Monográfico - Revista F@ro Nº 12

Entre deux: Contribución a su construcción teórica desde las múltiples escalas del territorio[1]

Pablo Ligrone**
pablo.ligrone@gmail.com
Universidad de la República (Uruguay)

Recibido: 30 de abril de 2010
Aprobado: 20 de mayo de 2010

Resumen

El “Entre-deux” es definido por Bernard Ecrement como un “intervalo” de  alteridad multicultural nueva, pacífica y abierta” en el cruce de territorialidades. El presente trabajo avanza en su construcción teórica: lo redefine como interfase de distancia-tiempo con estabilidad ambiental y de los componentes espaciales (topología, morfología, tipología, simbolismo) suficiente para que la pluralidad cultural se construya y desarrolle. Fundamenta su investigación mediante las estructuras antropológicas y la fenomenología del espacio y la geopolítica. Propone trabajar sobre: la ciudad como máquina-laboratorio del Entre-deux, una tipología de ciudades referida a la alteridad multicultural, una cartografía de oportunidades del Entre-deux. Ejemplifica el aporte del ordenamiento territorial con un caso fronterizo: Rivera (Uruguay- Brasil).

Palabras clave: Entre-deux / territorio / alteridad multicultural / espacio existencial / geopolítica / Rivera.

Abstract

The “Entre-deux” is defined by Ecrement Bernard as an “interval” of “new multicultural otherness, peaceful and open" at the intersection of territorialities”. This work is progressing in its theoretical construction: redefines it as distance-time interface with sufficiently stable environment and space components (topology, morphology, typology, symbolism) for cultural diversity is built and developed. He bases his research through anthropological structures and the phenomenology of space and geopolitics. Intends to work on: the city as laboratory-Entre-deux machine, a typology of cities referred to multicultural otherness, a mapping of the Entre-deux opportunities. Exemplifies the contribution of land use with a borderline case: Rivera (Uruguay-Brazil).

Key words: Entre-Deux / territories / multicultural otherness / existencial space / geopolitics / Rivera.

El concepto de Entre-deux “correspondería a algo así como el intersticio entre dos círculos o su intersección, el espacio del medio, el intervalo… zonas de transición. Estas no son meras abstracciones, sino una parte esencial de la operación y de la necesaria cohabitación insoslayable entre los grupos humanos, de la familia a las grandes organizaciones internacionales y de la comunicación global a los intercambios entre individuos.” (Ecrement, 2009: p.1)

Para Bernard Ecrement, el Entre-deux es un espacio de comunicación, de construcción civilizada, de intercambio, de mestizaje, un espacio diferente a las “líneas de fractura” (Ecrement, 2009: p. 3). Sus ejemplos paradigmáticos toman a países y ciudades en que ese Entre-deux fue fértil y dio origen a avances en la convivencia plural.  Es un territorio real pero que supone una construcción artificial que le impregna esta cualidad.

El eje de su preocupación, humanista y universal, lo vemos ilustrado en la pregunta: “¿Puede imaginarse lugares permanentes con identidad plural, creando una red planetaria portadora de  alteridad multicultural nueva, pacífica y abierta?” (Ecrement, 2009: p. 7).

Ensayemos algunas “pinceladas” para la construcción de un modelo que nos permita entender la dimensión espacial del Entre-deux desde su geometría más simple a su geografía más compleja[2], desde el individuo aislado a las naciones, de la confluencia de territorialidades individuales a la geopolítica y geoestrategia de grupos. Recorramos escalas espaciales múltiples. Identifiquemos algunos territorios del Entre-deux y ensayemos aportes específicos desde las disciplinas que organizan el espacio: la arquitectura, el urbanismo, el ordenamiento territorial.

La construcción de un modelo para el territorio del Entre-deux

La historia de la arquitectura, del urbanismo y del ordenamiento territorial muestra que, desde la segunda postguerra, tres grupos o líneas de investigación se embarcan en una producción generosa y variada de conocimiento que ayuda a superar las prácticas disciplinares encerradas en el funcionalismo y el maquinismo (ambos asociados a un esteticismo racionalista amigable con la producción masificada de hábitat):

  1. las estructuras antropológicas del espacio,
  2. la fenomenología asociada a la geografía humana y
  3. la geopolítica y la geoestrategia generalizadas.

Las tres constituyen cimientos sobre los cuales construir un modelo para el Entre-deux.

El individuo y el intervalo

En su máxima abstracción geométrica, el espacio existencial (Norberg-Schultz, 1975) corresponde, a nuestro juicio, a un hombre solitario flotando en un espacio vacío sin referencias que lo orienten, situación que se puede modelizar como una esfera centrada en él con un radio inespecífico[3]. Si ese individuo está sobre una superficie bajo los efectos de la gravedad y sin otras referencias, la vivencia será de una semiesfera[4]. Si agregamos un efecto “techo” (nubes u otros componentes naturales o artificiales), la vivencia será la de un cilindro, aún con un radio inespecífico[5]… Si sumamos ahora todos los componentes de la realidad (otros seres vivos, topografía, símbolos, construcciones, instituciones, entorno cultural, etc.) el espacio existencial seguirá fuertemente centrado en el individuo pero aquel cilindro de radio inespecífico sufrirá múltiples deformaciones: direccionalidad, adelante y atrás, altura, límites más o menos cercanos, mayor o menor “viscosidad” para el desplazamiento, agarre al suelo, etc. Pero sobretodo, aquel cilindro tendrá un radio que será variable pero limitado por la influencia de los componentes del entorno y por cualidades propias al sujeto (edad, dimensiones, estado de ánimo, perfil sicológico, formación cultural, etc.)[6].

Cuando analizamos ya no uno sino dos individuos que se acercan entre sí (dirección común y sentidos de desplazamiento opuestos), “sus cilindros respectivos” se intersectan: el intervalo aparece.

Todos hemos experimentado la sensación de acercarnos o alejarnos de otra persona. Cuando el acercamiento es importante y se mantiene, o se intensifica la interacción entre las personas, es altamente probable que se produzca un choque accidental, expresiones de agresión, de amor, de amistad, etc. El termino japonés deai, aplicado a las artes marciales, designa ese momento especial de acercamiento físico, de tensión entre combatientes que ocurre a una distancia suficientemente estrecha como para que alguno o los dos puedan desencadenar un ataque letal. Es un encuentro. Es una distancia-tiempo en que el contacto es posible y está en latencia. La comunicación ocurre. Pero ese intervalo (que lo es de espacio y de tiempo) no es el Entre-deux, es más bien la “línea de fractura” de que habla Ecrement.

Entonces estos “círculos” que, según la definición de trabajo, se solapan, no crean, necesariamente, la espacialidad propicia para que el Entre-deux ocurra. Necesitamos una distancia mínima entre los centros de los círculos, en caso de individuos entre sus centros de gravedad -sus hara volviendo a la terminología marcial[7]-, si queremos generar un espacio con cierta espesura y estabilidad para comunicar y construir algo en común. Espesura para las actividades y estabilidad en el tiempo, porque construir pautas culturales comunes lleva un tiempo considerable, no es instantánea y, podemos agregar, requiere una cuota suficiente de paz. Una distancia suficiente que haga vivir el intervalo como espacio de comunicación fructífero, duradero.

Para poder reducir la distancia y mantener una relación suficientemente formalizada,  podemos interponer un objeto, por ejemplo, una mesa. La mesa constituye un mobiliario que materializa en forma notable el espacio en que el Entre-deux puede desplegarse. La mesa ha sido “protagonista” de negociaciones, de innovación colectiva, de acuerdos familiares, generación de amigos o pactos entre enemigos. Es un hecho que instrumentos de gestión en las más diferentes materias han tomado la denominación de “mesa de…” como una expresión que en sí condensa lo esencial de la construcción de acuerdos, como si ello bastara para garantizarlos.

El mostrador de un bar también es un elemento arquitectónico que posibilita esta comunicación constructiva. En enclaves turísticos internacionalizados como Punta del Este, el mostrador y las mesas de los servicios gastronómicos son equipamientos específicos donde el pluralismo cultural, social y económico se pone en escena: un dueño del restaurante uruguayo, un cliente argentino o europeo, un mozo uruguayo o emigrante…

En términos generales, a escala de los contactos presenciales entre individuos, la arquitectura, a través del mobiliario, la ubicación relativa de las personas (el protocolo), las luces, las formas (envolventes y objetos), los símbolos y decoración del salón, colabora o dificulta el Entre-deux. El mobiliario separa posibilitando un vínculo con soporte material, duradero y estable.

La proxémica desarrollada por el antropólogo Edward Hall es una buena base para esta escala de la investigación. Analiza la relación de los comportamientos del hombre, los espacios adaptados, el mobiliario y la cultura: “El hombre ha creado extensiones materiales de la territorialidad tanto como señales territoriales visibles e invisibles. Por consiguiente, dado que la territorialidad está relativamente fijada sobre el nivel proxémico, he calificado a este tipo de espacio como espacio fijo” (Hall, 1966 p. 2). Hall refiriendo a Hediger, analiza también las distancias en el hombre tipificadas como: íntima, personal[8], social, pública distinguiendo fases cercanas y lejanas en cada una.

Los grupos y los intervales: espacios públicos y estructura urbana

Apoyado en la teoría de la Gestalt, la fenomenología del espacio y el análisis existencial Christian Norberg-Shultz (1975), sobre la base de las investigaciones de Jean Piaget, Merleau-Ponty, Edward Hall y Kevin Lynch, entre otros, traza un recorrido por la estructura del espacio existencial y del espacio arquitectónico, desde la escala de la cosa y la mano hasta los sistemas urbanos y el paisaje rural. El espacio existencial como el sistema de espacios en el que un individuo desarrolla su vida, al cual carga de significados, en el que se orienta, despliega su emotividad y sus actividades, es un sistema subjetivamente centrado.

En este tránsito de escalas y complejidades, se adentra en la fenomenología del espacio que trasciende al individuo y adquiere dimensión grupal, comunitaria, intersubjetiva al decir de Karl Popper. Sus gráficos se presentan como análogos extremadamente útiles para la modelización, partiendo del lugar y centro representado por un círculo y complejizando su análisis al territorio en su conjunto[9].

En su última obra Norberg-Shultz (1997), analiza qué admite el espacio y cómo lo admite, señalando la importancia de la disposición topológica, de las morfologías del espacio y de su tipología[10]. Para que el Entre-deux ocurra (tanto entre individuos como entre grupos), no cualquier ubicación, tipo, forma y disposición espacial es favorable.

Amos Rapoport, antropólogo y arquitecto, ha contribuido de manera sustantiva en la comprensión de cómo la cultura, el comportamiento humano y el medio ambiente interactúan con la arquitectura, el urbanismo y el paisaje.

El Entre-deux, el intervalo, está en cierne en la afirmación siguiente:

El espacio es experimentado como una extensión tridimensional del mundo que nos rodea: intervalos, relaciones, distancias entre personas, entre personas y cosas, y el espacio está en el corazón del medio ambiente construido. La organización espacial es, de hecho, un aspecto más fundamental que la forma, los materiales, etc.. (Rapoport, 1978: p.24)

Rapoport nos plantea caminos de análisis, reflexión y actuación a través del Diseño hacia un pluralismo cultural. “Si la forma urbana es una expresión de cultura, y el paisaje cultural urbano y la ciudad son una serie de áreas con variada personalidad cultural y subcultural, entonces el diseño debe responder a ello”. (Rapoport, 1978: pp.307 y ss.)

Su propuesta de un modelo sobre “Dominios en la escala generalidad-especificidad y en la escala correlativa de variabilidad-flexibilidad en un sistema “Open-Ended” (Rapoport, 1978: p.313) constituye un punto de partida de gran interés para identificar los espacios reales y potenciales del Entre-deux y de las líneas de fractura en una ciudad. Podemos contrastar y enriquecer este esquema de modelización y, por ende, de diseño urbano que contemple la heterogeneidad y la singularidad así como los componentes (infraestructuras, espacios públicos, servicios) comunes, concebidos con generalidad y flexibilidad.

Con relación a la importancia de los conceptos etológicos en la ciudad, nos propone un modelo de cinco elementos: el recinto de la residencia, el núcleo central, el territorio, la jurisdicción y el espacio personal[11] y la distancia personal. Relaciona este modelo con los animales y lo presenta en gráficos y comentarios a casos de estudio en Milwaukee y Berkeley.

Estos estudios se suman a los hechos por Kevin Lynch sobre la imaginabilidad y orientación en el espacio y a los cinco componentes de la imagen de la ciudad: nodos, mojones, distritos, sendas y bordes. En este camino de investigación sobre la fenomenología del espacio, debemos agregar los aportes de Rudolf Arnheim sobre el espacio perceptivo, de Phillipe Panerai sobre los elementos de la estructura urbana y de Robert Venturi sobre los referentes culturales populares.

El estudio del Entre-deux requiere de todos estos aportes que buscan identificar componentes comunes de las estructuras espaciales y maneras comunes de percibirlos, vivirlos y apropiarse de ellos. Sin la comprensión de los códigos compartidos, los componentes de la identidad plural y de la alteridad multicultural (nueva o heredada) no se podrán encontrar y, por consiguiente, las políticas y actuaciones materiales para construir el Entre-deux seguirán a ciegas.

Las ciudades como territorios del Entre-deux

Los ejemplos paradigmáticos de ciudades y países del Entre-deux que nos propone Ecrement (2009) (Bruselas, Montevideo, Quebec… y “experimentos abortados” como Cartago, Alejandría, Constantinopla…) nos motiva para preguntarnos si las ciudades no son, en esencia, máquinas-laboratorios del Entre-deux[12]. Esta hipótesis se basa en que las ciudades en su transformación han sido territorios de coagulación del entre-deux en múltiples momentos en que los aluviones de extranjeros -más o menos intensos, más o menos agresivos y más o menos lentos- lograron ser integrados por los locales en un funcionamiento plural y, predominantemente pacífico. También lo son aquellas ciudades de sociedades altamente estructuradas en grupos, clanes o castas. Podríamos incrementar esta generalización diciendo que mientras una ciudad mantiene una sedentarización pacífica, el Entre-deux está asegurado.

La confección de una tipología de ciudades que dé cuenta del estadio de desarrollo de la alteridad multicultural y lo relacione con su cantidad de población, la posición geográfica, la calidad y cantidad del espacio público, su estructura urbana en los términos de las teorías antes citadas, de su genealogía, será un paso mayor en la construcción conceptual en que nos hemos embarcado.

Por su ubicación, espacios públicos, países, regiones, franjas, ciudades, sitios, enclaves singulares en los bordes de territorios culturalmente homogéneos fueron y son ámbitos de mestizaje, ámbitos en que la alternativa es la confrontación o el Entre-deux.

La subdivisión del espacio habitado por grupos con identidades propias herederas de procesos históricos de arraigo, confrontación, eras de pacificación y reconciliación, de ocupación colonial y descolonización, apartheid y ghettos, constituye una temática de investigación fructífera y con un amplio horizonte.

En este sentido cabe destacar dos fuentes clásicas: los estudios sistematizados por Rapoport (las ciudades musulmanas como colección de áreas homogéneas, la ciudad de aldeas[13]) y el análisis estructural de Aldo Rossi, sus “áreas estudio” (1979 pp. 99 y siguientes) y “el locus” (1979 pp. 157 y siguientes).

El trabajo de dieciocho especialistas compendiados por Christian Topalov en “Les Divisions de la ville” marca un hito reciente. Con detalles vivenciales, históricos y geográficos ricos y finamente descortezados, estos estudios dan cuenta de las dimensiones existenciales que toman, para grupos singulares, sectores de las ciudades, espacios y equipamientos urbanos, “tejidos” residenciales y “elementos primarios”[14] caracterizados todo ello en su genealogía. Las palabras que designan de modos diferentes un mismo lugar, un mismo sector, muestran la riqueza cultural y el potencial que tienen ciertos componentes urbanos de unir en la diferencia. Análogamente y como contrapunto, podríamos imaginar un conjunto de investigaciones que dieran cuenta de casos ya no de división sino de espacios del Entre-deux. Cuáles son esos espacios y componentes de la ciudad, dónde se ubican con relación a los sectores de residencia y sociabilidad de los diversos grupos culturales, cómo se relacionan con el funcionamiento sistémico utilitario y con los sistemas de gobierno y gobernanza?

¿Cómo actuar? Tres aportes diversos

A los solos efectos de mostrar caminos complementarios, mencionamos tres aportes:

La herramienta analítico-metodológica de “la ciudad análoga” de Rossi (1979: pp. 44  y 45) aplicada por Carlo Aymonino en el conjunto edilicio Gallaratese (por entonces las afueras de Milán, 1967-74) tomando referentes de tipologías de piezas urbanas originadas en muy diversas ciudades europeas con el propósito de dotar de pluralidad y “superposición histórica inmediata” (una especie de palimpsesto urbano instantáneo).

La construcción doctrinal y los proyectos de Rem Koolhass ponen en crisis los rasgos identitarios de las ciudades frente a la globalización de la cultura. La ciudad genérica es, per se, la ciudad de la integración cultural por efecto de la homogeneización y desaparición de las herencias identitarias.

Ubicado en el centro de Copenhagen, ciudad llana, homogénea y temerosa del cambio, del extranjero y de la altura, el grupo de arquitectos BIG – Bjarke Ingels Group ensaya un proyecto urbano transgresor, The Battery[15] (128.000m2), que tiene por ambición articular tres sectores de la ciudad con identidades culturales propias. Este centro comercial y cultural, a través de una “topografía” artificial, con “montañas”, “cuevas”, “valles” y miradores enfocados a los principales símbolos del patrimonio histórico local, crea un “lugar” con “genio” propio, integrador de la cultura islámica y la danesa. Se trata de construir, ex novo, un espacio urbano del Entre-Deux.

Cartografía de oportunidades del Entre-deux: la geoestrategia de grupos

Dónde, concretamente, construir o fortalecer el Entre-deux? Cuáles han de ser los nodos de la red planetaria portadora de alteridad multicultural? (Ecrement, 2009) Con qué herramienta identificarlos?

Algunos nodos ya han sido identificados por el propio Ecrement. Estos ya pueden incorporarse a un mapa de los territorios del Entre-deux que se han perennizado y una red primaria puede fundarse. Pero se requiere construir una cartografía con ambición planetaria que “escanee” los continentes y que profundice en las múltiples escalas del fenómeno. Además de esta sistematización, una cartografía de fronteras, divisiones, conflictos y líneas de fractura activas resulta indispensable ya que en estos sitios se encuentran las escenas de lo no querido pero también la oportunidad para su reverso: la pacificación y la integración. Son, entonces, sitios potenciales para la gestación del Entre-deux.

La geopolítica (externa e interna) es la herramienta por antonomasia para identificar las áreas de conflicto y de oportunidad. Mientras la geopolítica externa refiere a fronteras nacionales, estrategias de bloques, instituciones supranacionales, etc., la geopolítica interna remite a las diversas estrategias desplegadas por los actores sociales en los territorios concretos y en sus múltiples escalas.[16]

Rivera-Livramento: el ordenamiento territorial de un Entre-deux maduro

Hemos elegido ejemplificar este trabajo con un caso en el que todo lo expuesto es aplicable: estructuras urbanas completas compartidas por grupos culturales diversos, posicionamiento geoestratégico de frontera seca y una gobernanza plural.

El Plan de desarrollo y ordenamiento territorial de Rivera (Ligrone y Otros, 2010) buscar afianzar la integración transfronteriza que nace junto con su propia fundación en 1862. Una simple calle oficia de frontera con Santana do Livramento (1823): “la línea”. Desde hace siglo y medio, esta conurbación de unos 200.000 habitantes vive cotidianamente trasvasando del tejido urbano brasilero al uruguayo con total permeabilidad y libertad a lo largo de kilómetros.

Bajo el slogan “Rivera sin fronteras” el Plan articula una serie de directrices estratégicas, programas, planes especiales y proyectos que apuestan cualificar y acrecentar los múltiples ámbitos y manifestaciones del histórico Entre-deux:

Rivera integrada al Uruguay y al Brasil En el marco de los procesos de integración regional, Rivera sin fronteras supone una doble dimensión estratégica. Por una parte, incrementa los componentes de integración enfatizando en la continuidad de las principales redes de comunicación y en la coordinación de sistemas funcionales y de elementos simbólicos entre Rivera y Santa Ana do Livramento, procurando liderar proyectos fronterizos, en especial el denominado proyecto “La Línea” entre el Cerro Caqueiro y el Cerro del Norte. Por otra, procura ayudar a posicionar a Rivera en una estrategia regional e internacional más amplia, ganando en atractividad, ayudando a encontrar perfiles propios a su potencial e identidad en la región: ciudad de comercio, ciudad de cultura, ciudad de gastronomía, ciudad de logística, ciudad de calidad ambiental y prestigio paisajístico, capital de una región forestal. (Ligrone y Otros, 2010: p. 10)

Cabe añadir el programa del Acuífero Guaraní (vasto acuífero del Cono Sur) que promueve a la microrregión de Rivera como laboratorio del manejo sustentable del recurso agua, el Plan Especial Cerro Caqueiro (en la línea), el Proyecto Cultura y Arte sobre rieles que usa tramos ferroviarios urbanos de ambas ciudades, el programa Rivera Nodo Logístico con la integración ferroviaria y vial de cargas entre ambos países, todos ellos para ser coordinados de manera binacional.

En suma, hemos podido avanzar en la conceptualización, hemos señalado campos de investigación específicos, hemos propuesto algunas herramientas y hemos ejemplificado aportes desde las disciplinas que operan sobre la transformación del ambiente:

Definimos el territorio del Entre-deux como una interfase de distancia-tiempo con estabilidad ambiental y de los componentes espaciales (topología, morfología, tipología, simbolismo) suficientemente prolongada en el tiempo como para que la pluralidad cultural se construya y desarrolle en forma durable.

Las estructuras antropológicas del espacio, la fenomenología y el espacio existencial se muestran como líneas de investigación amigables y específicas para el Entre-deux.

Las referencias concretas al mobiliario (mesas y mostradores), a los espacios públicos y componentes de la estructura urbana, a las ciudades como entidad y a sus partes, a las fronteras, permiten confirmar la multiescalaridad del fenómeno y la potencia de su concepto a la hora de diseñar las transformaciones (arquitectura, urbanismo, ordenamiento territorial).

La ciudad como máquina-laboratorio del Entre-deux, la confección de una tipología de ciudades que dé cuenta del estado de la alteridad multicultural, la cartografía de oportunidades del Entre-deux a partir del análisis de la geopolítica (externa-interna) son algunas de las propuestas de trabajo que dejamos abiertas.

Finalmente, el caso de Rivera en la frontera de Uruguay y Brasil nos permite testear el desarrollo conceptual y metodológico en un proceso de planificación territorial actual.

Referencias Bibliográficas

Ecrement, B. (2009): Los territorios del “Entre-Deux” (Inédito). Montevideo: Fundación Polo Mercosur www.polomercosur.org

Fourquet, F. y Mourard, L. (1978) : Los equipamientos del poder. Ciudades, territorios y equipamientos (1ª ed. castellana). Barcelona: Gustavo Gili

Hall, E. T. (1966): La antropología del espacio. Capítulos IX y X. The Hidden Dimension, Doubleday and company Inc. Garden City, Nueva York. Traducción disponible en el Sitio oficial de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional de La Plata. www.fau.unlp.edu.ar

Ligrone, P. y Otros (2002): Plan de desarrollo y ordenamiento territorial de la microrregión de Rivera. Disponible en: www.rivera.gub.uy

Norberg-Schultz, Ch. (1980): Existencia Espacio y Arquitectura (1ª reed. castellana). Barcelona: Blume

Norberg-Schultz, Ch. (1997) : L'Art du lieu (1ª ed. fr.). Paris: Le Moniteur

Rapoport, A. (1978) : Aspectos humanos de la forma urbana. Hacia una confrontación de las Ciencias Sociales con el diseño de la forma urbana (1ª ed. castellana). Barcelona: Edit. Gustavo Gili

Revel-Mouroz, J. (1989) : Présentation du thème: pour une géopolitique régionale et urbaine. En: Revel-Mouroz, J (Coord.) Pouvoir local, régionalismes, décentralisation Enjeux territoriaux et Territorialité en Amérique latine Paris: CREDAL-IHEAL

Rossi, A. (1979): La arquitectura de la ciudad (cuarta tirada 1ª ed. castellana). Barcelona: Gustavo Gili

Topalov, Ch. (2002): Les Divisions de la ville (1ª ed.) Paris: UNESCO

BIG – Bjarke Ingels Group (2006): The Battery Disponible en: www.big.dk, www.jdsarcgutects.com


Notas

* Doctor en Geografía, Ordenamiento Territorial y Urbanismo por la Sorbonne Nouvelle/Paris 3. Arquitecto, Profesor de la Universidad de la República (Uruguay). Investigador Activo Nivel I del Sistema Nacional de Investigadores/ANII Uruguay. Asesor de la Dirección Nacional de Ordenamiento Territorial/Uruguay. Consultor en urbanismo y ordenamiento territorial/Bastides.

[1] Particular desafío el de contribuir a la construcción teórica de un concepto tan estimulante como el Entre-deux que nos propone Bernard Écrement. Desde la revista Urbanisme ha enriquecido, a intelectuales del mundo entero, con nuevas problemáticas, nuevos conceptos, nuevas interrogantes, nuevas miradas sobre las realidades pasadas y presentes y, por si esto fuera poco, a imaginar el futuro de los territorios.  Crear ideas originales es una tarea cultural mayor. Valgan estas breves y sinceras palabras como agradecimiento a Bernard y a esta nueva invitación a pensar y construir. En el evento “Los territorios de L'Entre-Deux convocado por la Fundación Polo Mercosur en noviembre de 2009, tuvimos el placer de contribuir desde la mirada del ordenamiento territorial. En este artículo retomamos aquellas líneas de investigación.

[2] No se recorrerán exhaustivamente la multiplicidad de tipos de conformaciones geométricas del la vivencia espacial ya que no es el objetivo central de este trabajo.

[3] Modelo útil para los astronautas o los buzos.

[4] Modelo útil para una persona flotando en el medio del océano y un cielo límpido o contemplando la bóveda celeste en una noche oscura en una llanura homogénea.

[5] En el edificio Walden 7 en las afueras de Barcelona Ricardo Boffill hizo un “experimento” diseñando apartamentos con habitaciones cilíndricas y ventanas pequeñas para lograr una máxima sensación de la angustia existencial.

[6] “En sí misma, toda existencia aparece redonda” Kart Jaspers citado por Norberg-Schultz (1975: p. 23).

[7] Un principio marcial básico para desestabilizar al oponente es desplazarlo de su centro de gravedad. Esta analogía con la física se puede aplicar en confrontaciones corporales, políticas, culturales, etc.

[8] Distancia personal: “Podría considerársela coma una pequeña esfera o burbuja protectora que un organismo mantiene entre el mismo y los demás.” (Hall, 1966 p. 12)

[9] Ejemplar análisis hace de la plaza del Capitolio en Roma, Norberg-Schultz (1975: pp. 56 y 57)

[10] Ver Language en Norberg-Schultz (1997: p. 115 y ss.)

[11] El espacio personal es “el espacio entre individuos cara-a-cara, o la “burbuja” espacial que rodea a las personas en sus actividades…” (Rapoport, 1978: p. 252)

[12] Esta expresión no implica una concepción maquinista de la ciudad sino que se emparenta con expresiones como ciudad-metáfora, ciudad-programador, ciudad máquina informativa utilizadas por Fourquet y Mourard 1978. La ciudad se analiza como una herramienta que procesa multiplicidad de flujos que a ella convergen y que tiene por resultado procesos y productos innovadores surgidos de esa mezcla y procesamiento.

[13] Ver Rapoport, 1978 p. 233 y siguientes.

[14] Por elementos primarios y áreas residenciales ver Rossi, A. 1979 pp. 99 y siguientes. En la “tensión de los elementos urbanos” p.132, en las citas a Henry Pirenne sobre la relevante relación entre la ciudad y las instituciones civiles y el valor que da “a los lugares, a los monumentos, a la realidad física de la ciudad como momento permanente de su devenir político”p.136 y en los análisis de la ciudad antigua y su transformación, Rossi nos conduce a sus conclusiones relevantes para nuevas investigaciones: “Y estoy convencido de que siguiendo estas indicaciones se podrán enriquecer las investigaciones positivas sobre el comportamiento de los grupos humanos y del individuo en la ciudad” p. 150 Cita los pioneros estudios de Kevin Lynch y culmina: “Aquí se indican sólo direcciones de investigación; muchas de estas investigaciones surgen de la psicología, de la sociología, de la ecología urbana. Estoy convencido de que éstas tomarán nueva luz cuando tengan más en cuenta, o simplemente puedan tener en cuenta el ambiente físico y la arquitectura de nuestras ciudades.” p. 150.

[15] Ver páginas en Internet www.big.dk, www.jdsarcgutects.com

[16] “Le mot géopolitique n'est plus utilisé exclusivement pour désigner la mise en œuvre (ou l'étude) des stratégies des Etats souverains visant à la conquête, au contrôle, à la défense de territoires et espaces vitaux. Les géographes français ont développé récemment le concept de « géopolitique interne », qui renvoie, à l'intérieur d'un territoire national, aux stratégies des forces, groupes, acteurs par rapport à des territoires allant de l'échelle locale (le quartier, la ville, la commune) à l'échelle régionale (le département, le pays, la région) et à l'échelle nationale. L'approche des géographes vise ici, selon Y. Lacoste : « un ensemble de rivalités essentiellement politiques qui cherchent, chacune qu détriment des autres, à argumenter ou à maintenir diverses formes et degrés de pouvoir sur les populations que se retrouvent sur des territoires dont le contrôle est disputé… La délimitation des territoires est la fin ou le moyen de ces stratégies rivales, celle qui l'emporte organisant l'espace à son avantage et au détriment de ses adversaires ». (Revel-Mouroz, 1989: p. 15)