Revista F@ro Nº 8 - Monográfico

Representación de la mujer en las tiras y unitarios de ficción
en la televisión argentina:
un cambio de mirada y abordaje televisivo

Julieta Galera (1)

Universidad de Morón
julieta-galera@hotmail.com
Recibido: 28 de septiembre 2008
Aprobado: 9 de diciembre 2008
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Resumen:

En este ensayo se analizarán las formas de representación de género en los programas televisivos de ficción producidos en Argentina. El objetivo es analizar  cómo son los contextos dónde transcurre la trama de la ficción,  cómo se relacionan los géneros y qué espacio ocupan cada uno en estos “mundos” que propone la ficción en la  televisión. Por otro lado,  este estudio intenta analizar la concepción de audiencia implícita en los mensajes de ficción televisiva, y de identificación y de significación y re-significación o decodificación de los productos de ficción analizados.
Es importante destacar que este trabajo pretende analizar dos ficciones argentinas desde una perspectiva de género inclusiva, no feminista, dónde el hombre también es objeto de estudio.

Palabras claves:

Representación social / Género / Televisión / ficción / verosimilitud

Introducción
El presente trabajo propone analizar  las formas de representación de  género en los programas televisivos de ficción producidos en Argentina. El objetivo es analizar  cómo son los contextos dónde transcurre la trama de la ficción,  cómo se relaciona los géneros y qué espacio ocupan cada uno en estos “mundos” que propone la ficción en la  televisión.
Por otro lado,  este estudio intenta analizar la concepción de audiencia implícitas en los mensajes de ficción televisiva, y de identificación y de significación y re-significación o decodificación de los productos de ficción analizados.
Para efectuar este trabajo realizaré  un análisis de dos ficciones que actualmente están en el aire: “Socias” y “Mujeres de nadie”, ambas producciones de Canal 13 Argentina, Artear y Pol-ka Producciones, en las que las protagonistas absolutas de las historias paralelas son las mujeres. Es importante destacar que no analizaré todo el universo de productos de ficción protagonizado por personajes femeninos ni todos los segmentos de audiencia.
Esta serie y esta telenovela, respectivamente, seleccionadas para este trabajo se emiten en un canal destinado a una audiencia ABC1, la cual posee un nivel sociocultural medio/alto. Por lo que me parece interesante analizar las representaciones de género destinadas a este segmento de la población, que se diferencia del público de las telenovelas tradicionales.

Si bien desde mediados de la década del 90 canal 13 de Argentina comenzó a emitir producciones audiovisuales que abordaban temas y personajes cercanos a la realidad, a partir del año 1998, con la emisión de la tira Gasoleros, producida por Pol-Ka Producciones S.A., la televisión argentina ha dado un giro de 180º en lo que respecta a la producción de contenido, abordajes temáticos y a la generación de representaciones sociales de género tanto femenino como masculino.
Con la producción de programas series/unitarios y  tiras de ficción como Gasoleros, El sodero de mi vida, Los Roldan, Son amores, Campeones,  Sos mi vida, Son de Fierro, Locas de amor, Mujeres asesinas, Amas de casa desesperadas, LaLola, entre otros, la televisión  argentina se volcó a la producción y difusión de historias cercanas a la realidad y personajes con cualidades y estilos vidas poco estereotipados. La ficción comenzó a contar  los problemas cotidianos personajes no tradicionales en la televisión: hombres y mujeres de barrio o profesionales, personajes con una psicología algo compleja, llenos de contradicciones, como las personas en la vida misma, representaciones de mundos posibles como el barrio, el hogar o el espacio de trabajo.

Representaciones de género
Existe una larga tradición en el análisis de mensajes desde una perspectiva de género, como si el único género posible y factible de ser analizado fuera el femenino; como si las únicas representaciones sociales y estereotipos emitidos a través de esos mensajes y cuestionables fueran las pertinentes a los de la mujer.
Frente a la pregunta –que se ha convertido en un lugar común en investigaciones sobre género- ¿que imagen de mujer debiera trasmitir la televisión para que las mujeres se sientan identificadas? -que es un cuestionamiento que hacen las defensoras de los Derechos de Género o agrupaciones feministas a la televisión-, la respuesta es  “una mujer integrada en todos sus roles, los heredados por tradición y cultura, los  impuestos por realidades socioeconómicas y los que voluntariamente elegimos.  Esto es: una mujer  madre, esposa, hija, hermana, amiga, ama de casa, consejera, contenedora y mediadora. Una mujer que sale a la calle  abandonando la seguridad de su hogar para poder complementar los magros ingresos del hombre  o  que se convierte en jefa de hogar por ausencia de este y por ende  en único sostén de su familia.  Una mujer que brega por la igualdad de oportunidades para desarrollarse profesionalmente, basando su éxito en su capacidad de trabajo, inteligencia y esfuerzo.” (Blog de Adriana, Canal 4 de San Juan, Argentina, 2008
http://canal4sanjuan.com.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=548&Itemid=91)
Es importante destacar que en este ensayo nos dedicaremos a analizar sólo producciones de origen argentino. Estas no constituyen la ficción mayoritaria en la televisión argentina.  Por eso la afirmación antes expuesta no es impertinente. La programación de los canales de televisión argentinos re-produce muchos programas enlatados, exportados de países como Brasil, Colombia, Venezuela y México (que tienen una gran tradición en producción de telenovelas) –de menor costo que los productos nacionales-, cuyos contenidos continúan transmitiendo estereotipos simplificados y/o esquematizados de género, destinados a públicos de clase media baja y baja.
En este tipo de producciones latinoamericanas:
“a pesar de los cambios (en la sociedad), la mujer sigue representándose bajo los mismos tópicos y estereotipos, asociados, a menudo, al mundo de las emociones, la pasividad, la maternidad y la sexualidad, en entornos privados o íntimos como el hogar; mientras al hombre se le siguen otorgando, de un modo generalizado, atributos como el raciocinio, el liderazgo y la acción, apareciendo normalmente en espacios públicos”. (Galán Fajardo, ElenaTelevisión Iberoamericana: Mujer, realidad social y ficción” http://chasqui.comunica.org/content/view/534/1/). 
 Este tipo de estereotipos de género en ficción tienen una larga tradición, continúan siendo  representados y re-producidos en los mensajes televisivos. Destacamos que tradicionalmente la mujer ha sido representada en  series de  ficción y en telenovelas como mujeres asociadas a las funciones tradicionales: madre-esposa-ama de casa o mujeres fuertemente identificadas con su papel sexual.
En la telenovela tradicional, la mujer rara vez conduce el hilo de la trama, escasamente protagoniza conflictos que muestren su psicología compleja o su rol en la sociedad, en tanto que su obligación es ser la guardiana de unos “valores” que están relacionados con la mujer- ama de casa, una mujer pasiva. El otro rol ejercido en la ficción tradicional por la mujer es el de la mujer objeto sexual. La mujer es puesta en el lugar común de la mujer sexy, suscitando a su alrededor las pasiones de los personajes masculinos, introduciendo erotismo.
En cambio, el género masculino es representado como hombre de negocios o sustento de hogar; como líder o con rol de mando; valiente, héroe o villano; lejano a todo lo relacionado con el mundo del hogar y de la crianza de los niños.
Como anticipé, lejos de los parámetros de los estereotipos simplificados y acotados de la telenovela tradicional latinoamericana. En este trabajo se analizarán  los casos de nuevos estilos de tramas o narrativas televisivas, que son novedosos por la construcción y representación social de género –femenino y masculino-, más verosímil para cierta clase social por su representación o construcción de la sociedad contemporánea.
Por ese motivo, es interesante analizar el modelo de mujer  y el modelo de hombre que transmiten los mensajes televisivos de “Socias” y de “Mujeres de nadie”. La mujer  no es representada en  el rol tradicional  de la femme fatal o de ama de casa tradicional y está lejos de ser la chica ingenua o la mala cruel. Este tipo de ficción merece ser tema de análisis porque existe una tendencia local a redefinir el rol de la mujer y el estereotipo físico de la fémina en la ficción televisiva, como el rol del hombre, que ya no es el macho viril, alejado de la realidad de la vida cotidiana del hogar.
De acuerdo a lo que plantea Elena Galán Fajado (Galán Fajardo, Elena “Televisión Iberoamericana: Mujer, realidad social y ficción” http://chasqui.comunica.org/content/view/534/1/), en la actualidad las tramas de la ficción televisiva también han cambiado:
“las series de ficción sirven para sacar a la luz ciertos temas directamente relacionados con la mujer, y que hasta hace poco eran invisibles en la pequeña pantalla como: la violencia de género, el acoso sexual, la inmigración, la homosexualidad o la dificultad para conciliar vida familiar y laboral; conflictos que hoy, más que nunca, preocupan a la sociedad.” (Galán Fajardo, Elena “Televisión Iberoamericana: Mujer, realidad social y ficción” http://chasqui.comunica.org/content/view/534/1/)
También plantean una re-redefinición de los roles y conflictos masculinos originados a raíz del cambio de papel o de la ocupación de nuevos espacios en la sociedad de la mujer.
Por lo expuesto, se puede decir que existe una clara tendencia en las ficciones o telenovelas, en los últimos años, influidas por los cambios sociales y el surgimiento de nuevos formatos que rompe con los estereotipos anteriores explorando nuevos modelos narrativos.
Según la definición de la investigadora española sobre telenovelas, Elena Galán Fajardo, las dos series que analizaremos en este trabajo – “Socias” y “Mujeres de nadie”- se inscriben dentro de la categoría “Series profesionales” (Galán Fajardo, Elena, 2007) porque ambas tienen tramas que transcurren en espacios de trabajo.
En el caso de “Socias”, la ficción seriada  tiene como eje central la vida de tres mujeres abogadas que tienen un importante bufe. En el caso de la telenovela “Mujeres de nadie” se trata de un gran número de personajes que trabajan en un hospital como enfermeras y doctoras junto a sus pares masculinos.
En estas series las mujeres son representadas en actividades laborales o puestos tradicionalmente ocupados por hombres en la ficción. Muchas de ellas ocupan espacios de responsabilidad y/o de poder, otras no. Las mujeres ocupan ciertos espacios de acuerdo a su formación profesional, a sus características psicológicas y a su clase social, debido a las oportunidades que han tenido en la vida. Esto es una traspolación de la realidad. Una construcción verosímil de la realidad.
En el caso de “Socias”, las mujeres representadas son personas de clase media alta, con alto nivel educativo, que ocupan una posición de poder. En el caso de la telenovela “Mujeres de nadie”, las mujeres son de clase media y media baja con nivel socio económico y cultural medio y medio bajo. En ambos casos las mujeres son madres, novias, esposas, hijas, amantes, hermanas; son solteras, casadas, divorciadas; tienen carácter y psicología compleja; tienen vidas que presentan conflictos personales y laborales y son eje central de la trama. Hay mujeres que son objeto de infidelidad, mujeres infieles; mujeres decididas, mujeres indecisas;  mujeres con carácter fuerte, mujeres con carácter dubitativo. En el caso de los hombres,  sus roles giran en torno a la trama, a las circunstancias personales de los personajes centrales, ocupan posiciones de poder o de subordinación; hombres que son objeto de infidelidad, hombres infieles; hombres decididos, hombres indecisos; hombres con carácter fuerte, hombres con carácter dubitativo.
En las tramas de ambas tiras se abordan temas de actualidad que preocupan a la sociedad contemporánea como el robo de bebés; el embarazo adolescente; madres ausentes y padres abandonados; la homosexualidad; la corrupción; la dicotomía del rol de la mujer profesional y la mujer en el espacio doméstico en el mundo contemporáneo y los problemas que esto acarrea; el asenso laboral de la mujer; la reacción del hombre frente a los nuevos espacios que ocupa la mujer en el mercado laboral; la competencia entre sexos; problemas económicos normales, verosímiles;  el retraso de la maternidad por los logros laborales;  conflictos entre personas del mismo y de distintos sexos; etc.
Las tramas de las telenovelas también muestran mundos complejos donde ni el hombre ni la mujer tienen poder absoluto en todos las esferas de la vida social; donde las personas no son ni fuertes ni frágiles; ni buenas ni malas; etc. Estas ficciones muestran mundos construidos de manera verosímil. Mundos representados de manera compleja. Tramas donde los temas se abordan con matices, no hay blancos y negros. Aunque cabe destacar que la telenovela “Mujeres de nadie”, en ese sentido, aún conserva algunos clichés de las telenovelas tradicionales, pero en líneas generales mantiene una historia donde los sucesos  y los personajes tienen matices.
Como en la vida misma, los personajes no tienen personalidades estereotipadas y muy simplificadas, por lo tanto, los mismos presentan muchos matices en su comportamiento. No son ni una cosa ni otra: transitan por toda la gama de temperamentos de acuerdo a lo que requiere la trama. Las personas no somos una cosa u otra, sino que al igual que estos personajes, a lo largo de nuestras vidas o frente a distintas circunstancias, presentamos variaciones de matices psicológicos.
Por otro lado, Elena Galán Fajardo  (Galán Fajardo, Elena; 2007) también dice que en estas ficciones televisivas tienden a reforzar inconscientemente  estereotipos de género que están relacionados con la racionalidad masculina y el sentimentalismo femenino, y, por lo tanto, con la fortaleza del sexo masculino frente a la debilidad del sexo femenino: más altruista, sensitivo y emotivo, que provoca muchos errores en sus actos.
La especialista española en el estudio de telenovelas, Galán Fajardo, señala que en estas representaciones se continúan representando atributos tradicionalmente asignados a cada género. “A la mujer se la caracteriza con rasgos psicológicos como: débil, emotiva, dependiente, despilfarradora, sumisa, educada, no sincera y habladora, y en ella recaen las responsabilidades de los hijos y el hogar pese a ser profesionales. Mientras que al hombre se lo representa como poderoso, dominante, agresivo, independiente, orientado hacia el trabajo y poco vinculado con lo doméstico” (Galán Fajardo, Elena; 2007).
Aseverar esto como la re-producción social de estereotipos de roles de manera inconsciente es una falacia. En ese sentido, Galán Fajado afirma que:
 “la situación de la mujer en las series se ha modificado a medida que ha ido accediendo a la esfera pública y al mundo laboral, pero los estereotipos de género están tan interiorizados en nuestra cultura que se transmiten, a menudo, de un modo indirecto y precisan de análisis profundos para poder ser detectados, corregidos y adaptados a las nuevas circunstancias sociales.”(Galán Fajardo, ElenaTelevisión Iberoamericana: Mujer, realidad social y ficción” http://chasqui.comunica.org/content/view/534/1/ )
La investigadora pese a que plantea que las telenovelas son verosímiles y cercanas a los problemas contemporáneos y a los intereses de la sociedad, a la vez hace las aseveración mencionada en el párrafo precedente, olvidándose que estas características psicológicas siguen estando en las personas porque, por un lado, continuamos perteneciendo a una cultura patriarcal y reproducimos los roles y estereotipos motivados por esta. Por otro lado, como planteé con antelación, en este nuevo estilo de ficción televisiva estos atributos de personalidad están matizados y se transmiten estereotipos acordes a la sociedad contemporánea y a los roles de género que están comenzando a difundirse y a aceptarse socialmente.
Elena Galán Fajardo también manifiesta que en este tipo de nuevas telenovelas –que en España comenzó a producirse casi al mismo tiempo que en Argentina-, las mujeres ocultan su lado sentimental femenino para ser más racionales, como los hombres, para desarrollarse en el ámbito laboral. (Galán Fajardo, Elena; 2007)
A diferencia de lo que plantea Elena Galán Fajardo  (Galán Fajardo, Elena; 2007), Valerio Fuenzalida (Fuenzalida, Valerio; 2002) explica que está comprobado que la mujer usa los dos hemisferios para pensar y actuar –tanto el emocional como el lógico-  mientras que el hombre sólo usa el hemisferio izquierdo, racional. Por lo tanto,  la aseveración de Galán Fajardo sobre la emotividad en contraposición a la racionalidad masculina no es otra cosa que la asimilación de los estereotipos de género tradicionales y  una simplificación. La investigadora, en su supuesta postura crítica, tiene asimilados ciertos estereotipos de género propios de la telenovela tradicional que representa y construye mundos patriarcales y poco verosímiles en la sociedad contemporánea para cierta clase social.

Estereotipos de belleza de género
Es importante destacar que existe una tesis que plantea que la imagen de los géneros en estas ficciones televisivas produce influencias en la construcción social de la imagen como estereotipo de belleza a imitar como válidos y, aparentemente, incuestionables. Esta tesis es producto de no pocos debates apocalípticos e integrados.
Las nuevas ficciones televisivas no muestran heroínas súper modelos ni hombres viriles. El galán y la heroína de este tipo de ficción son el hombre y la mujer común. Existen estereotipos de clase –que se perciben en la vestimenta, lugares que frecuentan, bienes personales, etc.- que no están alejados de la realidad. Pero no hay un estereotipo de belleza exagerado ni fuera de contexto. Hay mujeres bellas y hay mujeres normales. La belleza no tiene que ver con la edad ni la clase social.
Galán Fajardo plantea que en estas ficciones las mujeres adultas lucen más jóvenes que la mujer en el mundo real, transmitiendo una imagen falaz. En el caso de la ficción en Argentina la realidad es que depende el status social de la mujer esta visión de la investigadora se cumple. Pero es importante acentuar que en este tipo de ficción televisiva es que no hay un único modelo de mujer ni mujeres estereotipadas. Existen mujeres adultas bellas y juveniles que intentan conservar esta característica  por su situación socioeconómica y cultural. Mientras que entre  las mujeres jóvenes no hay un único modelo de belleza, no hay un paradigma de culto al cuerpo y a la belleza. Las mujeres son y se visten de acuerdo a su realidad, a su edad,  a su trabajo, a su carácter, a su nivel socioeconómico, etc. Lo mismo sucede con las representaciones de género masculino.

La audiencia y la decodificación de los mensajes
Además de plantear que “los estereotipos de género están tan interiorizados en nuestra cultura, que se transmiten a menudo de modo indirecto y precisan análisis profundos  y elaborados para poder ser detectados, corregidos y adaptados a las nuevas circunstancias”, la especialista española en telenovelas, Elena Galán Fajado asegura que “la ficción, además de servir de entretenimiento, presenta modelos de identificación que son imitados y tienden a fomentar y a enraizar, aún más, representaciones estereotipadas.” (Galán Fajardo, ElenaTelevisión Iberoamericana: Mujer, realidad social y ficción” http://chasqui.comunica.org/content/view/534/1/)
Frente a esta aseveración de la investigadora española que analiza a la telenovela desde una perspectiva de género femenino y feminista, es necesario revisar las primeras teorías de la comunicación sobre audiencias que utilizaremos desde una perspectiva crítica para analizar a la telenovela, con el objetivo de demostrar que las aseveraciones de Galán Fajardo son simplistas y falaces. 
Por ese motivo, en primera instancia es importante desarrollar los conceptos de audiencia para analizar de qué manera son asimilados o rechazados por el televidente los estereotipos de género con el objetivo de verificar si la autora está acertada en los conceptos vertidos respecto a la construcción de estereotipos y recepción de mensajes televisivos.
 Mauro Wolf, experto en teorías de la comunicación, plantea que la teoría de la Aguja Hipodérmica concebía a la “audiencia como una agregación de clase de edades, de exo, de capa social, etc.” (Wolf, Mauro; 2004, p 32)  y que esta teoría no prestaba atención a las relaciones del destinatario, a la psicología del mismo, a su nivel cognitivo y socioeconómico, etc.
En la década del 40, la teoría empírico-experimental o de la persuasión ya “evidencia (por primera vez en la investigación mediológica) la complejidad de los elementos que entran en juego con la relación emisor, mensaje y destinatario” (Wolf, Mauro; 2004, p. 36).
Mauro Wolf  manifiesta que en esa época los teóricos  de la comunicación ya aseveraban que los estímulos de los mensajes actúan de manera distinta en cada  miembro del público de acuerdo a  los rasgos característicos de la psicología de cada persona, por eso los menajes no producen los mismos efectos en todo el público. (Wolf, Mauro; 2004)
Wolf también explica que en la audiencia existe interés por adquirir información,  existe una exposición selectiva provocada por las actitudes e intereses y expectativas pre-existentes, y por lo tanto existe una exposición, interpretación y asimilación  selectiva en cada miembro de la audiencia (Wolf, Mauro; 2004). Además, según Mauro Wolf, “los componentes de la audience tienden a exponerse a la información más afín a sus actitudes y a evitar los mensajes que le resultan discordantes.” (Wolf, Mauro; 2004, p 41)
Mauro Wolf también indica que “la selectividad de la exposición, en lugar de por las congruencias entre actitudes subjetivas y contenidos de las comunicaciones, puede ser explicada en base a otras variantes, como el nivel de instrucción, la profesión, el grado de consumo de los media” etc. (Wolf, Mauro; 2004, p 42)
En este sentido, cabe destacar que, como plantea Denise McQuail, el concepto de audiencia que concibe al televidente como un sujeto pasivo, concebido como una tabula rasa es absoleto (McQuail, Dense; 1999). El nuevo concepto de audiencia o de televidente, acorde a nuestros tiempos, es un sujeto activo, con intereses personales, capaz de decodificar, dar significados y re-semantizar un mensaje televisivo de acuerdo a la lectura que este haga del mismo. Esta lectura está relacionada con las vivencias, la formación cultural y el nivel socioeconómico de cada televidente (Fuenzalida, Valerio; 2002). Este modelo de audiencia activa es el que está implícito en los mensajes de “Socias” y de “Mujeres de nadie”.
Según Fuenzalida, el quiebre de concepción de televidente pasivo también produjo otro desplazamiento de conceptos: de efectos a influencia. Para el investigador chileno, el concepto de influencia es “más exacto porque es más flexible, no implica causalidad determinista, lineal y directa, y admite resignificaciones por mediaciones culturales, reacciones cognitivo emocionales,  rechazos, etc.” (Fuenzalida, Valerio (2002) “Televisión abierta y audiencia en América Latina” Norma. Buenos Ares), aseveraciones que contradicen  lo que plantea Elena Galán Fajardo (Galán Fajardo, ElenaTelevisión Iberoamericana: Mujer, realidad social y ficción” http://chasqui.comunica.org/content/view/534/1/).
Por lo tanto, de acuerdo a los argumentos de Fuenzalida, (Fuenzaliza, Valerio; 2002), la audiencia se relaciona activamente desde su propio mundo de significaciones y desde su diversa memoria cultural de situaciones y personajes de la TV;  se reconoce e identifica con aquello que siente significativo, que tiene alguna verosimilitud con su vida.
De acuerdo a lo que indica Fuenzalida, “la identificación con lo que se reconoce como propio,  la proyección del mundo interior  del televidente en la trama y los personajes de la telenovela también produce reconocimiento (Fuenzalida, Valerio; 2002).
En el mismo sentido que Fuenzalida, Mauro Wolf plantea que los estímulos de los mensajes actúan de manera distinta en cada  miembro del público de acuerdo a  los rasgos característicos de la psicología de cada persona, por eso los menajes no producirán los mismos efectos en todo el público. (Wolf, Mauro; 2004)
Coincidiendo con el investigador chileno, Wolf plantea que otro ejemplo de mecanismos  relacionados con la percepción selectiva es el ofrecido por los denominados efectos de asimilación o contraste: existe efecto de asimilación del mensaje cuando el destinatario percibe los contenidos del mensaje son más próximos a la realidad de este. El contraste se da cuando el mensaje está más alejado de la realidad del destinatario. (Wolf, Mauro; 2004)
De acuerdo a todo lo expuesto, en consonancia con las investigaciones y de expertos en audiencia, podemos verificar que lo argumentado por Galán Fajardo (Galán Fajardo, ElenaTelevisión Iberoamericana: Mujer, realidad social y ficción” http://chasqui.comunica.org/content/view/534/1/)   respecto a los modelos de género representados de manera simplificada o estereotipada, sólo son imitados por identificación cuando hay reconocimiento del espectador frente al estereotipo de género representado y a las situaciones en la que se lo involucra.
La investigadora española manifiesta que en la audiencia se produce identificación con los estereotipos de género como un absoluto porque comprende  a la audiencia como una tabula rasa, sin tener en cuenta que la misma está compuesta por sujetos que pertenecen a una franja etaria, tienen cierto nivel cultural, social, económico y que esto influye en la manera de recepción o de apropiación y significación. Galán Fajardo concibe a la audiencia como un conglomerado de sujetos indiferenciados, incapaces de distinguir entre lo que se parece o se diferencia a si mismo y a su vida, que asimila modelos de género y de comportamiento de manera indiscriminada como si fuera un sujeto pasivo que absorbe mensajes y, por lo tanto, conductas y valores.
Esto implica que la investigadora realice un análisis simplificado del fenómeno de las telenovelas y sus representaciones de género. Además, ella desacredita la capacidad de la audiencia de identificarse o de rechazar las representaciones y reproducciones de los modelos de género impuestos por los mensajes televisivos de ficción.
Cabe destacar que en este ensayo no contamos con los elementos necesarios para afirmar o refutar cuáles son los comportamientos de la audiencia, es decir si esta asimila o rechaza los mensajes. Para eso hay una larga lista de literatura en la que nos basamos que puede dar cuenta de este fenómeno. En este trabajo nos limitamos a analizar la concepción implícita de audiencia en la composición de la estructura, los estereotipos y los argumentos del mensaje de las telenovelas analizadas que se basan en la concepción de una audiencia activa.

Conclusiones
Galán Fajardo recomienda que como los estereotipos de género están tan enraizados en nuestra cultura de manera inconsciente, es necesario estudiar a los estereotipos de género “corregirlos y adaptarlos a las nuevas circunstancias” de la sociedad contemporánea (Galán Fajardo, ElenaTelevisión Iberoamericana: Mujer, realidad social y ficción” http://chasqui.comunica.org/content/view/534/1/).
En conclusión, obviamente es imposible producir ficciones sin simplificar o estereotipar personajes y situaciones por la propia estructura narrativa de los mensajes  y de las limitaciones que impone el medio televisivo para construir formatos de mensajes.
Pero retomando el análisis de las dos ficciones televisivas argentinas elegidas para este trabajo –“Socias” y “Mujeres de nadie”-, podemos decir que los autores de estas ficciones producen estereotipos de género verosímiles sobre la psicología de las personas, y construye y representa mundos creíbles, cercanos a la vida de muchos sujetos que viven en la sociedad contemporánea, donde los sujetos de ambos sexos interactuan de maneras diversas de acuerdo a situaciones y no a características de género.
También podemos aseverar que estos productos televisivos están pensados desde una concepción de audiencia activa, compuesta por sujetos pensantes, personas capaces de discernir sobre lo que se parece a sí mismos y a sus vidas e identificarse y de rechazar todo aquello que no es verosímil para ellos; sujetos capaces de apropiarse de los elementos que componen el mensaje televisivo de ficción que les resulten significativos y de rechazar o de re-significar el resto del mensaje; de discernir si el mensaje es verosímil o no; y, por todo lo expuesto, capaces de identificarse o de rechazar estereotipos de género.

Referencias Bibliográficas
Libros
Fuenzalida, Valerio (2002) “Televisión abierta y audiencias” Norma, Buenos Aires.
McQauil, Denis 1999 “Introduccion a la Teoria de la Comunicación de Masas.” Paidos, España.
Wolf, Mauro 2004 “La investigación de a Comunicación de Masas. Crítica y Perspectivas” Paidos, Buenos Aires.
Revista académica en la WWW
Fecha de consulta: 21/09/2008 Galán Fajardo, Elena Televisión Iberoamericana: Mujer, realidad social y ficción” Revista Chasqui Disponible en: http://chasqui.comunica.org/content/view/534/1/
Fecha de consulta: 21/09/2008 Galán Fajardo, Elena  (2007) Comunicar: Revista científica iberoamericana de comunicación y educación  Disponible en:  http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2259933
Sitios no académicos en la WWW sin autor
Blog de Adriana, Canal 4 de San Juan, Argentina, 2008 Disponible en: http://canal4sanjuan.com.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=548&Itemid=91


Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Morón, Buenos Aires, Argentina. Docente de la Universidad de Morón. Responsable de Publicaciones de la Red UREL
(Red de Universidades Regionales Latinoamericanas). Investigadora de la Red UREL (Red de Universidades Regionales Latinoamericanas). Ex Subdirectora de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Morón. Presidenta de  la Asociación Latinoamericana de Científicos Sociales (ALCS). Miembro de ULEPICC Argentina (Unión Latina de Economía Política de la Información, la Comunicación y la Cultura). subir

 

 

 

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