Reseñas - Revista F@ro Nº 13
“Journalism-based learning”: una oportunidad para renovar la didáctica educativa desde el periodismo
Universidad de Playa Ancha (Chile)
Ficha
Lluís Pastor (2010). FUNIVERSITY. Los medios de comunicación cambian la universidad. Barcelona: Editorial Universitat Oberta de Catalunya. 148 pp.
Continuamente desde la academia irrumpen propuestas que buscan romper con los cánones vigentes. Algunas aspiran en convertirse en grandes teorías; otras logran posicionarse como proposiciones intermedias o sustantivas, en tanto, un importante número, termina difuminándose frente al campo dominante.
Más allá de un afán de imponer un criterio categórico, Lluís Pastor, a través de su libro “Funiversity. Los medios cambian la universidad”, pretende reflexionar en torno a la didáctica educativa, atribuyéndole al periodismo una importancia fundamental en el ejercicio formativo de las nuevas generaciones de estudiantes, formulando un modelo denominado “journalism-based learning” (aprendizaje basado en técnicas periodísticas).
Quizás una visión preliminar podría aventurar en el título de la publicación una directa provocación, pues desde la visión tradicional de la cultura occidental tratar de enlazar dos términos aparentemente disociados “fun” (diversión) y “university” (universidad) sería considerado una aberración, no obstante, el libro se transforma en un válido ejercicio que pretende posicionar un nuevo enfoque formativo, teniendo con eje el periodismo, los media y las nuevas generaciones de estudiantes.
En la primera parte del libro, denominada “La universidad fosilizada”, el académico de la Universitat Oberta de Catalunya analiza la docencia universitaria, planteando que ha sido una práctica que se ha mantenido inalterable durante diez siglos. Desde que surgió la primera universidad en Europa en el siglo XI, los procesos comunicativos se han sustentado en una dinámica vertical y con una proxémica dominada por los espacios al servicio del docente.
Utilizando la metáfora “el aula es una jaula”, Pastor argumenta que en este espacio sacrosanto se “esconde una realidad económica que también oculta una manera de entender el proceso de aprendizaje” (2010:23), cuyas características se han transformado en parámetros hegemónicos y ortodoxos. Al parecer, un académico hablando ante un grupo de estudiantes por 45 o 90 minutos es la única y mejor forma de transmitir un determinado conocimiento en la academia.
Sin embargo, la didáctica educativa ha omitido involuntariamente un fenómeno que ha marcado los derroteros de la sociedad desde mediados del siglo XX: “la gente comprende el mundo y se relaciona con otras personas a través de los medios de comunicación” (2010:31), cuya retórica acerca a las audiencias “siempre desde la perspectiva de la atracción” (2010:37).
En el capítulo II, bajo el nombre “La sociedad del entretenimiento”, se adentra en una reflexión en torno a la sociedad de la información del siglo XXI, posicionando al entretenimiento como un fenómeno fundamental en cualquier proceso comunicativo, alejando la carga semántica negativa que el concepto tiene en la cultura occidental.
Para el autor, una de las características constitutivas de todo proceso comunicativo es la atracción, pues sin esta condición no se produce contacto alguno. Por esta razón, valida el quehacer periodístico como un ejercicio comunicativo capaz de captar la atención de la audiencia.
Pastor termina analizando los programas de televisión más vistos durante los últimos años en España con el propósito de barajar algunas hipótesis sobre los principios de la atracción. ¿Qué motiva a diez millones de televidentes, más del 20% de la población de un país, a ver determinados programas de televisión? ¿Cuáles son las variables que se repiten?
Bajo el título: “Medios, formación y entretenimiento”, la tercera parte del libro, analiza la forma clásica en que los docentes han ocupado los medios de comunicación en el aula.
Tomando el rótulo clásico de las funciones de los media (informar, formar y entretener), el autor plantea que la universidad debe comprender la formación como un ejercicio pedagógico integral que conjugue también estas variables. “Formar es acompañar, formar es entusiasmar, formar es motivar, formar es guiar, formar es crecer” (2010:83).
Validando el rol social que cumple el periodismo en la sociedad, Pastor desarrolla el concepto “journalism-based learning” (periodismo para el aprendizaje) con el propósito de implementar en la academia contenidos docentes a partir de las técnicas periodísticas. Es decir, la atracción y diversión se configuran, parafraseando a Prensky, como parte de un aprendizaje serio y entretenido.
El concepto “journalism-based learning”, que también cuenta con una matriz, busca que los estudiantes aumenten la calidad de su aprendizaje. Se trata de conseguir que los contenidos de cualquier ámbito puedan tratarse con técnicas periodísticas para que respondan a las expectativas de unos ciudadanos no sólo acostumbrados al consumo mediático, sino que también de personas ávidas de aprender siendo los medios de comunicación una herramienta válida.
El autor legítima su propuesta compartiendo la experiencia de la realización de magacines radiofónicos en diversas carreras, dinámica que tuvo positivos resultados.
Finalizando, en el capítulo IV, el investigador culmina el libro con un manifiesto donde posiciona el concepto de diversión como eje central de su propuesta de didáctica educativa.
Funiversity es un texto provocador, sin embargo, se transforma en una ventana que ofrece nuevos bríos a un ejercicio docente que requiere con urgencia un replanteamiento de las dinámicas pedagógicas, pues el agotamiento de las canónicas fórmulas atentan no sólo con el aprendizaje de los estudiantes, sino que también atrofia su motivación por aprender más allá de lo que se dice en el aula, la base de la formación permanente.