso usadas en un periódico controlado editorialmente por el Estado –La Nación– para intentar legitimar determinados liderazgos públicos, en función de estereotipos de género. Tal análisis permitió evaluar si hubo cambios importantes en la agenda informativa gubernamental desde la administración socialista de Ricardo Lagos (2000 – 2006) hasta la del gabinete paritario de Bachelet.

La unidad de análisis del estudio fueron los cuerpos noticiosos de este medio de comunicación, aplicando controles en una selección no probabilística de ellos. Se escogieron deliberadamente noticias que escenifican a actoras y actores de la política nacional en un conflicto de poder, para aplicar, sobre la base de una muestra diacrónica intencional, una metodología cuali-cuantitativa que trianguló técnicas interpretativas del Análisis Crítico del Discurso (ACD) con un análisis estadístico de jerarquías temáticas o de contenido.

Las conclusiones que arrojó esta tesis, permitieron descubrir algunos de los motores de jerarquización, valoración y exclusión de actuaciones sociales prevalecientes en el discurso de la prensa, considerando que los medios de comunicación están en una alta escala de dominio simbólico al desplegar, desde la cumbre de la producción cultural, imágenes mentales que contribuyen con la transmisión de estereotipos. Y es que «todo periódico es el fruto de enfocar y resaltar distintos escenarios de la vida social» (Moreno, 1998, p.74), los cuales aparecen ocupados por actoras y actores que se ajustan a guiones preestablecidos en el tiempo. En una lectura detenida y crítica, es posible ver qué personajes y escenarios son prioritarios para la mirada informativa y cuáles son marginados y excluidos.

Y el género es un área fértil para tales selecciones discriminatorias: en el escenario de lo público sólo participan actores alineados al modelo viril, «por el contrario, el discurso privado ha sido privilegiado por la prensa para mujeres donde se recogen las actuaciones interpersonales, cotidianas y domésticas» (Gascón, 2003, p. 140). La escenificación de la esfera pública en la agenda temática supone una selección de ciertos tópicos válidos, ejerciendo así un control con criterios patriarcales sobre la diseminación de la información.

El código político se enraíza históricamente en un esquema hegemónico teorizado como el Orden Androcéntrico, que ha confinado a la mujer al espacio doméstico para que cumpla su rol reproductivo y ha ubicado al varón a la cabeza de las instituciones públicas, definiendo así una estructura des-equilibrada de dominio expansivo.

Los resultados que aporta este estudio ayudan a entender el potencial de devastación que tienen los medios al servicio de este Orden Androcéntrico sobre la vida social, así como el rol crucial que juegan justamente para revertir las desigualdades, dado su alcance masivo.

Metodología

Para identificar las estrategias con las que el objeto de estudio legitimaría liderazgos en función de estereotipos de género, primero se desarticuló el problema en tres variables: una independiente, que son las estrategias de tematización y discurso; otra dependiente, que es el liderazgo político, aquel factor que será observado para medir su variación según la primera; y una interviniente, los estereotipos de género, propiedad que podría o no afectar los resultados.

Para enfrentar estas variables, se aplicó un enfoque metodológico que triangula dos etapas analíticas, la primera sobre la jerarquización de temas y la segunda sobre los elementos semánticos de la información. Esta perspectiva multidisciplinaria tomó la práctica de triangulación numérico–metafórica de José Ignacio Ruíz, la revisión hemerográfica propuesta por Amparo Moreno y la vertiente crítica del Análisis del Discurso (ACD) planteada por Teun A. Van Dijk y revisada por Héctor Borrat en su diagramación del conflicto político.

Se levantaron los datos a través de tablas de contenido, para facilitar la posterior desagregación estadística de categorías y tipologías. Esto sobre la base de diversos muestreos.

En primer lugar, del universo de informaciones periodísticas del diario La Nación, se seleccionaron sólo las noticias con incidencia en la temática de género y política publicadas durante los meses de junio, julio y agosto de los años 2000 y 2006 mediante un muestreo aleatorio, tomándose un ejemplar por semana y en cada semana un día correlativo distinto.

El lenguaje numérico (Ruíz, 1996) fue abordado mediante una directriz hemerográfica, elaborando fichas de identificación de las unidades informativas del diario para re-construir su personalidad en cada periodo, incluyendo la medición de las áreas impresas de cada tema. El Análisis de Discurso, en tanto, fue aplicado tanto de forma numérica como cualitativa.

Para la primera fase, se extrajo una submuestra intencional de la muestra diacrónica instrumental, que sirvió para acotar el universo de ejemplares. Se efectúo aplicando una lectura de los cuerpos titulares –titular, epígrafe y bajada– de todas las noticias, rastreando dimensiones políticas, actuaciones nacionales y un esquema de dominio o trato desigual entre actores/as. El resultado fue de 95 unidades informativas en el 2000 y 101 en el 2006.

La matriz estadística de esta fase se trabajó como tabla, cuyas filas presentan una a una las unidades noticiosas y sus columnas sistematizan sus categorías depuradas. Luego se ficharon subtablas analizando por separado cada cruce estadístico, llevando a gráfica los resultados. Las categorías fueron: la sección donde se encuentra cada unidad, la temática a la que se adscribe –según el Tesauro de Género: lenguaje con equidad del Instituto Nacional de la Mujer de México (Golubov, 2006)–, su extensión, su ubicación en la superficie redaccional, las actuaciones sociales presentes con su rol y género y el escenario en que éstas se desenvuelven.

Para la segunda fase, se aplicó una extracción submuestral sobre las 196 unidades de la primera etapa, buscando un explícito conflicto de género, lo que resultó en 6 informaciones para el 2000 y 14 para el 2006, aplicándose entonces un balanceo del segundo periodo mediante una selección aleatoria. Respecto a la matriz semántica, en una tabla se desagregó por separado cada una de las 12 unidades en sus elementos discursivos, extrayéndose así variantes léxicas, proposicionales y macroproposicionales en su correlación con estructuras jerárquicas de actuación social. Luego se construyeron mapas conceptuales.

Se partió del supuesto teórico de que hay estrategias implícitas de dominio en los rasgos gramaticales, estilísticos y semánticos del discurso, según dos niveles de estudio, el lexicológico y enunciativo. En el tema político, se enfrenta «a sus actores en función de un bien siempre escaso, el poder, ya para conquistarlo, ya para permanecer en él, ya para influir sobre él» (Borrat, 1989, p. 16). Este conflicto se entiende como un proceso de comunicación, ya que no se puede generar sin que exista la mediación del diario.

Debido a que las cláusulas léxicas presentes en una secuencia oracional, son las que estructuran las proposiciones semánticas que van tejiendo el discurso periodístico, se siguió la pista de los actores y actoras que participan del relato con voz propia –citados textualmente–, dentro del contexto sintáctico que envuelve su performance. Los elementos de este contexto fueron macroreducidos en constantes conceptuales, que se agruparon en la categorización Público y Privado, de acuerdo al nivel de incidencia y alcance de la discusión.

Como última etapa, teniendo claro que cada caso de estudio funciona, a nivel semántico, según un principio de coherencia global –sus temáticas son la manifestación fragmentaria y jerárquica de una macroproposición–, se extrajeron los conceptos fuerza del conjunto de estructuras proposicionales depuradas del total de informaciones. Esto permitió hacer un diagnóstico comparado del discurso como un continuum de cada periodo de estudio.

Los elementos se relacionaron entre sí mediante redes de causalidad en la factura de un mapa conceptual para cada macroproposición, poniendo en juego cómo las proposiciones enhebran una temática y si son formuladas con una valoración positiva o negativa.

Análisis cuantitativo

Se cuantificaron por separado las temáticas presentes en los ejemplares del 2000 y 2006, sumándose el total del número de unidades de información por bloque temático y calculando su porcentaje correspondiente, según este ejemplo:

Cuantificación de bloques temáticos, La Nación 2000

Temas

Nº informaciones

Porcentaje

Estado, gobierno y política

39

41

Legislación y derecho

22

23

Desarrollo social y políticas públicas

7

7

 

De los bloques más representativos, se desagregaron subtemas de esta manera:

Posterior a ambas fases exploratorias, vino la estadística comparativa, facturándose tablas de contingencia para cruzar las diversas clasificaciones de la matriz de casos. El primer cruce fue entre superficie, sección y temáticas; el segundo, entre subcategorías de ubicación (portada, profundidad a lo largo de las páginas, titular y fotografía) y enclaves macroproposicionales; las dos siguientes entre tipología y rol de las actuaciones sociales por tema; le siguió la asignación de un sector a cada una en la escala política; la intersección género y actuación por tipo y rol; y finalmente, de escenario de actuación y su incidencia. Como resultado interpretativo de las cifras obtenidas, se hicieron las siguientes observaciones:

Masiva presencia de temas de Estado y legislación en portada.

La estrategia de tematización e indexación de subtemas políticos no ha tenido grandes modificaciones desde el 2000 al 2006 y el subtema Política Interna ocupa casi la mitad de las informaciones sobre política en general en ambos periodos.

Temas de Estado, legislación, políticas públicas y organizaciones sociales se llevan el 70% de la torta informativa como macrotemática pública. En cambio, la macrotemática privada, que implica el trabajo y la familia, es minoritaria en ambos periodos de estudio.

De una superficie total impresa de 100.339 cm2, el 90% corresponde a secciones que re-presentan el ámbito de lo público y un 40% de esta área se destina a temas de Estado.

Proposiciones que escenifican el tejido de lo público tienen la mejor ubicación y prioridad.

Casi un 90% de las informaciones se desarrollan en el escenario del Poder Político, son minoritarias las problemáticas que pueden darse a nivel ciudadano.

Mayor presencia de temas sobre desarrollo y movimientos sociales en las ubicaciones más destacadas de la propuesta editorial 2006.

Más del 60% de los actores/as pertenecen al Oficialismo y un 60% de dichas actuaciones tienen un rol activo en el discurso de La Nación.

Es más plausible la importancia de varones e instituciones sobre las mujeres en actuaciones con cargo en la administración pública. En la realidad social, hubo más funcionarias de Estado en el organigrama de gobierno del 2006, pero no tuvieron visibilidad ni contaron con voz activa en la realidad informativa de este diario.

La mayor participación femenina se rastrea en propuestas que escenifican lo privado.

Análisis Cualitativo

Un primer nivel fue de Liderazgos, facturándose esquemas de la geografía temática de cada período de análisis para ubicar las actuaciones sociales y sus implicancias en cada tópico. Los dos mapas resultantes se plantearon de acuerdo a este ejemplo esquemático:

Periodo 2000

Privado Público
Aborto Parlamentarias Cesantía Parlamentarios
Género Gobierno
Organismos Internacionales
Ciudadanía Campaña electoral Militantes
Gobierno
Ciudadanía

 

En el 2000, no existen macroproposiciones vinculadas a la esfera de lo privado.

Exclusiva participación del género femenino como actuación legitimada de liderazgo en temas del ámbito privado (derechos reproductivos) y nula opinión masculina en éstos.

Mayor diversidad estamental en el mapa de liderazgos del mundo público.

Hombres lideran temas duros como Identidad, Estado, Gobierno, Mercado y Trabajo.

Mujeres de la sociedad civil lideran temas de demanda social (género, derechos humanos), siendo interlocutoras oficiales de la crítica a los excesos de la ideología imperante.

Gobierno asume valoración positiva como ente protector de los infantes y adolescentes.

Sólo el Poder Político (parlamentarios, militantes de partidos políticos y personeros de gobierno) tiene voz en las proposiciones sobre la Práctica Gubernamental, opacándose la voz propia de la evaluación que haga de ésta práctica la ciudadanía.

Liderazgos político-sociales extra gubernamentales son valorados positivamente si no suman voz crítica y se alinean a los objetivos de bienestar promovidos por el Estado.

La politización de los movimientos sociales se construye como fenómeno negativo, asociándosele con la idea de desvirtuación si participan de éstos agentes extra-oficiales.

Invalidación léxica de líderes femeninas y menores como portavoces de la reivindicación.

Un segundo nivel fue de Semántica e Ideología, trazándose mapas conceptuales derivados del análisis discursivo. Se macro-agruparon las proposiciones encontradas en el total de elementos de sentido del discurso de cada período en estructuras macro-proposicionales, para estudiar las significaciones articuladas jerárquicamente más allá de los contextos de actuación. Cada mapa de relaciones causales resultó como el siguiente ejemplo:

La interpretación arrojó para las estructuras macro más relevantes, que:

El Aborto, pese a ser un tema de incidencia privada, entra en el campo de la discusión pública por sus alcances legales y morales. Se valora positivamente su prevención como iniciativa gubernamental y se plantea un argumento estadístico para negarle legalidad.

Se considera necesario el debate público sobre la protección de los Derechos de la Mujer, cosificándose la problemática mediante medidas concretas como la educación y la justicia, lo que revela una existencia de vulnerabilidades y desequilibrios en el discurso.

Para el sector político de la Derecha, no hay valoraciones positivas, sus actuaciones sociales están negativizadas y se asocian a la libre empresa y el conservadurismo moral. Estar contra la despenalización del aborto, la regulación del divorcio y el seguro de cesantía dibujan el perfil de este sector, antagonista Oficialismo reformista y estatal.

Tendencia de apadrinamiento del Estado a los Derechos de los Menores: su papel es clave en la superación de la falta de oportunidades de los sectores más vulnerables. Pero la reforma administrativa necesaria para esta protección, no considera iniciativas juveniles ni otros métodos de reinserción social, sólo remite a las características del sistema punitivo.

El Estado está al servicio de las demandas ciudadanas con el objetivo de mejorar la vida social, liderando las Políticas Públicas y la conducción de la Educación.

Se repite patrón paternalista en el Divorcio y el Trabajo, mediante un proyecto que no tiene el respaldo de la Oposición y un seguro contra la cesantía, respectivamente. Es valorado positivamente que la Mujer que participa de la Política posea autoconfianza pero ésta debe tener el respaldo de las altas autoridades para su legitimación de liderazgo.

La especulación sobre fricciones políticas e intervencionismos al interior de los Movimientos Sociales conduce la mirada informativa al concepto de politización.

Se admite que no han existido cambios reales en el sistema patriarcal tras el acceso de una mujer al poder, pues persisten desigualdades de Género, y se apela a reformas más profundas en la estructura y mentalidad con que se organiza lo Público, para superarlas.

Se forja un arquetipo ideal de Familia, denotando un fuerte conservadurismo valórico que choca con la empírica existencia de una gran diversidad en la conformación de los núcleos filiales (hijos ilegítimos). Ideológicamente es deseable fortalecer los vínculos afectivos.

Conclusiones

Gracias a una matriz final de inferencia entre las conclusiones globales por periodo, se descubrieron cuatro estrategias de legitimación de liderazgos públicos. Los rasgos generales que definen tales estrategias son una constante entre el 2000 y el 2006, manteniéndose una tendencia a visibilizar mucho más en el discurso al escenario público que al privado.

La primera estrategia para la legitimación de los actores/as que protagonizan esta esfera visible/visibilizada, son las estructuras narrativas. Se vio que las temáticas vinculadas con lo doméstico poseen precario tratamiento de calidad en términos de investigación periodística: el número de fuentes y actuaciones es limitado y las estructuras narrativas suelen ser piramidales, recortando espacio para el debate, interpretaciones y proyecciones.

La segunda estrategia es la construcción del debate público a partir de una concepción maniquea que contrasta ciudadanía y gobierno. El conflicto de poder se escenifica oponiendo las instituciones que gestionan con los vulnerados/as que necesitan, in-visibilizando otros roles posibles en el juego de lo político; esto no se desarma con el cambio de gobierno.

Una tercera estrategia es la valoración positiva de estas actuaciones gubernamentales en la dinámica del conflicto de poder; predomina más la agenda política sobre la social.

La cuarta es la ubicación del género masculino en una jerarquía de liderazgo en las instituciones y, por ende, en los temas públicos. Prevalece una predominancia de varones en la re-presentación del poder político y una consiguiente in-visibilización de las mujeres.

Articuladas estas estrategias con las ideas-fuerza sobre las relaciones de género en el tejido público del discurso noticioso de ambos periodos –mediante mapas conceptuales–, se concluyó que el liderazgo es masculino en el continuum discursivo de La Nación. Dicho liderazgo está centrado en una noción de progreso, que pone su énfasis en la generación de políticas de desarrollo social desde un Estado de Bienestar.

Si la administración pública asume un rol de protección, lo hacen entonces los hombres, respondiendo así la institucionalidad a un patrón androcéntrico. Como el poder es masculinizado en este discurso, todo aquello que se identifique con lo femenino se opondría a la noción del progreso, pero no desde un antagonismo, sino desde la opacidad que permite al paternalismo cumplir su rol de interés público. Es lo que ocurre con el papel propositivo y no deliberativo que se le otorga a la sociedad civil en los temas públicos.

En este esquema, se evidenciaron dos estereotipos que se complementan: el hombre poderoso que regula e interviene los ámbitos de la vida social y el del hijo vulnerable que demanda protección y requiere la guía de su padre para tomar decisiones. El género femenino sufriría una tercera estereotipación, la de madre que gobierna el orden doméstico y sólo puede acceder a regular lo público con la asesoría de los hombres o invistiéndose de masculinidad. La Nación construye tres estereotipos de género que sirven de moldes para ubicar los diversos liderazgos políticos y a partir de los cuales los legitima en determinadas temáticas.

En el 2006, los conceptos atribuidos a la mujer que participa del poder político son mucho más complejos, lo que podría relacionarse con el incremento porcentual de liderazgos femeninos en el seno de lo público. Entonces, ¿por qué el discurso de este medio, re-presentante oficial de los intereses del gobierno, no visibiliza un cambio ideológico coherente con la agenda de género del gobierno de Bachelet?

Se desprende del análisis, que tras la llegada del socialismo partidista al Gobierno, ha existido un fortalecimiento del rol del Estado en casi todos los frentes posibles, lo que podría explicar el rol protagónico que asumen las estructuras varoniles. Como reflexión final, se aprecia que la falta de una agenda de género, no sólo in-visibiliza las conquistas de la mujer en la esfera pública, sino que también contradice la visión de equidad e inclusión que inspiran las metas de desarrollo prometidas por ambos gobiernos.

Referencias Bibliográficas

Borrat, H. (1989). El periódico, actor político. Barcelona: Gustavo Gili S.A.

Gascón, F. (2003). Emocionar la comunicación. Palipmsestos de comunicación y desarrollo humano (1ª ed.). Valparaíso: Facultad de Humanidades de la Universidad de Playa Ancha.

Golubov, N (2006). Tesauro de Género: lenguaje con equidad [en línea], consultado el 18 de marzo dl 2007. México: Instituto Nacional de las Mujeres. Disponible en: http://cedoc.inmujeres.gob.mx/php_general/muestra_docto.php?ID=100745

Moreno, A. (1998). La mirada informativa. Barcelona: Bosch Casa Editorial.

Ruíz, J.I. (1996). Metodología de la Investigación Cualitativa. Bilbao: U. de Deustro.

Notas

* Es Periodista y Licenciada en Comunicación Social de la Universidad de Playa Ancha. Se desempeñó durante tres años como reportera del Canal 13 Oficina Valparaíso, cubriendo el acontecer político y legislativo del Congreso Nacional, así como diversos temas regionales. Actualmente, se desempeña como periodista de la Dirección de Comunicaciones de la Cámara Baja y ha participado de la creación de la nueva Agencia de Información Legislativa online.

** Es Periodista y Licenciado en Comunicación Social de la Universidad de Playa Ancha, hoy se especializa en Opinión Pública en la Universidad Diego Portales. Se desempeñó durante un año en el área político-económica de El Mercurio de Valparaíso y a la fecha publica temas de empresa y consumo en Terra Networks Chile. Colabora con diversas e-zines independientes y ha recibido galardones por su carrera literaria, entre ellos el Roberto Bolaño CNCA 2009.