Tesis - Revista F@ro Nº 13

Esbozos para la rearticulación de una teoría crítica de los medios de comunicación de masas

Tesis de Grado para optar al Título Profesional de Periodista y al Grado de Licenciado en Comunicación Social

Alejandro Lagos
Nicolás Ramírez
Universidad de Playa Ancha (Chile)

Resumen

La búsqueda por desentrañar las concepciones de mundo que se han posicionado como “lo real” – dándose a conocer como una segunda naturaleza – toma particular relevancia en el campo de las comunicaciones producto de la expansión y diversificación de las categorías del ver en el mundo moderno. Esto nos lleva necesariamente a la búsqueda de postulados teóricos que tengan una posición descreída en torno al modelo de realidad al que nos enfrentamos en la actualidad, para ello la elaboración de una caja de herramientas capaz de entregar una caracterización certera del periodo actual por el que atraviesan los MCM es fundamental para entender una parte importante de la realidad social objetiva.

Palabras clave: Industria Cultural, Medios de Comunicación de Masas, Ideología, Hegemonía.

Abstract

The quest to unravel the conceptions of the world have positioned themselves as "real" - becoming known as a second nature - takes particular relevance in the field of communications resulting from the expansion and diversification of the categories of vision in the modern world. This necessarily leads to the pursuit of theoretical postulates with an unbelieving position around the model of reality that we face today. To achieve this, the development of a toolbox capable of delivering accurate characterization of the current period being experienced by the Mass Media becomes essential to understanding an important part of the objective social reality.

Key words: Culture Industry, Mass Media, Ideology, Hegemony.


La industria cultural tiende a presentarse como un conjunto de proposiciones
protocolarias y así justamente como profeta irrefutable de lo existente.
Ella se mueve con extraordinaria habilidad entre los escollos de la falsa noticia identificable
y de la verdad manifiesta, repitiendo fielmente el fenómeno con cuyo espesor se impide el conocimiento
y erigiendo como ideal el fenómeno en su continuidad omnipresente.

Max Horkheimer & Theodor Adorno

Presentación

Desentrañar los discursos hegemónicos en los medios de comunicación de masas implica necesariamente traer de regreso las tesis espectrales esbozadas por los miembros del Institut Für Sozialforschung en la década de los '30. Esto se debe principalmente a la necesidad de construir perspectivas críticas capaces de cuestionar los discursos y conceptos imperantes en la Industria Cultural, compuesta por mecanismos ideológicos de validación de una determinada concepción de mundo capaces de darse a conocer como “un conjunto de proposiciones protocolarias y así justamente como profeta irrefutable de lo existente”. Desde esta posición se busca realizar algunos esbozos que permitan la rearticulación de una teoría crítica capaz de recoger los desarrollos intelectuales que entregaron las primeras perspectivas en torno a la irrupción de una superestructura demoledora capaz de validar la estructura social antagónica que persiste hasta nuestros días.

Objetivo General de la Investigación

Recuperar las diversas herramientas teórico/conceptuales - desarrolladas desde la irrupción de la técnica que permitió la creación de los MCM - que tienen por objetivo cuestionar los mecanismos culturales de validación de la estructura social imperante.

Objetivos específicos

1. Establecer puntos de conexión y quiebre entre los distintos autores.

2. Establecer las constantes -las posiciones persistentes- que han acompañado el desarrollo de las teorías críticas en torno a los MCM.

3. Elaborar una caja de herramientas que permita analizar e interpretar los fenómenos relacionados a los MCM.

Marco Teórico

I

En un primer momento la investigación busca desentrañar las raíces (orígenes) de la teoría crítica, en ese proceso asoma la perspectiva particular de Freidrich Engels como generador de la génesis del problema al sostener que: “El contenido social de una obra (…) podría muy bien ser contrario a los deseos proclamados del artista y podría expresar más que sus orígenes de clase” (Jay, 1989, p.284). Un primer paso que delimita la posición del Institut frente a la Tendenzliteratur de Lenin, la que abogada por un arte militante en el que la forma como sentido discursivo terminaba por sobreponerse a la composición misma del trabajo artístico. El Institut se negaba a reducir los fenómenos culturales a un mero reflejo ideológico de clase, lo que le permitió en última instancia analizar la irrupción de la técnica que permitió el desarrollo de los medios de comunicación de masas desligado de la órbita staliniana, sin embargo, es necesario destacar que el Institut liderado por Max Horkheimer y Theodor Adorno tiene como misión fundamental (durante su primer periodo) elaborar mecanismos de cuestionamiento de la realidad social bajo las leyes de la economía de los kornzern.

De este postulado original surgen 2 definiciones claves para comprender la teoría crítica: el primero tiene relación con la definición esbozada por Horkheimer y Adorno (2006, p.165) de lo que es la Industria Cultural: “La cultura marca hoy todo con un rasgo de semejanza. Cine, radio y revistas constituyen un sistema. Cada sector está armonizado en sí mismo y todos entre ellos”.

El segundo es la definición de la cultura afirmativa, desarrollada formalmente por Herbert Marcuse para luego ser utilizada por todos los miembros del Institut:

“por cultura afirmativa (…) queremos decir esa cultura en la época burguesa que en el curso de su propio desarrollo condujo a la segregación entre la civilización y el mundo espiritual y mental que esta también considerado como superior a la civilización. Su característica decisiva es la afirmación de un mundo enteramente mejor, universalmente obligatorio y mas valioso que debe ser incondicionalmente afirmado: un mundo esencialmente distinto al mundo concreto de la lucha cotidiana por la existencia, y no obstante realizable por cada individuo para si mismo “desde dentro”, sin ninguna transformación del estado de hecho” (Jay, 1989, p.295).

Es clave entender el concepto de cultura afirmativa como la reafirmación de la Industria Cultural, hasta cierto una expansión del discurso hegemónico/perpetuador de las relaciones de propiedad y producción imperantes/alienantes.

Fue necesario considerar además la perspectiva particular de Benjamin, la que contradictoria a ratos, es capaz de transformarse en una lectura ambivalente del progreso técnico y la irrupción de la sociedad de masas. Benjamin, a diferencia de Horkheimer y Adorno, ve el progreso técnico con un halo de optimismo sin embargo reconoce en todo momento que bajo las relaciones de producción de la era del monopolio no puede explotar su más grande logro: ese es el de haber destruido el velo aurático en la obra de arte. El concepto de aura desarrollado por Benjamin es adoptado por Adorno en sus escritos relacionados a la música, en particular el jazz.

Producto de los conceptos planteados por los miembros del Institut y la periferia, graficada en Walter Benjamin, es posible sostener:

  1. Tanto Benjamin como Adorno y Horkheimer llegan a un cauce común frente a las consecuencias socio/político/culturales producidas la política económica en la era del capitalismo monopolista.
  2. La irrupción de la reproducción mecánica cambio el carácter mismo del trabajo artístico.
  3. En las relaciones económico/políticas lideradas por los kornzern la irrupción mecánica es utilizada como elemento difusor de una concepción de mundo acorde a los postulados generados por los líderes de la sociedad.

II

Treinta años después de las elaboraciones de los miembros del Institut el cineasta y activista político francés Guy Debord retomará determinados conceptos para darles un giro particular graficado en su trabajo titulado “La Sociedad del Espectáculo”. Para Debord el Espectáculo es una determinada visión de mundo que se ha objetivado, en otras palabras una Weltangschauung efectivizada. Este concepto de Debord tiene una intrincada y compleja relación con la cultura afirmativa de Marcuse y la industria cultural de Adorno y Horkheimer, al punto de que es posible establecer un determinado puente de conexión que hace que toda perspicacia planteada producto de la “unión arbitraria de la escuela alemana y la francesa” quede en entredicho:

  1. La atomización social es una constante en ambas propuestas de teoría crítica. Adorno y Horkheimer hacían hincapié en “la soledad acompañada frente al lienzo cinematográfico” mientras que Debord desarrolla el concepto de “muchedumbres solitarias” como metáfora para explicar el aislamiento en el que vive el sujeto social en las sociedades mediadas por el desarrollo tecnológico/cultural al servicio de los sectores hegemónicos de la sociedad.
  2. Para ambos autores la técnica expresa continuamente lo que puede llegar a hacer, sin embargo toda la potencia del desarrollo tecnológico queda supeditado por las relaciones de propiedad y producción imperantes.
  3. Tanto la Industria Cultural como El Espectáculo se dan a conocer al sujeto social como lo palpable y válido, en consecuencia como “lo real” en términos filosófico/culturales.

El espectáculo – definido por Debord (1995, p.42) como “una relación social entre personas mediatizada por imágenes”- cuenta con 3 ejes de análisis que pueden ya encontrarse en una primera instancia treinta años antes en el ensayo de Horkheimer y Adorno titulado La industria cultural. Ilustración como engaño de masas:

  1. En el trabajo de los miembros del Institut se reconoce la existencia de un mecanismo de atomización social que mantiene unido el todo social a través del proceso mismo de separación, esto en Debord puede ser corroborado en el primer capítulo de La sociedad del espectáculo llamado La separación consumada.                                                    
  2. Los discursos predominantes en la superestructura, atraviesa como una espina dorsal todo el corpus social, estando en una primera instancia, enraizados en la base económica, en ese sentido el “todo social” se manifiesta como la constante más potente.
  3. En Debord no sólo es posible entrever una continuidad con relación a los primeros trabajos del Institut sino que sus concepciones se manifiestan como una vertiente particular de dichas lecturas en la que el progreso técnico apunta a la diversificación de las categorías del ver.

III

Un conjunto de postulados particulares surgidos como interpretación del trabajo de Debord fue “el simulacro” de Jean Braudillard. El francés sostiene que existe una complicidad social que preserva el status quo. La particularidad del simulacro no radica precisamente en este postulado que ya en algún grado desarrollo Adorno sino más bien en la no – ubicación del mismo, en ese sentido podemos interpretar al trabajo de Baudrillard como un análisis de la sociedad actual divorciado de las relaciones de propiedad y producción, aquí reside su más grande debilidad, si bien el autor logra darle un sentido a su postulado a través de conceptos como el deseo y la idealización, su análisis tropieza en entender a la sociedad sujeta al simulacro como un grupo de consumidores habitantes de un paraíso imaginario, producto de esta concepción es posible sostener que Baudrilliard representa un quiebre profundo frente a sus predecesores, ya que tanto Debord como el Institut concebían la existencia de un conjunto de sujetos productores permeados por las concepciones de mundo monopolizadoras del desarrollo de la técnica.

IV

Luego de realizar un primer esbozo que tuvo por objetivo delimitar posiciones e identificar constantes, el trabajo busca desentrañar el cómo se produce una naturalización de una determinada concepción de mundo, por lo tanto el traer el concepto de hegemonía a la palestra no sólo se vuelve necesario sino clave y fundamental para la investigación. En una primera aproximación acudimos a la hegemonía en clave gramsciana, la que en palabras de Eagleton (2005, p.220) está separada del concepto más ortodoxo de ideología:

“la hegemonía no es entonces una forma exitosa de ideología, sino que puede ser analizada discriminando sus diversos aspectos, ideológicos, culturales, políticos y económicos. La ideología se refiere específicamente a la forma en que las luchas de poder se libran en el nivel e la significación; y aunque esa significación se encuentra en todos los procesos hegemónicos, no es en todos los casos mediante el nivel dominante que se sostiene el dominio”.

La importancia del concepto de hegemonía radica en su capacidad de contener a la ideología y darle un corpus material. Por esto el concepto de Gramsci es completamente necesario para analizar los fenómenos culturales/comunicacionales de la actualidad debido a que pasar por alto las relaciones económicos presentes en los media implica necesariamente desconocer gran parte de la génesis del discurso validadador/naturalizador del modelo imperante.

Los conceptos desarrollados por Gramsci encuentran eco particular en Louis Althusser, el que en Ideología y aparatos ideológicos de Estado dejará de manifiesto el rol que juegan determinadas instituciones como mecanismos de presión validadotas a nivel superestructural. En Althusser (2005, p.115) encontramos un punto alto del análisis que nos permite ubicar como mecanismo clave a los MCM: “(…) la condición final de la producción es la reproducción de las condiciones de producción”. Tomando este postulado hicimos una consideración particular de los AIE Comunicacionales. La fragmentación realizada por Althusser de los AIE si bien es necesario no es lo suficientemente correcta ya que el parcializar un gran aparato validador de un determinado discurso a nivel superestructural tiene como piedra de tope el establecer a ratos separaciones artificiales que no se ajustan a la realidad, un ejemplo de ello es el rol que cumplen los media en cuanto a la formación de un muchacho y el mismo rol a manos de la escuela ¿quién influye más en el sujeto?, a pesar de esta obsesión por la categorización Althusser busca en última instancia dar un guiño de regreso al análisis superestructural, escapando con ello de la camisa de fuerza del Kremlin.

Considerando lo anteriormente mencionado sobre el trabajo de Althusser, asoma mucho más pertinente y a ratos actual el análisis gramsciano, el que no se detiene en categorizaciones y avanza en la construcción de un espíritu de escisión capaz de hacerle contrapeso al discurso hegemónico.

Metodología

En un segundo momento procedemos al desarrollo de una caja de herramientas que nos permita utilizar diferentes conceptos, contrastando y aunando posiciones con el objetivo de articular de la mejor manera posible una perspectiva crítica capaz de cuestionar las bases sobre las que descansa el discurso hegemónico de los medios de comunicación de masas. Esta búsqueda tiene por objetivo el reentendimiento de las relaciones entre teoría y praxis.

El concepto caja de herramientas desarrollado por Michel Foucault y Gilles Deleuze es potente y necesario dado que perfila a la teoría como un conjunto de mecanismos útiles que están del lado de los que llevan a cabo el cuestionamiento a una determinada concepción de mundo, a esto se suma su “flexibilidad” apta para afrontar el trabajo intelectual desarrollado durante el esquizofrénico Siglo XX, he aquí su potencial, el que permite develar los conflictos y romances que se desarrollan en los diferentes campos en disputa entre poder, ideología, avance de la técnica, el deseo y los tipos de discurso. Es desde esta posición que generamos un análisis sobre 3 ejes conceptuales:

Eje Primero: Poder

Si bien es cierto que poder e ideología están sujetos a una inmanencia capaz de generar “causa y consecuencia”, el poder como eje central sigue siendo el leitmotiv del accionar político, incluso en ellos que se le oponen. Este punto es clave en los postulados de los autores que conforman nuestra investigación.

Eje Segundo: Ideología

Si entendemos a la ideología como una maquinaria conceptual capaz de regular los niveles de visibilización de las relaciones de poder, podremos entender el por qué de su importancia para la investigación. Las sofisticadas redes tecnológico/culturales que operan a través de las categorías del ver son capaces de dar a conocer un determinado discurso como lo “real”, he aquí la manifestación ideológica por excelencia, la que requiere análisis y contrapropuesta.  

Eje Tercero: Deseo

Este eje, a primera vista desligado de las nociones tradicionales del funcionamiento político/económico, tiene un estrecho lazo con las construcciones de sentido al interior de los media, entendiendo al deseo como pulsión validadora del discurso hegemónico.

Cierre

Al finalizar la investigación podemos sostener que  las elaboraciones teóricas abordadas en este trabajo sí lograron en alguna medida develar los cimientos a través de los cuales la enorme industria cultural (Horkheimer & Adorno, 2006) opera hasta nuestros días, sin embargo, ya no podemos entenderla como la industria de la semejanza sino muy por el contrario como una enorme maquinaria diversificada que busca ocupar todo el espacio social, lo que por un lado asegura rentabilidad y por otro la revitalización del sujeto productor a través de la diversión. En ese sentido no es descabellado sostener que el ciclo económico encuentra su símil en las producciones comunicacionales de los media.  

Después del refresh (Zizek, 2008), ocasionado por el mayo francés, el capitalismo dio un vuelco para abandonar definitivamente el modelo fordista de producción, para abrir paso a un sistema de redes e interconexiones complejas. Esta diversificación en la cual el productor pasó a ser “el indispensable capaz de mantener vivas las corporaciones” dio paso a una difuminación que en términos superestructurales es posible apreciar en plenitud en los países centrales. En este proceso de transformación los MCM aseguraron su prestigio frente a las masas, dando a conocer postulados ideológicos como premisas desinteresadas y ajenas a los sectores dominantes de la sociedad.

Si entendemos a la ideología como “matriz generativa que regula la relación entre lo visible y lo no visible, entre lo imaginable y lo no imaginable, así como los cambios producidos en esta relación” (Zizek, 2005, p.7) podemos sostener que la Industria Cultural actual, opera como un entramado ideológico generador de percepciones y validador de una determinada concepción de mundo, la que se muestra al espectador como objetiva, es decir, como lo real.

Frente a esta realidad económico/cultural el tabú que no puede caber en “la inclusión dinámica y tolerante de los MCM” sigue siendo el mismo que aterra a toda sociedad separada, ese es el de la emancipación de la técnica por parte de las fuerzas constructivas de la historia.

Referencias Bibliográficas

Althusser, Louis (2005). Ideología y Aparatos Ideológicos de Estado. In Žižek . S, Ideología. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Debord, Guy (1995). La sociedad del espectáculo. Buenos Aires: la marca.

Eagleton, Terry (2005). La ideología y sus vicisitudes en el marxismo occidental. In Žižek. S, Ideología. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Horkheimer, Max y Adorno, Theodor (2006). Dialéctica de la Ilustración. Madrid: Trotta.

Jay, Martin (1989). La imaginación dialéctica. Madrid: Taurus.

Zizek, Slavoj (2005). El espectro de la ideología. In Žižek . S, Ideología. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

--- (2008). Pidamos lo imposible. Revista Ñ, Buenos Aires, n 242. 17/05/08, p. 28-29.