Estudios - Revista F@ro Nº 9

Apuntes sobre amor y usura en los cánticos de Ezra Pound*

Miguel Alvarado Borgoño**
alvarado@upla.cl
Facultad de Humanidades
Universidad de Playa Ancha (Chile)
Recibido: 21 de abril de 2009
Aceptado: 27 de julio de 2009

Resumen

Este artículo realiza una aproximación a los Cantos de Ezra Pound desde el reconocimiento de la polaridad metalingüística entre amor /usura como clave de lectura de los cantos del poeta. Esta polaridad supera el plano de la lengua inglesa, por ello se asume a esta obra como un intento de comunicación transcultural.

Palabras clave: Literatura Experimental / Antropología Literaria / Comunicación Transcultural

Abstract

This article realizes an approach to the Cantos de Ezra Pound from the recognition of the metalinguistic polarity between key usura/ love as of reading of the songs of Pound.This polarity surpasses the plane of the English language, for that reason it is assumed to this work like an attempt of transcultural communication.

Key words: Experimental Literature / Literary Anthropology / Transcultural Communication

Ella fue vendida
a Kelly & Martínez
Cía Ltda.,
y muchos le enviarán
regalos de plata
Y otros le enviarán
regalos de electroplata,
y su antiguo enamorado
le envía este epigrama.

EPIGRAMAS
Ernesto Cardenal

A Claudia y al peregrino de la gran ansia

La frase de Sartre respecto que el autor no debe necesariamente estar a la altura moral de su propia obra refiriéndose a Heidegger, sin duda es plenamente aplicable a la obra y personalidad de Ezra Pound (1885 Hailey, USA - Venecia, Italia 1972). Su obra Cantos o Cantares o Cánticos, representan uno de los aportes fundamentales de la espiritualidad occidental del siglo XX; su vida azarosa, y en un sentido profundamente existencial "trágica", no puede oscurecer la magnificencia de una poética que a nivel metalingüístico (Mignolo, 1978) es por una parte el sumun de la experimentación, y por otra la más alta expresión de la continuidad de la noción que Heidegger entendió como pensar poetizante (1992).

Hay ciertos elementos que, sin duda, dan coherencia a esta obra y que han sido intensamente destacados por la crítica y los estudios especializados tanto en vida, como luego de la muerte de Pound. Por nuestra parte destacaremos en primer lugar su poética de la intertextualidad donde el recurso al intertexto (Genette 1983) es el punto axial de textos que resultan por momentos disímiles. Por otra parte, su macroestructura textual (van Dijk 1989), que articula una polaridad francamente binaria entre usura y humanidad, son dos de los aspectos que nos parecen necesario destacar, la opacidad y la perversión de la usura resulta así en un instrumento retórico majaderamente...

The perverts, who have set money-lust

Before the pleasures of the senses (Canto XIV)[1]

Emprender una lectura de los Cantos es siempre una experiencia de desconcierto, seamos o no hablantes nativos de lengua inglesa; así, la hipótesis que aquí queremos esbozar justamente va dirigida en ese sentido: la escritura de Pound no es una escritura perteneciente únicamente a la literatura de lengua inglesa, en tanto su metalengua intenta textualizar la totalidad, es decir, resolver el viejo problema ilustrado planteado por Rousseau respecto de la necesidad de la comunicación universal; Pound apuesta a la posibilidad de la comunicación universal desde una intertextualidad radicalizada y transcultural, donde el uso de la lengua inglesa resulta una demostración del arraigo que posee con su lengua materna, más que un apego estético o metalingüístico al devenir pragmático de la lengua inglesa en uso. Dentro de esta lógica el par binario Amor-Usura es, a nuestro entender, una categoría transcultural hermenéuticamente eficiente para comprender los Cantos, ello más allá de los límites lingüísticos y culturales de la lengua inglesa misma.

¿En qué lengua he de morir?

Esta pregunta planteada por Jorge Luis Borges ¿En qué lengua he de morir? (Savater, 2002) nos retrotrae a aquello que Fernando De Toro ha entendido como la desterritorialización de una escritura (1992, 1994a, 1994b, 1995, 1999ª, 1999b). No importa morir en Suiza, como Borges hablando en lengua alemana, ni tampoco morir como Pound hablando en lengua italiana. La lengua del poeta no puede ser la lengua exclusivamente con la que se comunica día a día, ni tampoco es la lengua con la que debido a casualidades biográficas y geográficas escribe su poesía; la lengua del poeta es la lengua de la expresión, entendiendo por expresión el punto donde se deposita la confianza respecto de la comunicación del texto poético por parte del los autores, la que en la soledad del estilo, como expresó Pablo de Rokha (1935), definen a la gran poesía. Pareciera ser que la lengua inglesa es un hilo articulatorio que proporciona cierta coherencia semántica a la obra de Pound, pero de ninguna manera es aquello que define la metalengua de su escritura, si nos atuviésemos a los textos presentes en la enunciación diríamos, por ejemplo, que Pound se sensibiliza en lengua italiana, da orden y transparencia a su discurso en lengua inglesa, desarrolla malabarismo con un ideograma chino, se entristece en español y toma por momento las formas estilísticas del Haikou japonés.

La lengua de Pound evidentemente es una lengua transcultural, pero de ninguna manera una lengua intercultural, pretender que Pound comunica de manera transparente e isomórfica (como el arquero que lanza su flecha y da en el blanco) sería como asumir que poseemos una comprensión única y excluyente de su poesía, y ello sería como el dominio de toda la física moderna, a través de un solo texto científico o como el reconocimiento de todos los procesos socio-políticos por medio de una teoría omnicomprensiva. Sería también pretensioso pensar que comprendemos a Pound, porque justamente su textualidad es inconclusa, fragmentaria y transcultural, es ilusorio también pensar que su poesía sueña el sueño ilustrado de la comunicación universal; por el contrario, su obra advierte la imposibilidad de universalizar el significado, así queda patente aquello que Lacan definirá desde el psicoanálisis como el imperio del significante (Lacan, 1973). En Pound la polisemia no es un obstáculo, sino que por el contrario es la base de sus registros transculturales, Pound nunca abarca una cultura, simplemente la roza, tomando algún elemento expresivo para construir la figura retórica que confía será atingente. Su programa escritural es una pulsión en tanto es un deseo no consumado, porque intenta la comunicación total, pero no la logra, y por otra parte es una fuerza intuitiva que tiende hacia la consumación de su deseo desde el desorden de los registros; su modo de asumir las diversas culturas es aleatorio, capcioso e indudablemente cuestionable, no obstante, es esa misma búsqueda de comunicación, y lo implícito de la banalidad de la búsqueda misma, lo que convierte su obra en una de las más grandes expresiones poéticas del siglo XX, quizás la más grande, y paradojalmente, la más inconclusa, concentrada en la usura, pero abierta a la totalidad de lo sociocultural...

Never inside the country to raise the standard of living,

but always abroad to increase the profits of usurers (Canto LXXIV)[2]

La usura separa a los amantes en el lecho, o los une solamente en el coito

Si fuese posible realizar una síntesis de las construcciones verbo simbólicas de la sociedad occidental que respecto de la sexualidad se han cimentado; es la excesiva genitalización en las poéticas y las retóricas respecto de la sexualidad lo que define su tratamiento y las formas literarias asociadas: desde la escritura (con su origen eminentemente oral y tribal) donde la mujer es vista como objeto de intercambio ritual que definía estrategias de alianzas entre clases o clanes (Lévi-Strauss 1998); hasta la mujer como sujeto activo de su intimidad, o también hasta el hombre como depositario del falocentrismo, y de la verbalización del atavismo de ese mismo falocentrismo, nuestra sexualidad se ha vinculado con un actividad coital que desplaza desde el sistema nervioso central a los genitales la esencia de la vivencia íntima de la sexualidad. Una visión mucho menos profunda que en la mayoría de las culturas orientales. La escritura de Pound es rotunda pero jamás es vulgar, el acto sexual es parte de una magia cósmica, ello más allá del goce como fenómeno físico y fisiológico.

Dos premisas sostiene Roland Barthes que pueden dar pistas a nuestra reflexión, en la consideración de la enorme complejidad que la lectura de los Cantos significa: la primera pertenece a su libro Fragmentos de un discurso amoroso (1993): el texto amoroso en sí toma forma de rito, desde la aparición de la noción del amor separada de la del contrato puro, pero ese rito tiene límites que difícilmente manifestará aquello que Bataille (1972) definió como la experiencia interior; la segunda, dentro de este mismo texto, se podría sinterizar desde la frase: el sexo está en todas partes menos en el sexo mismo (1994).

Estas dos ideas nos llevan a comprender el espacio de lo erótico como el significante de un significado: la sexualidad hecha género sexual, la sexualidad poetizada, la sexualidad hecha retórica para la integración o para el cambio social, así irrumpe desde el erotismo hasta lo fundamental y pedestre, va de lo amoroso a lo económico o lo político de un manera sorprendente, sostenido en que lo amoroso es una forma de mística que traspasa las esferas funcionales de la realidad social. Hay algo anárquico y pulsional en su crítica medular de la usura...

Nor do the veterans need state guarantees

For private usurious lending

In fact that is the cat in the woodshed

The state need not borrow (Canto LXXIV)[3]

Pound implícitamente asume que desde la poesía mística hasta el texto pornográfico, verdaderamente el sexo está en todas partes menos en el sexo mismo, ello debido a que nuestra sexualidad profunda (y que no se restringe a la coital) conlleva una experiencia interior que está en el plano de lo inenarrable, la llama doble de la que hace mención Octavio Paz (1994) surgida como concepto que comprendía la experiencia de la sexualidad hecha cultura en el mundo helénico, nos hacen decir que el erotismo es la cobertura de la sexualidad como fenómeno cultural y literario.

La sexualidad es justamente un nudo estrecho entre erotismo e identidad. Así frente a diversos erotismos surgirán distintas identidades (individuales y luego colectivas) que definirán el rumbo a los estilos de vida. En Pound existe sexualidad en formas retóricas límites: desde el rechazo hasta la llamada; existe sexualidad en cada momento en que lo erótico (es decir la vida) se manifiesta, desde la entrega absoluta hasta el olvido. Para todo ello un texto debe decir aquello que no tenemos la certidumbre de que pueda realmente ser comprendido, sola la experiencia de lo sensorial lo hace comprensible, pero la usura incluso entorpece para Pound nuestros sentidos frente a lo excelso:

with usura, sin against nature,

is thy bread ever more of stale rags (Canto XLV)

Más allá del texto no hay salvación, especialmente cuando no se desea ser salvado

Sintetizar las temáticas de Pound ha sido un ejercicio ya realizado hasta el cansancio por grandes especialistas en lengua inglesa hasta, por ejemplo, últimamente la ubicación canonizante de Harold Bloom (1995) dentro de los específicos límites de esta lengua, en su libro ya clásico El Canon Occidental. Con todo, una clave hermenéutica de lectura nos lleva a centrar sus tópicos en dos ejes que sintetizarían una dimensión estructural de su escritura: por una parte la experiencia amorosa como fenómeno universal, y por el otro la usura como rasgo patológico específico (aunque no único) de la sociedad occidental. Describir el motivo del amor como constate en los Cantos de Pound resulta un esfuerzo complejo, ya que bajo la influencia de Walt Whitman plantea un amor a todo lo creado, por lo tanto su obra resulta por momentos panteísta y su amor por ello mismo difuso, nos obstante, debemos destacar de los Cantos de Pound la existencia del amor humano heterosexual, no solamente como una figura retórica manida, sino como la expresión de una experiencia mística y al mismo tiempo corpórea que resume todo lo elevado, todo lo sublime; Pound no cae en lo evidente, su erotismo es una sensualidad donde el coito no es nada más que sugerido y el vínculo de pareja es parte de un rito que se expresa en su palabra. La polaridad entre ritual y palabra surge justamente de su intento transcultural de superar la idea post socrática del vínculo entre razón y lenguaje...

Its being and every moving

Or delight whereby' is called "to love" (Canto XXXVI)[4]

En el otro extremo se encuentra la usura como la expresión del Leviatán esencial que no puede ser sintetizada sencillamente como el préstamo con interés; Ezra Pound llamado poeta-economista se está remitiendo a la tradición clásica fijada por ejemplo, por De Rerum Natura texto poético y didáctico, escrito en el siglo I a. C. por Titus Lucretius Carus, continuada por el pensamiento marxista en lo refreído a la dialéctica substancial entre hombre y naturaleza que se resuelve en el trabajo humano para Marx, hasta llegar a la ciencia económica contemporánea donde toda acción guarda relación no exclusivamente con el pensamiento, aunque sea este emoción o sentimiento, sino con la opacidad de un mundo material, el cual no es rechazado por Pound por su materialidad misma, sino porque sería aquel, justamente en el cual, con el fin de reproducir los ciclos productivos y reproductivos, el que constituiría la negación fundamental del amor humano; es la perversión de lo material en la inmaterialidad maligna de la usura. Que la mujer sea para Levi-Strauss un objeto de circulación de sentido no la convierte en instrumento de la usura, para Pound la acumulación a través del préstamo con interés al hacer perder la relación entre dinero y trabajo, no sólo acarrea la especulación, sino la dislocación del significante, el cual convierte en pueril aquello que de por sí es sublime...

The useful operations of commerce

Stone after stone of beauty cast down

And authenticities disputed by parasites (Canto LXXV)[5]

La usura, pecado contra-natura para Ezra Pound

En Pound se evidencia una estrecha relación entre los ciclos del capitalismo y los ciclos del deseo, el capitalismo es para Pound no solamente es un modo de producción sino que se transforma en una visión metasocial que circunscribe a catolicismo y protestantismo a la reductible esfera de la intimidad y de lo privado.

Deacons in churches, owning slum properties,

Alias usurers in excelsis,

The quintessential essence of usurers (Canto XII)[6]

El amor humano erótico y heterosexual es la expresión fundamental del deseo en Pound, no solamente como genitalidad, si no como una proyección especular del Yo en el Otro (Lacan 1973); de manera tal que el amor de pareja está estipulado por el espejo que los demás constituyen, y que desde ese reflejo son diseñadas las formas amatorias y sus expresiones simbólicas; pero el amor para Pound se ve socavado en sus raíces. No obstante, la capacidad de tener control sobre la experiencia amorosa por parte de la cultura como portadora de la subjetividad colectiva, en el capitalismo se encuentra limitada, convertida en un hecho circunscrito a las relaciones de producción; la sobre erotización coital del amor es justamente la transformación del amor en mercancía, no únicamente lo objetiva, sino que lo utiliza como una herramienta más de la especulación...

Slum owners,

usurers squeezing crab-lice, panders to authority (Canto XIV)[7]

La usura no es sólo el préstamo con interés, es el interés en el préstamo para contraer deudas que son las deudas del deseo: las drogas, el consumo de bienes y la experiencia amorosa (por dar algunos ejemplos significativos), requieren del discurso del deseo; más que del goce mismo frente al amor, la droga o la mercancía, el deseo se concentra para Pound, según apreciamos, en la búsqueda que nunca puede ser consumada, y de esa condición de imposibilidad el capitalismo extrae su componente esencial: la usura como forma de acumulación no es sólo acumulación de dinero, es acumulación de un placer prometido que es ante todo deseo en estado puro y es también acumulación de mezquinos contratos respecto de este deseo, como si la racionalización frente al intercambio de bienes tocara al amor bajo las formas del costo oportunidad o de la prospectiva de la acumulación, es la falacia capitalista que quiere convertir lo amoroso en una oferta más.

Del contrato matrimonial y su formalización económica

El matrimonio siempre ha sido un contrato (bajo la forma de lo poligámico, monogámico o poliándrico). Mas, ese contrato define estrategias de alianza que no necesariamente están asociadas a la existencia de la experiencia amorosa, Octavio Paz (1994) nos recuerda que justamente que es en el siglo XII con la aparición del amor cortés, cuando el amor aparece pero separado del contrato en el mundo judeo cristiano; en esa situación, el mester de juglaría canta a un amor cortés que más que profano es herético y pecaminoso, pero que curiosamente no posee opacidad en la recepción de su discursividad social; se tratara del caballero casado que pretende a la mujer soltera, de la mujer soltera que ama al hombre casado e incluso del amante de monja que centra su amor en el sujeto sagrado (como si le pudiese disputar a Dios aquello que le está destinado). En Pound lo importante (en lo delirante de la formación social capitalista) no es situar a la mujer como la esposa del mercader, la concubina o la dulce Beatriz de Dante, desea superar la visión de la mujer donde ella se convierte en un objeto de intercambio en donde el dinero se superpone perversamente a los placeres sensuales; se trataría de que justamente el amor al dinero supera el amor al otro y ello es legitimado a través de un contrato que obliga como una cárcel. De la mujer como objeto deparador de sentido se llega a la supresión del deleite del amor por el deleite del comercio...

Let no man say love cometh from chance

Or hath not established lordship

Memory hath him no more (Canto XXXVI)[8]

Si la modernidad trae consigo incertidumbre, el matrimonio moderno traerá otra certidumbre: la certidumbre del contrato ya libre de la transacción colectiva en que dos comunidades se comprometen en estrategias de alianza, sería un contrato que conlleva un discernimiento individual, libre y privado. Pero ello no es no es la certidumbre del deseo, y por lo tanto no representas una garantía en el momento del goce; más bien Pound nos devela que la sobrerotización convierte al amor humano en mercancía que no transmite sentido, sino un tipo de valor susceptible de ser manipulado desde la especulación capitalista.

Every bank of discount is downright iniquity

Robbing the public for private individual's gain (Canto LXXIV)[9]

La economía política del goce

De la distinción que Roland Barthes hace entre placer y goce (1974) frente al texto, podemos realizar una lectura de Pound donde, independientemente del erotismo, nuevamente el sexo está en todas partes menos en el sexo mismo, por lo cual la economía capitalista necesitaría el uso del goce en sus procesos de transacción. Probablemente en la bolsa de valores de cada ciudad importante del mundo, el gesto histérico de los agentes de la bolsa que compran y venden sentido a través de su manipulación de los valores (en el sentido económico de valor) se transaría el goce y se demarcaría el deseo, los agentes de la bolsa justamente lo que están haciendo es en gran medida comprar y vender goce; cuando Pound señala: que nadie diga que el amor procede del azar (Canto XXXVI), está diciendo justamente que lo que entendemos por opción amorosa no es más que un modo específico de adquisición de goce, y ese goce no solamente tendrá un valor como mercancía sino que será objeto tanto de especulación como de usura. La usura separa el amor en su estado más primigenio e incluso institucionalizado, rompe la ilusión de los jóvenes novios...

It hath brought palsey to bed, lyeth

Between the young bride and her bridegroom

CONTRA NATURAM (Canto XLV)[10]

En gran parte de la historia humana el contrato matrimonial requería del contra-don significante que es la dote, la eliminación de la dote significa una pérdida de significación objetiva de valor respecto del goce; si una mujer no puede ser transada en el proceso de circulación de sentido, en el sistema capitalista tanto hombre como mujer desarrollarán las formas rituales y lingüísticas que le permitirán contar con la certidumbre del goce, ello desde un contrato libre entre contrayentes informados; no obstante, la fidelidad como imposición y ficción que encubre un vínculo inauténtico; la pornografía, la prostitución y, por sobre todo, la inestabilidad extrema del vínculo matrimonial son expresión del modo en que para Pound la usura es usura respecto del dinero, pero desde allí es usura respecto del espacio de las emociones y los sentimientos amorosos.

El amor en el sistema capitalista lejos de ser el sentimiento altruista de la llama doble helénica, es una mercancía de extrema fragilidad. La libertad para la elección de pareja no es más que la expresión la elección de aquello que debe ser escogido y del cómo se debe legítimamente hacerlo. Frente a la fragilidad del sujeto como portador y depositario del deseo, se encuentra para Pound la omnipotencia de la ideología capitalista que maximiza la producción, distribución y consumo de bienes, y para Pound un bien fundamental es el bien amoroso que se transforma en una mercancía dentro del abanico de placeres del cual el capitalismo nos provee, pero cuyo valor está a expensas del uso usurero que los mercados hacen, ello sobre la base de nuestra extrema necesidad no solamente de los placeres, sino de la necesidad respecto de la certidumbre respecto de la existencia del amor mismo. De lo que Pound entiende por el deleite del amar solamente queda el significante enraizado en la incertidumbre respecto de algo que ya no es amor sino mercancía, es un discurso que reemplaza lo amoroso por la acumulación y así genera su propia apologética...

The beast with a hundred legs, USURA

And the swill full of respects,

Bowing to the lords of the place,

Explaining its advantages (Canto XV)[11]

Y se me metieron al dumping para perturbar las aguas

Si bien es cierto, los textos sobre teoría económica de Ezra Pound no son objeto de nuestro análisis y no son técnicamente apreciados en los medios de la ciencia económica, ellos constituyen un remanente, sin duda tremendamente refractario, de una teoría del valor que asume los procesos macroeconómicos como una semiosis en la cual la representación del valor es mutante por ello dinámica e imprecisa. Justamente la dinámica de esta semiosis es la dinámica del amor como conjunto de sinuosidades cuya coherencia no es consciente para los amantes.

Desde la conformación de la ciencia social clásica definida desde la metafísica de la conciencia (que confía en que lo racional es real y lo real racional) en Marx o Durkheim se asume que los actores sociales no son plenamente conscientes de los procesos sociales en los cuales se encuentran involucrados; para Pound tampoco el actor social es consciente de la microeconomía del sentimiento amoroso. Si para nuestro poeta genéricamente la usura impide al joven cortejar a su amada, es fundamentalmente porque no existe plena conciencia del modo en que la enajenación en el trabajo oculta la directa relación entre la experiencia amorosa y las redes de los procesos económicos.

La falta de relación al interior del capitalismo entre capital y trabajo, es un tema de amplia coincidencia, aunque no del todo reconocida, entre los pensamientos: anarquista, católico, fascista y marxista; también la constitución de "terceras vías" desde el fascismo o el socialcristianismo, remiten por lo general a formas de corporativismo que devuelvan la equivalencia semiótica y material entre capital y trabajo. No se trata aquí de intentar hacer coincidir ideologías diametralmente opuestas, pero si afirmar como dijo alguna vez el poeta chileno Jorge Teillier: incluso el antisemitismo de Pound es una crítica a la perversión interna que la usura involucra (Olivares 1993).

Desde la noción medieval en la cual el prestamista era un pecador público equiparable a la meretriz, que pagaba su pecado con impuestos y escarnio; hasta la actual consideración de la banca como promotora del crecimiento económico a través de mecanismo como la baja de la tasa de interés, existe no sólo una transformación de la teoría económica y una imposición del capitalismo mismo. En esta perspectiva la discusión no debe residir en si es acaso el capitalismo el que genera al protestantismo o viceversa (la típica discusión de webereanos y marxistas) sino más bien en el modo en que el mercado es sacralizado y la usura muta desde un acto pecaminoso hasta ser una necesidad evolutiva...

An` that man sweat blood

To put through that railway,

And what he ever got out of it?

And he said one thing: As it costs,

As in any Indian war it costs the government

20,000 dollars per head

To kill off the red warriors, it might be more humane

And even cheaper, to educate.( Canto XXII) An` that man sweat blood

To put through that railway,

And what he ever got out of it?

And he said one thing: As it costs,

As in any Indian war it costs the government

20,000 dollars per head

To kill off the red warriors, it might be more humane

And even cheaper, to educate.

And there was the other type, Warenhauser,

That beat him, and broke up his business,[12]

En la metalengua de Pound sin duda hay un eco bíblico más que una obsesión, él identifica una relación de identidad entre usura y pecado, por lo cual su discurso nos suena por momentos delirante; probablemente Isaías, Exequiel o el mismo Bautista también sonaron delirantes en los contextos de su enunciación desaforada. Más que reconocer (o dejar de hacerlo) la verosimilitud del vínculo entre desamor y usura, lo fundamental para una comprensión más abierta de Pound es entender esta polaridad como una clave de comprensión transcultural...

And went in for dumping in odder to trouble the waters

In the usurers´ hell-a-dice

All of which leads to the death-cells (Canto LXXIV)[13]

De intolerancia e incomunicación

Podría parecer una incongruencia que un pensador que adhirió al fascismo y a las formas de racismo que este imponía, pueda ser del mismo modo un poeta de la comunicación transcultural, sin embargo, nuestro planteamiento se sustenta en que, más allá de los errores políticos del autor empírico, lo que Pound expresa en los cantos es una clave de comprensión transcultural que a la manera de un mito se transforma en un instrumento potencial para la comunicación.

Las ciencias sociales reconocen la diversidad de variables que inciden en un fenómeno, por lo tanto atribuir a la usura la causa fundamental del malestar cultural del siglo XX y de lo que conocemos del siglo XXI, resultaría científicamente una ingenuidad, no obstante, no estamos hablando de ciencia sino de poesía, y específicamente de la vinculación en una textualidad poética entre los niveles metalingüísticos y pragmáticos. Pound identificó en la usura la causa de una dimensión del malestar cultural que es fundamental "el malestar cultural del desamor":

Usury rusts the man and his chisel (Canto LI)[14]

Si lo asumimos a un valor (en un sentido filosófico) expresado en palabras o frases que son en sí hiperónimos (como el concepto mismo de usura), como el eje semántico que dará lugar a la metalengua de un discurso poético, no podemos exigirle los criterios de verdad de un discurso científico económico o sociológico, pero sostenemos que más que una apelación ideológica lo que Pound sostiene es una apelación mitológica.

Los sistemas fascistas como conjunto de valores emanan en gran medida del romanticismo, entendido este como una crítica radical del Racional-Iluminismo que asumía a la razón como fuente fundamental de emancipación humana a través del uso de la razón; Pound es el poeta que representa quizás de manera más acabada las desventuras de la razón y por lo tanto el fracaso del proyecto de la Ilustración en su posibilidad emancipadora, por lo tanto su insistencia en la usura como relación de causalidad no es la causalidad de una hipótesis de trabajo, donde todas las demás variables excepto las que se encuentran en análisis se mantienen constantes, sino que por el contrario se trata de una construcción mitológica de una legitimidad cultural indudable.

Autores marxistas tan fundamental para la comprensión de la cultura como Antonio Gramsci y José Carlos Mariátegui, entendieron el papel del mito como respuesta irracional (no ilógica o ilusoria) frente a la incapacidad ordenadora de la razón. Por otra parte no es de menor importancia histórica que la mayoría de las sociedades humanas se hayan orientado por sistemas mitológicos entendidos estos como arsenales culturales desde los cuales se orienta el devenir de la existencia, más que creer en el mito de Pound se trata de comprender que el mito de la usura no es ni cierto ni falso, simplemente es el fundamento metalingüístico desde el cual su poética se articula...

with usura

hath no man a painted paradise on his church wall (Canto XLV)[15]

Respecto del asunto de la lengua de que Ezra Pound, como ya lo afirmamos, no puede restringirse a comprenderlo como a un poeta de la lengua inglesa, se fundamenta en sus usos intertextuales de diversidad de lenguas e incluso de formas icónicas pero lo esencial es que Pound establece la relación entre amor y usura como el epicentro de un mito que traspasa a la lengua inglesa. Conocemos el aporte a la corrección de la Tierra Baldía de T.S Eliot, o al desarrollo intelectual de William Carlos Williams. Con todo, Pound no es exclusivamente un poeta de la lengua inglesa; es un gran orfebre del lenguaje, su obra no es exclusivamente una experiencia del lenguaje, es la experiencia del pensar poetizante, que supera en el ámbito de lo meramente verbo-simbólico; su objetivo desde el lenguaje es ir más allá del lenguaje, conmoviendo, ironizando, denunciando. Si su poética no es la poética de la tolerancia ilustrada, tampoco es la de la primacía de la lengua inglesa o de cualquier otra lengua; su poética es la de una escatología que anuncia, denuncia e irrumpe, más que la de una adhesión racional; Pound reclama como autor textual una adhesión intuitiva que parte desde la seducción de su construcción verbal, los símbolos en Pound poseen orígenes culturales diversos pero la relación entre usura y amor humano guarda relación con elementos esenciales de la condición humana tanto de la conciencia como del inconsciente colectivo, hablar del vínculo amoroso y hablar del interés del dinero derivados del dinero mismo no es hablar desde la lengua inglesa; es el intento supralingüístico de retrotraernos a arquetipos universales que sin duda convocan: el fracaso del amor, o el enriquecimiento gracias al empobrecimiento de otros, el descubrimiento del amor una vez que se ha establecido el vínculo matrimonial con otra pareja. Ni remotamente podríamos tomarlo como un arquetipo de la lengua inglesa, sino que representan aquello que Jung entendió como los arquetipos, o Lévi-Strauss comprendió como las estructuras inconscientes de la mente humana, es ante todo el mito que se reactiva a través de una suerte de mantra semántico que responde a la misma lógica del chamán convocando a la hierofanía: en Pound el vínculo entre ritual y palabra supera la eventualidad de cualquiera lengua escrita y quizás sea por eso mismo que podemos pensar audazmente de que en Latinoamérica hoy podemos entender su poesía, incluso desde una perspectiva ideológicamente antifacista.

De las causas lóbregas para la separación de los amantes

Desde el horizonte psicoanalítico es posible enunciar ciertas relaciones de causalidad para que el amor humano no se haga plenamente posible por medio de la unión perdurable entre dos personas; desde una perspectiva lacaniana ello guarda relación con una suerte de ficcionalidad de la experiencia amorosa como un deseo del otro que en tanto pulsión nunca puede ser consumada. Por su parte, Igor Caruso (1982) perteneciente al Círculo Vienés de la psicología profunda, sostiene que la cultura hace imposible la permanencia del vínculo amoroso debido a la pulsión de muerte que ella misma contiene la que predeterminaría la oposición entre la libido y este instinto esencial.

Sin duda ambas posiciones dan cuenta de un hecho concreto: el amor es eterno mientras dura, y su posibilidad de eternidad es siempre una figura retórica más que una condición de posibilidad. En el seductor mito elaborado por Ezra Pound existe una visión coincidente como también alternativa, la permanencia de la unión de los amantes es una imagen que sostiene a la cultura, pero esta permanencia no es limitada ni por principios intrasíquicos inherentes a la condición humana ni por la falacia del amor mismo, Pound cree en la experiencia amorosa pero también es consiente respecto de la imposibilidad de su plena realización y es allí donde opera la dialéctica esencial entre amor y usura...

What thou lowest well remains,

The rest is dross (Canto LXXXI)[16]

En la perspectiva de este ensayo vemos una íntima relación entre amor, usura y lenguaje: el lenguaje de Pound no es la lengua inglesa, el lenguaje de Pound expresa la transculturalidad de la experiencia amorosa; experiencia que, al no ser posible de ser comunicada por medio de las lenguas naturales como tampoco de los lenguajes lógico matemáticos, requiere de un lenguaje que atraviesa no exclusivamente los otros lenguajes, sino que atraviesa a las culturas. Sin duda la experiencia amorosa en la China Imperial no es la misma del amor cortés o la de la Grecia Clásica, tampoco es la experiencia del amor en la modernidad, pero si bien la experiencia amorosa es un significante reiterado, su significado es diverso. Cada experiencia del amor es para Pound una experiencia del mismo modo irrepetible como comprensible en tanto el amor es un significante preciso aunque no monódico, es decir, es una apelación a nuestro entender básicamente moral: nuestro poeta apela a la experiencia amorosa como una expresión transcultural universal que considerando sus diferencias particulares se reúne el significado sobre la base de su radical imposibilidad; ahora bien esta imposibilidad no está dada por la condición humana misma, como tampoco porque el amor sea una falacia cultural, sino porque es un hecho moral y legítimo cuya experiencia es universal que es por lo tanto universalmente comprensible, y la imposibilidad de su consumación tiene una sola causa para Pound: la usura.

Más allá, como hemos dicho, de la sapiencia económica de Pound, consideramos que su concepto de usura es mitológico por lo tanto es el opositor binario de todo sentimiento altruista propio de la condición humana; si el amor no necesita de una lengua posible en la cual nacer y probablemente morir, tampoco el fenómeno económico de la usura requiere de un lenguaje único para ser comprendido y por sobre todo condenado: la usura para Ezra Pound es un significante perverso pero no polisémico, surge al igual dijo Rousseau, según Pound desde la apropiación de los bienes pero se expresa a través de una semiosis donde el signo es entregado para obtener otro signo que excede al signo original; el interés como dividendo respecto del préstamo no es solamente un acto bancario ni bursátil, se trata para Pound de la experiencia concreta y universalmente comprensible del abuso del que se apropia respecto de aquel que no es poseedor del capital, no existe en la poética de Pound una condición de legítima propiedad respecto del capital que legitime la obtención de intereses...

That the Magistrate

Give his chief care that the specie

Be lent to whomso con best use it USET IT

( id est, piú útilmente)

To the good of their houses, to benefit of their business (Canto XLII)[17]

Pero la condena a la usura va mucho más allá, se trata de condenar no solo el oportunismo del interés mismo, sino la ambición respecto del bien y de su excedente. Pound sataniza a la usura porque sataniza la semiótica del dinero como expresión de una teoría, que para él es ilusoria, respecto del valor de uso y del valor de cambio, por lo tanto en toda manifestación humana donde concurra una relación de producción capitalista, al vivir la experiencia de la usura vivirá la experiencia de la apropiación y del egoísmo, no se trata por supuesto de una condena respecto de la retribución del trabajo y de la mejoría de la retribución de ese trabajo en función de la especialización en el proceso de división social de este, se trata de condenar la ilegitimidad de la usura como fenómeno que no tiene un valor que lo sostenga por sí mismo, lejos de la ética protestante que ve en el éxito económico a través del préstamo con interés una expresión de la posesión del favor de Dios, Pound se aleja de sus orígenes protestantes y anglosajones de manera radical...

Heaven has scattered riches and poverty

But to profit on other men´s loss is no better than banditry (Canto LXI)[18]

Pound se acerca a la visión católica medioeval en la cual el préstamo con interés sigue siendo un pecado más perjudicial y perverso que el de la prostitución, es como lo dice específicamente un pecado contra natura si el amor es un significante universal que puede ser entendido más allá del lenguaje, la usura es otro significante universal que no necesita de un lenguaje específico, de la usura provendrá la acumulación la que supera a los Estados y a las épocas, amor y usura son conceptos permanentes, universales y perviven más allá del lenguaje; pero el primero representa la experiencia máxima de la redención humana, el otro representa para Pound la causa esencial de la escisión interior, la que Freud denunciaba como propia de la modernidad.

Conclusiones: el aporte compresivo de Pound

Hemos planteado que de la polaridad entre amor y usura es posible derivar un fundamento esencial de la metalengua de los Cantos de Ezra Pound y ello posee una comunicabilidad transcultural; no obstante, es esta una lectura hermenéutica, donde el círculo hermenéutico de la comprensión se cierra entre el poeta fascista que se salva de la condena a muerte, por un diagnóstico de locura, y la experiencia concreta de las crisis cíclicas del capitalismo en Latinoamérica: como alguna vez planteó Louis Althusser (1969) si no existe alguna lectura inocente digamos entonces de qué lectura somos culpables: somos culpables en esta lectura de Pound de una coincidencia respecto de la perversión de los manejos bursátiles por parte de quienes manipulan los grandes capitales; es distinto hacer trabajar el dinero que hacer aparecer dinero desde el dinero mismo; es distinto el legítimo beneficio del trabajo que el préstamo usurario; pero hablar del amor como hablar de la usura es hablar en América Latina, tanto del goce, como de la profundidad del deseo mismo, y ello respecto de la comprensión de la escritura de Pound se ve radicalizado hoy por la existencia de una sociedad de consumo donde incluso el erotismo mismo es un bien que se ofrece y en algunos casos se despilfarra.

En Pound existe una confianza en que hablar de amor y usura, como una polaridad dialécticamente opuesta, tendrá como conclusión la generación de una síntesis: la infelicidad humana; ni el aumento del consumo ni el aumento de la usura misma llevan a la consumación del amor humano, sino que por el contrario lo inhiben, es aquí donde Pound revela una enseñanza moral en un sentido mítico y, por lo tanto, profético: la experiencia del amor no puede estar teñida por la experiencia del consumo, por la expectativa de la abundancia y ni siquiera por la certidumbre respecto del valor de los bienes; si el contrato matrimonial es parte de la circulación de sentido que posibilita la integración de las estructuras sociales, la experiencia amorosa es para Pound una experiencia liberadora tanto a nivel individual como colectivo, a nivel colectivo es exactamente lo contrario de la usura como perversión del valor, a nivel individual es la experiencia imprescindible de una intimidad cuya materialidad se expresa en los cuerpos, pero para nuestro poeta el erotismo es un bien sumamente frágil. La experiencia del amor que supera la mera genitalidad, es la experiencia de la unión de dos cuerpos en un plano que no se remite exclusivamente a la genitalidad, probablemente sea esa experiencia de los cuerpos con una erótica que abandona el logocentrismo de lo genital la que constituya el lenguaje primigenio que Pound siempre persiguió. Obras como las de Ernesto Cardenal en su juventud y la Antropología Literaria Chilena han sido capaces de descubrir y denunciar el vínculo y el capitalismo, como desenmascaramiento del modo en que el amor se convierte en mercancía y así es neutralizado.

Toda poesía comunica en tanto se ve envuelta en un proceso de recepción y por tanto en un círculo pragmático, pero la metalengua de los Cantos está sostenida en una intertextualidad donde el centro es la transculturalidad del mensaje. No tenemos certidumbre de comprender a Pound, pero inevitablemente algo nos comunica su obra, y si el texto está por sobre el autor en nuestro análisis, asumimos su metalengua como la expresión de un deseo por purificar la experiencia amorosa de la perversión de la usura y un afán por convertirla en una posibilidad emancipadora que facilita un tipo de comunicación desde la incertidumbre: nunca los referentes serán similares en cada contexto y en cada época , pero la transculturalidad de Pound apela a un fundamento de la condición humana, ello es la experiencia amorosa (con toda la ambivalencia y variedad con que el fenómeno amoroso se manifiesta históricamente). Amor y usura son la clave que abre la puerta de la búsqueda de la comunicación, no obstante, ninguna certidumbre nos asiste en la lectura, solamente la certeza de que Pound ofrece un texto poético que en su crítica del abuso capitalista y en la búsqueda de la plenitud amorosa, es todo lo transcultural que el lenguaje se lo permite. Probablemente la comunicación total nunca se logre, pero la lengua de Pound es un límite en lo referido a lo que lenguaje humano es capaz de expresar desde sus aspiraciones transculturales y un contenido ético con pretensiones de universalidad.

Nieve en la Baja Sajonia, invierno 2009

Referencias Bibliográficas

Fuente primaria

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Fuentes secundarias

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*   Este artículo fue laborado en el contexto del proyecto FONDECYT Nº Proyecto: 1070128.

** Doctor en Ciencias Humanas. Académico del Departamento de Filosofía y Ciencias Sociales de la Universidad de Playa Ancha.

[1]   Los pervertidos, que han antepuesto el deseo del dinero /A los placeres sensuales

[2]   Jamás dentro del país para mejorar el nivel de vida / Pero siempre en el extranjero para acrecer las ganancias de los usureros

[3]   Ni necesitan los veteranos garantías del estado / Para el préstamo particular y usurero / Lo cierto es que ahí es donde está el gato encerrado / El estado no necesita pedir prestado

[4]   Su ser y todo movimiento / O deleite por lo cual se llama "amar"

[5]   Las útiles operaciones del comercio / Piedra sobre piedra de belleza derribada / Y lo auténtico disputado por los parásitos

[6]   Diáconos en las iglesias, poseyendo características de los tugurios, / Alias usureros en excelsis, / La esencia quintaesencial de usureros

[7]   Dueños de barrios bajos, / Usureros exprimiendo ladillas, alcahuetes de la autoridad

[8]   Que nadie diga que el amor procede del azar / O que no ha establecido regimiento / Manteniendo su poder aunque / La memoria ya no le detenga

[9]   Cada banco del descuento es iniquidad clara / Robo del público para el aumento del particular

[10] Ha llevado la perlesía a la cama, yace / entre la joven desposada y su marido / CONTRA NATURAM

[11] La bestia de cien patas, USURA / Y la inmundicia de los respetadores, / Inclinándose ante los señores del lugar, / Explicando sus ventajas

[12] Y aquel hombre sudó sangre / Para construir aquel ferrocarril, / Y, ¿qué le aprovechó? / Y dijo una cosa: Ya que cuesta, / Como cualquier guerra con los indios le cuesta al gobierno / 20.000 dólares por cabeza / Para matar a los guerreros piel roja, quizás sería más humano / Y hasta menos caro, educar. / Y había también el otro tío, Warenhauser, / Que le ganó, y acabó con su negocio,

[13] Y entró para descargar en más impar para preocupar las aguas / en el usurero infierno-uno-cortan en cuadritos /

  Cuál lleva a las muerte-células

[14] La usura aherrumbra el hombre y su cincel

[15] con usura, pecado contra natura, / es tu pan siempre de harapos viejos

[16] Lo que bien amas perdura, / Lo demás es escoria / De lo que bien amas no te privarán. / Lo que bien amas en tu herencia verdadera.

[17] Que el Magistrado / Ponga su mayor empeño en que la especie / Se preste a quien mejor pueda USARLA / (id est, piú útilmente) / Para provecho de sus casas, de sus negocios

[18] El cielo ha derramado riquezas y pobrezas / Pero aprovecharse de la pérdida de otro no es mejor que el bandidaje